jueves, 29 de diciembre de 2011

Tak Kobenhavn (Día 1)

Como decía en la anterior entrada llegamos a Kobenhavn el martes 24 de Agosto, al ser el vuelo por la mañana podríamos aprovechar un poco el primer día y tras deshacer las maletas en el Phoenix nos dispusimos a dar nuestro primer paseo por la que iba a ser nuestra zona y que además estábamos en una estupenda localización. Como ya era un poco tarde allí para la hora de comer nos tuvimos que buscar un poco la vida, pensamos que en Dinamarca tienen un horario muy europeo y como cenan tan pronto pues comeríamos algo ligero para luego cenar antes.

Fuimos a dar nuestra primera vuelta por el Nyhavn que es el canal más turístico de Kobenhavn, sus bonitas casas de distintos colores hacen de él un lugar muy agradable y está lleno de cafeterías y restaurantes, con terrazas incluidas en la calle, que te dan mantas para protegerte del frío. Siendo más de las 15:00 nos fuimos a buscar un plato típico escandinavo, los smorrebrods que son unos sandwiches nórdicos un poco más currados que los sandwiches normales, algunos de ellos tienen salmón con eneldo y otras especialidades nórdicas sobre todo de pescado. Hay un sitio muy famoso por la zona del Nyhavn que es el Ida Davidsen, un sitio muy tradicional pero ya estaba cerrado, así que encontramos abierto al lado del Nyhavn el Cafe Brooklyn y no sin antes ponernos cara rara, nos pusieron un par de smorrebrods a Olga y a mi, no entendían que a esas horas se comiese, pero nosotros que veníamos de un vuelo no teníamos tiempo para llegar a sus horas. El precio de unos smorrebrods y un par de cervezas te viene a salir como un menú del día en España.

Después de la comida nos volvimos al hotel un rato a descansar, yo ese día no me encontraba muy bien porque venía de España con un ligero resfriado y algo febril, así que nos lo tomamos con calma, descansamos y así por la noche podríamos hacer algo, además que hacía un día un poco ventoso y no era muy agradable pasear. Estaba realmente preocupado por mi salud porque cuando uno viaja si se encuentra mal no disfruta nada y encima estás dando guerra a los demás compañeros de viaje, en Munich me pasó algo parecido con el Oktoberfest porque tu no te encuentras bien y estás molestando a los demás. Olga me decía que no me preocupase, que ya se pasaría y que nos moviéramos por el barrio para buscar un sitio donde cenar.

Dimos unas cuentas vueltas para buscar algún sitio que nos convenciese, no estaba tampoco muy inspirado pero sí que encontramos un sitio que podría estar bien y que además fue un pleno acierto, íbamos a comer japonés en un sitio muy prestigioso en la ciudad, es el Umami Restaurant, un restaurante en Store Kongensgade 59 que llevaba apuntado como algo pijo y que desde luego así lo fue, pero merece la pena probarlo porque por dentro es muy bonito con sus 2 plantas y su decoración, en Kobenhavn se está dando una moda en cuanto a los restaurantes de cuidar mucho todos los aspectos, de hecho allí está el mejor restaurante del mundo que es el Noma de René Redzepi, delicias nórdicas (sobre todo de Islas Feroe) a muy caro precio y que es imposible pillar reserva para un menú degustación en torno a los 230 euros. Me sorprendió también del sitio de que a pesar de que estuviese lleno no había apenas bullicio y que tardan un montón en traerte la comida, los camareros en Copenhague ninguno va a sufrir de estrés. Me empastillé después de cenar y me encontraba algo mejor, había parado de llover y nos fuimos a ver el centro de la ciudad.

