El domingo 17 de Marzo amanecimos un poco tarde tras la buena juerga del Sábado que ya conté en la anterior entrada, iba a ser un día largo y bastante bueno, con muchas actividades que intentaré resumir para que no salga un churro de entrada que sea un poco tostón.
Directamente como el día anterior, bajamos por Lothian Road hasta Princes Street, estaba lloviendo y tuvimos que sacar los paraguas por la calle principal, mientras tanto veíamos el impresionante Walter Scott Monument erigido en honor a este autor escocés y que se puede subir para ver Edimburgo desde arriba, pero no hacía tiempo para ello y además era ya un poco tarde y había que ir a comer. El sitio elegido para nuestra primera comida en la ciudad fue Café Royal, que está en West Register Street en New Town, un bonito lugar, también lleno de historia y esta vez mucho más pijo que lo que visitamos la noche anterior. Pedimos una mariscada, que allí en Escocia es muy bueno el marisco, no nos salió barato pero cuantas veces uno se come una mariscada en Edimburgo, había que hacerlo, observad las fotos del lugar porque realmente merece la pena.
El tiempo se iba aclarando y la lluvia iba dejando paso a los primeros rayos de Sol, así que raudos nos dispusimos a descubrir la ciudad, pateándola porque había muchas cosas que ver, en primer lugar te encuentras al final de Princes Street el Hotel Balmoral y la estación central de trenes que se llama Waverley Station, estábamos en la zona nueva de la ciudad que es donde están la mayoría de hoteles, servicios y comercios. La ruta continuaba por North Bridge, que ves desde arriba la estación de trenes de Waverley y te encuentras otro de los grandes hoteles de Escocia y sede del periódico escocés The Scotsman.
Cada vez iba saliendo más el Sol así que decidimos alargar el paseo, siempre pasa lo mismo los primeros días de un viaje donde uno va a una ciudad que no conoce, lo quiere ver todo, quiere descubrirla, es una curiosidad innata que espero que Olga y yo nunca perdamos porque ahí residen las ganas de viajar y disfrutar viendo cosas nuevas. Nuestro objetivo ya que pillábamos algo de buen tiempo era llegar a Holyrood Park que ya está a las afueras de la ciudad y ver un parque con un poco de Sol es mucho agradable que ir nevando o lloviendo. Para llegar hasta allí nos hicimos andando la parte de la Royal Mile menos conocida que es Canongate, que en mi caso me pareció bastante interesante al no ser tan turística, ves unas casas muy bonitas, había un pequeño cementerio y al final desembocas por el nuevo edificio del Parlamento de Escocia, una construcción bastante fea que no pega nada con un lugar tan señorial, básicamente es un pegote moderno hecho por Calatrava, así que os podéis imaginar, más abajo he dejado una foto para que le echéis un vistazo.
Esta zona merece la pena visitarla y yo lo recomiendo, Holyrood Park es bonito, la gente de allí va de paseo a este parque y los aficionados al trekking se suben a la colina donde está ubicado el Arthur's Seat, no es nada difícil de escalar y no hace falta ser un experto, nosotros no lo hicimos porque el viento ese día corría bastante helado, así que imaginábamos que arriba sería un poco durillo. Además como el día anterior estuvimos con los escoceses presenciando como cantaban el himno de Escocia muy repúblicanos pues hoy íbamos a ver la parte monárquica de los escoceses y su devoción a la Reina de Inglaterra visitando el HolyRood House Palace, residencia oficial de la Reina cuando está de visita en Escocia. El edificio es muy bonito pero lo más interesante es la tienda de regalos, dios mio que horteras que son con los souvenirs de la Familia Real inglesa, aún recuerdo las risas que me pasé en ese lugar.
Nos faltaba para culminar el paseo dar una vuelta por la Royal Mile que apenas habíamos pasado por ella, simplemente de refilón para ir a otros lugares, la parte más monumental se encuentra en High Street donde hay tiendas que venden el kilt escocés y admiras la impresionante Catedral de St Giles donde al lado se ubica el Corazón del Midlothian que son unas losas que forman un corazón, aquí se encontraba antes la prisión de Edimburgo y ahora es tradición escupir dentro de él para que tengas buena suerte, para mí una asquerosidad y otra turistada, recomiendo no pisar dentro, seguro que está resbaladizo. En todas las ciudades siempre hay alguna tradición de estas que te dan buena suerte o que si lo haces vuelves a esa ciudad.
