miércoles, 30 de julio de 2025

Grecia, la semana clásica. Dia 1.

Viajar a Grecia suele tener 2 objetivos básicos: “Dominguear” en las islas de los ricos en hoteles que pocos se pueden permitir o empaparse de la cultura clásica de aquel país, otrora cuna de la filosofía, el arte y la intelectualidad. Yo realmente no estaba pensando en ninguna de estas posibilidades cuando decidí viajar allí en un caluroso verano de hace unos años. Sin embargo me pareció un destino misterioso y que podría aportar conocimiento a mi espíritu nómada. Mi mujer y yo nos embarcamos en una semana de puro vértigo por el país heleno. Lo primero fue decidir destinos en un país tan vasto y con tantas opciones. Como era nuestra primer vez, montamos una escapada con el epicentro en la eterna Atenas. Visitar algunas islas y la ciudad mágica de Meteora era casi una obligación. Volamos a la capital y enseguida nos dimos cuenta de que el viejo misticismo se había diluido con el tiempo. La Atenas de ahora es un caos desordenado, donde nada más llegar fuimos timados por el taxista que aseguraba que la carrera hasta el hotel costaba un 30% más del precio real. El siguiente “impacto” fue la zona del propio hotel; si bien el precio de aquel 4 estrellas era muy razonable (65 euros la noche, Grecia es bastante barata en general), las calles aledañas daban algo de “miedito”. La suciedad se mezclaba a duras penas con el esplendor de antaño. Gente medio borracha, drogada, calles llenas de “agua”, sin asfaltar, casas abandonadas… un pequeño shock antes de empezar a disfrutar de aquella urbe; y se puede disfrutar mucho, os lo aseguro.

 

Algunas instantaneas del Ateneas "profundo":

 







 

 


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