Para ello nos dirigimos a la segunda plaza más importante de la ciudad Kongens Nytorv, que es donde está la parada de metro más próxima al hotel y allí empieza la calle más famosa de la ciudad que es la calle Stroget, está calle es muy larga, creo que tiene de longitud como 2 km y se divide en varios tramos que tienen nombres diferentes, pero popularmente es Stroget, además de ser peatonal que es un gusto pasear por ella tiene la mayoría de los comercios de la ciudad, restaurantes, bares, una bonita fuente, sedes bancarias y tiendas de recuerdos, la visitaríamos un montón de veces y sería un camino hartamente conocido en nuestro viaje y con mucha animación debido a los karaokes que tenían algunos hindús. Esta calle además desemboca en el centro de la ciudad que es donde está la Plaza Central (Rådhuspladsen) y el Ayuntamiento de Kobenhavn Radhus que es una réplica del Ayuntamiento de Siena.

En la Plaza Central hay grandes edificios con anuncios de neón pero lo más sorprendente es que la iluminación era bastante tenue, por la noche Kobenhavn no da mucha sensación de seguridad debido a su poca luz, aunque sabes que allí nadie te va a atracar, es un sitio bastante seguro, pero la sensación es otra. Al lado del Rådhuspladsen y siguiendo por Vesterbrogade se encuentra el parque de atracciones más conocido y más antiguo de Europa, el famoso Tivoli que Olga tenía muchas ganas de ir. No sabíamos que horario tenía y veíamos entrar a la gente sin coger entrada, así que nos arriesgamos y pasamos a verlo de noche, completamente gratis porque dio la casualidad que quedaba media hora para cerrar y entonces se puede entrar. Lo que más me interesaba del Tivoli era como se conservaba y si tenía esa aire decadente de los viejos parques de atracciones y en verdad lo tiene y es interesante verlo, un rato de noche y otro rato de día como hicimos en nuestro viaje, la pagoda iluminada es espectacular. Como frikada podemos decir que hay un puesto de churros españoles, nada que ver con los que se hacen aquí.

Como nos echaban del Tívoli y me encontraba algo mejor regresamos otra vez a Stroget para tomar algo, antes echamos un pequeño vistazo a la Estación Central de Tren que luego ya la veríamos en otro momento más tranquilamente. Llevaba varios sitios apuntados en Stroget para ir de copas y nos decidimos por Dubliner, había música en directo y nos tomamos nuestra primera pinta de Carlsberg, en el sitio había muy buen rollo y a Olga le sorprendió lo poco fríos que son los daneses, al contrario de sus vecinos fineses, estos sí gritan más y arman más jaleo, allí cada uno hacía lo que quería y todo eran sonrisas y buen humor, que un tío bailaba con tu novia, sin problema, no se iban a poner a pegarse. Ese día que aún lo tengo apuntado tocaba Björn Bertilsson. Un tio muy simpático con su guitarra que se tocó alguna que otra versión.

No podíamos terminar el día sin pasar de noche por Nyhavn de nuevo, es donde más bares con música en directo hay en Kobenhavn y llegando ya casi al Nyhavn 71 encontramos un pequeño sitio donde ya que hacía frío nos metimos dentro a tomar una copa, había un par de tíos tocando en directo y eso me encantada de esta ciudad, que hubiese tanta música en directo, improvisando, nada de ir a una sala de conciertos, en cualquier garito por pequeño que fuese pues había alguien tocando, sobre todo por esta zona del Nyhavn en las casas de colores e iluminación únicamente con velas, así que me alegré mucho de haber reservado el hotel tan cerca de ahí. Brindamos por nuestro primer día allí, parecía mentira que antes de la hora de la cena estaba que me caía y por la noche mejoré bastante y pude acabar brindando en el Nyhavn, las perspectivas eran buenas e iba muy contento por Bredgrade al Phoenix para un merecido descanso, la luna no se veía, estaba todo nublado.



Nyhavn.



Smorrebrods.



Cafe Brooklyn.



Kongens Nytorv. Hotel Anglaterre. Utilizado en la película de Alfred Hitchcock 'Cortina Rasgada'.



Entrada al Umami Restaurant.



Restaurante Umami. Tallarines con vegetales.



Calle Stroget. Fuente.



Ayuntamiento Kobenhavn. Radhus.



Pagoda china del Tivoli.



The Dubliner en Stroget.

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