En está zona también hay otras atracciones como Mary King Close y el Ayuntamiento, pero ya hablaremos de esos lugares en otra entrada del viaje. Había que hacer ya una parada después de tanto paseo y como estábamos muy cerca nos acercamos por George IV Bridge a una cafetería muy famosa en Edimburgo. The Elephant House es el lugar donde la autora inglesa JK Rowling empezó a escribir la saga de libros infantiles sobre Harry Potter. Ahora es un lugar muy famoso y de culto por este motivo. La cafetería está bien en la parte de dentro que hay un tea room, desde ahí se ven unos colegios de la ciudad que seguro que inspiraron a la autora para crear Hogwarts porque son muy parecidos al colegio de la película. Rowling se mudó a vivir a Edimburgo porque la vida es algo más barata allí que en Londres y se encontraba en paro.
Tras un chocolate caliente que entona el cuerpo un mes de Marzo vimos la estatua del perro Greyfriars Bobby, un perro de la raza Skye Terrier que permaneció hasta su muerte al lado de la tumba de su amo John Gray, os dejo el enlace de la wikipedia de esta peculiar historia de Greyfriars Bobby, enfrente de la estatua del perro se encuentra el edificio del National Museum of Scotland, donde se encontraba la oveja Dolly pero ya era muy tarde para verla porque estaba cerrado. En vez de ver a Dolly nos fuimos al cementerio de Greyfriars que es uno de los más antiguos de la ciudad y que merece la pena su visita, en la entrada al lugar hay un cartel de gente famosa enterrada allí, yo no conocía a ninguno.
La noche ya caía sobre Edimburgo y había que disfrutar de la noche de San Patricio, así que fuimos para el hotel a descansar un poquito y cambiarnos para salir. Como habíamos andado bastante durante el día pues por la noche lo haríamos cerca del hotel y como la noche anterior nos quedamos con las ganas de estar en Victoria Street pues esta noche íbamos a cenar allí. El lugar escogido fue Howies, que es una cadena escocesa de restaurantes que tiene varios en el país. Yo me pedí carne de cerdo y Olga salmón escocés que estaba muy rico, para beber Olga se animó a probar una bebida de allí, el Irn Bru es una bebida naranja que nos recordó con su sabor al Kinnie maltés pero menos dulce que el de la isla del Mediterráneo. En definitiva un lugar mono donde te pegan un poco de clavada porque no era para tanto. Supongo que la localización del sitio también influye un poco.
Para la juerga nocturna llevaba apuntado un sitio cerca de la Royal Mile donde había un concierto de música celta, muy cerca del hotel Radisson en Southgate se ubica el Whistle Binkies, un pub muy grande y que me gustó un montón, con lo de la música en directo ya me tenían ganado pero es que además el lugar era bonito. Olga se encontraba un poco cansada y helada del paseo hasta el lugar desde Howies pero aún así se lo pasó bien y luego después de echarnos unas risas en este pub, nos bajamos a Grassmarket que es donde la gente no paraba de bailar por San Patricio y que mejor opción que acabar en el Biddy Mulligans en la misma plaza Grassmarket, el nombre del lugar es una canción folk irlandesa y es donde más animación había.
Así que brindamos allí con los borrachos escoceses e irlandeses hasta la hora que nos echaron del garito. Estábamos muy cansados de un fin de semana donde habíamos hecho un montón de actividades. De nuevo subimos al Premier Inn por Lady Lawson Street y West Port, que daba un miedo que no veas, apenas no veías a gente por la noche y además es que vaya manía tienen en las ciudades centroeuropeas de iluminar tan poco sus calles. Con el mal tiempo seguíamos sin ver la Luna escocesa, al día siguiente la cosa iba a empeorar aún más, la nieve nos esperaba, pero eso ya lo contaré en la siguiente entrada.
Walter Scott Monument.
Cafe Royal.
