Nuestro siguiente destino dentro de nuestro blog de viajes nos lleva a Baviera, a los fiestas que se celebran a finales de Septiembre en honor a las bodas de plata del rey Luis I de Baviera y la princesa Teresa, el Oktoberfest muniqués, que se celebró por primera vez en 1835 y que ahora acuden a Theresienwiese (Prado de Santa Teresa) unas 6 millones de personas de diferentes nacionalidades haciendo que sea la fiesta más importante de toda Germania. Para acudir al Oktoberfest tuvimos que planearlo con bastante tiempo de antelación y a principios de Febrero ya teníamos hechas las reservas de hotel y los vuelos cerrados para un evento que se celebra a finales de Septiembre.
En primer lugar como siempre hago cuando empiezo a comentar un nuevo viaje dar las gracias a mis compañeros por ser una buena compañía, risas, buenos ratos y beber cerveza puede resumir el viaje en pocas palabras, agradecerle a Carlos en primer lugar que organizó todo y fue un excelente anfitrión a nuestra llegada a Munich, tengo que decir que los dos viajes que he hecho con él han sido estupendos, tanto en Nueva York como en Munich te sientes muy a gusto viajando con él. También agradecer el viaje a Rabanero, Óscar, Alfonso y David. El último día hubo un poco de lío pero no todo va a salir perfecto, espero que para el futuro esos errores que se cometen se aprendan de ellos y que cada viaje se mejoren las condiciones de bienestar de todo el grupo.
Nuestra aventura se remonta al jueves 25 de Septiembre del 2008, ese día teníamos el vuelo con Iberia de Madrid a Munich, en principio nos íbamos David, Alfonso y yo en dicho vuelo pero Alfonso se encontraba en Ginebra trabajando y fue al día siguiente desde Suiza. Los otros 3 compañeros de viaje ya nos aguardaban en Munich porque habían cogido más días de vacaciones. El Oktoberfest dura 15 días pero nosotros fuimos cuando más concurrencia de gente hay que es el último fin de semana de Septiembre. Este jueves me lo pillé ya de vacaciones y quedé a mediodía con Olga y comimos en el Fast Good de la calle Orense en Nuevos Ministerios, me encontraba fatal porque tenía un buen constipado y una congestión muy maja, era la primera vez que me iba de viaje sin fuerzas algunas y preocupado por la mala salud que estaba pasando esos días, desde luego no pensaba en beber cerveza en grandes cantidades que es lo que se hace ahí, además el Fast Good me estaba mareando, odio ese tipo de sitios donde todo está super limpio, tiene sillas blancas de diseño y luego te comes una hamburguesa medio cruda porque solo has dicho que te la hagan al punto.
Me despedí de Olga que se le veía un poco preocupada porque mi cara reflejaba que muy bien no estaba pero para allá me encaminé, hice mi maleta y me fui para Barajas con tiempo suficiente para sacar la tarjeta de embarque. Cual fue mi sorpresa que ahora se pueden sacar las tarjetas de embarque por la web y solo quedaban 3 sitios libres en el avión porque había overbooking, saqué mi tarjeta de embarque y llamé rápidamente a David que había salido tarde de su trabajo para que me diese los datos de su tarjeta de embarque y pillase uno de los dos sitios libres que quedaban en el vuelo, iba con el tiempo justo y después de tantas prisas resulta que el vuelo se retrasó una hora y media su hora de salida. Así que nos quedamos como dos pasmarotes en la T4 de Barajas ya cenando porque íbamos a llegar muy tarde a Munich, fue un putadón que agradecí posteriormente porque así al llegar tarde a nuestro destino ya no nos dio tiempo a salir esa noche y con mi constipado me vino bien un poco más de descanso.
El pasaje del vuelo de Iberia hacia Munich era gente de nuestra edad que iban claramente a lo mismo que nosotros, a pasar unos días de fiestas y beber mucha cerveza, fue un vuelo animado y así se me pasó un poco el malestar que había tenido durante todo el día. Sobre las 12 de la noche aterrizamos en el Flughafen München y fuimos hacia las máquinas expendedoras de billetes de tren para ir al centro de la ciudad ya que las taquillas estaban cerradas a esas horas y no íbamos a ir en taxi. Cogimos nuestros billetes y con mi mapa de metro sabíamos que teníamos que parar con el tren en Ostbahnhof que es donde más cerca estaba nuestro hotel que fue el Hotel Motel One City Ost que se encuentra en Orleansstraße 87. Carlos, Rabanero y Óscar estaban llegando también al hotel y por teléfono nos orientaron para que llegásemos ya que desde la estación de tren hasta el hotel hay un pequeño paseo que dar.
Una vez que todos coincidimos en el hotel (faltaba Alfonso) nos saludamos y nos instalamos en las habitaciones, a estos se les notaba el castigo físico del día que llevaban bebiendo cerveza pero se les veía animados, incluso decían que si queríamos salíamos a dar una vuelta ya que por ese barrio hay una zona de marcha al otro lado del puente. Pero pensamos que siendo jueves, ya era muy tarde y que hacia mucho que no veíamos a Carlos nos quedaríamos tomando nuestra primera cerveza del Oktoberfest tranquilamente hablando en la recepción del hotel, recuerdo que no hacia muy buen tiempo e incluso había una ligera neblina, así que no me encontré la luna en Munich mi primera noche, la tónica no iba a ser encontrarse la luna sino a bastantes borrachos con la cara colorada y no precisamente del frío sino por la bebida de trigo o de cebada que se rendía culto esos días.
Máquina de billetes, nada fácil de usar, aquí Óscar intentándolo.
Ostbahnhof.
Nuestro hotel.
Una constante en este viaje. Cerveza. Esto es el Oktoberfest.
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