Dentro del Cafe Royal.
Mariscada de domingo.
Hotel Balmoral.
Princes Street. Hacia North Bridge.
Waverley Station.
The Scotsman. En el North Bridge.
Canongate. Royal Mile.
Holyrood Park, arriba el Arthur Seat.
Parlamento de Escocia.
Holyrood Palace.
Catedral de St Giles.
The Elephant House.
Greyfriars Bobby.
Cementerio de Greyfriars. Aquí el cartel de famosos enterrados allí.
Howies. Victoria Street.
Irn Bru.
Whistle Binkies.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
miércoles, 31 de diciembre de 2014
martes, 30 de diciembre de 2014
Angus, Lochs, Whisky and pints. Thanks Edinburgh. Día 1.
Después de un pequeño descanso tras el vuelo y el check in en el hotel, nos dispusimos a disfrutar nuestra primera noche en Edimburgo porque a las 18:00 ya es de noche cerrada en Escocia. Yo llevaba apuntado que en una calle de la New Town había muchos restaurantes, así que pensamos dar una vuelta por la ciudad para echar un primer vistazo y llegar hasta Rose Street que es donde hay muchas tabernas y restaurantes. Así que bajamos de nuevo por Lothian Road esta vez ya sin llover ni nevando para llegar a Princes Street e internarnos por las calles de la ciudadela nueva.
En la ciudad nueva no penséis que es un sitio a la manera moderna que todo esta super pensado y que es bastante artificial, al contrario, también esta parte tiene mucho encanto y en muchas ciudades españolas llanas esto sería el casco antiguo, lo que pasa es que Edimburgo es especial hasta para esto. No había mucha gente por la calle, pensamos que era debido al frío, pero no era por eso y enseguida en cuanto pasamos a uno de los restaurantes ya supimos porque las calles estaban semidesiertas. La taberna que elegimos para nuestra primera cena en Escocia fue The Kenilworth en la misma calle Rose Street, es de los pubs más antiguos y es mítico allí, es super chula, muy antigua y a mi me encantaría tener un sitio así.
Una vez dentro que estaba bastante lleno, había muchos escoceses con la bandera de su país y muchos con el kilt (falda) escocés puesto. Miramos hacia el televisor y allí estaba la selección escocesa de rugby que iba a jugar su partido contra Francia en el 6 Naciones de Rugby, ese momento fue el primer espectáculo de nacionalismo escocés que vivía, cuando sonó el himno escocés en The Kenilworth se palpaba la emoción de los escoceses, que mira que luego son malos en casi cualquier deporte, de hecho esa noche perdieron el partido, pero a ellos no les importa, ya es un honor muy grande poder representar a su país en cualquier ámbito. Recuerdo y era muy curioso que los bares y pubs los decoran en esas fechas con las banderas de los participantes del Seis Naciones (Gales, Escocia, Irlanda, Italia, Francia e Inglaterra) pero la bandera de Inglaterra la ponen más pequeña que apenas la ves y en ocasiones es un simple trapo, no les tienen mucho aprecio que digamos.
Tuvimos suerte y mientras se disputaba el partido pudimos coger mesa, fue cerca de la puerta que entraba un poco de frío, pero no nos importó porque son bastante educados y cerraban la puerta al salir y eso que ya iban un poco borrachetes. Los escoceses por lo general durante el viaje me resultaron bastante simpáticos, siempre se lo decía a Olga, son como los ingleses pero más educados y simpáticos, no tenían esa prepotencia inglesa de creerse los amos del mundo, eran muy cerrados al hablar pero siempre hacían el esfuerzo por entenderse con la gente extranjera, muy al contrario que en Inglaterra que eso nunca me ocurrió. La cena fue bastante básica, para Olga un plato típico de fish and chips que tenía ganas de probarlo allí y para mí un rump steak que es un filete con patatas que ya llevaba hambre, todo ello por supuesto regado de pintas de cerveza, que para eso estábamos en Escocia.
Para salir de copas lo teníamos muy claro y lo íbamos a hacer por la parte antigua de la ciudad que es la más auténtica y además estábamos más cerca del hotel. Así que de nuevo enfilamos por Princes Street y subiendo una cuesta que se llama The Mound que es donde se encuentra la Scottish National Gallery, ya llegábamos a la Old Town. Nuestra primera parada iba a ser en la calle más importante de la ciudad que se denomina Royal Mile que a la manera de Copenhague con Stroget es un calle peatonal ancha que se divide en varios tramos y que aglutina diferentes calles aunque sea en línea recta. Allí en el 435 Lawnmarket se encuentra el Deacon Brodies. Es otra de las tabernas más famosas de la ciudad y de visita obligada, su nombre se debe a Willian Brodie, un diácono que fue presidente de la Cámara de Comercio de Edimburgo y que por las noches se dedicaba a ser un ladrón por la adrenalina que ello suponía, en este personaje se basó Robert Louis Stevenson para su novela El Extraño Caso del Doctor Jekyll y Mr Hyde. El padre de Stevenson poseía muebles fabricados por Brodie, ya que este se dedicaba a fabricar armarios. Para más información dejo este enlace de la wikipedia de este singular personaje que es Willian Brodie.
El pub está muy chulo y también al igual que el The Kenilworth es muy antiguo, la media de edad del público era bastante alta y seguíamos viendo a escoceses con el kilt puesto. Yo allí me pedí mi primer whisky escocés que tenía ganas de beberme un whisky en Escocia, solo con hielo por supuesto, allí no les iba a pedir que le pusieran Coca Cola, Olga siguió con la cerveza. Como ya hicimos un poco la turistada de ir al Deacon Brodies pues ya íbamos a buscar sitios donde hubiese gente que se acercase más a nuestra edad y descubrimos una de las calles por las que íbamos a pasar varias veces y que merece mucho la pena, bajando por Bank Street llegamos a Victoria Street, una calle serpenteante, con casitas de colores y una pronunciada cuesta. Hay librerías, pequeñas tiendas, restaurantes, cafeterías y pubs, el sueño de todo hipster vivir en esa calle de Edimburgo. Echamos un vistazo a varios sitios en Victoria Street pero estaba todo muy lleno y no se estaba a gusto.
Al final de esta calle tan interesante desembocas en Grassmarket que es una plaza con un montón de garitos también. Un sitio que antiguamente era bastante siniestro porque ahí es donde ejecutaban a los presos ahorcándolos. Como reminiscencia a esos tiempos ha quedado un recuerdo en forma de pequeño pub que por supuesto teníamos que visitar. The Last Drop como su nombre indica es el último trago antes de ir a la horca, además para dejarlo más claro aún tienen un logotipo de un horca dibujada como veréis en las fotos que más abajo pongo. En este pub tienen cerveza de fabricación propia y como ya me había tomado un whisky pues volví a la cerveza, esta vez la pedí tostada y estaba realmente buena, con mucho cuerpo y sin apenas burbuja, como odio las cervezas españolas que me hinchan mucho. Las escocesas ya iban moradas de frío porque apenas se abrigan, bastante borrachas como ellos y ya se empezaba a celebrar la festividad de San Patricio, aunque sea una festividad de los irlandeses para ellos son como hermanos.
Al ser Sábado y aunque ya era un poco tarde seguía todo abierto y yo quería ir a un sitio que había visto a Joaquín Reyes ir en el programa de la Sexta Planeta Finito, además estábamos al lado, enfilando por Cowgate entre una marabunta de borrachos/as llegas al impresionante Three Sisters, que pedazo de sitio, nada más llegar hay un patio bastante grande donde ponen una carpa y barras con grifos para servir fuera, estaba casi nevando y la gente estaba fuera bebiendo pintas, no se me va a olvidar porque además sonaban los acordes del tema de Primal Scream Rocks, me puse muy contento porque este grupo es escocés, en concreto de Glasgow. Fuimos para dentro y el lugar estaba super petadísimo, de hecho bastante agobiante y al final nos fuimos a la calle a beber, la camarera a la que pedimos las cervezas era española y llevaba ya su gorro de San Patricio, me encantó la música de este sitio.
Lo pasamos muy bien en el Three Sisters pero ya llevábamos unas cuantas cervezas, whisky y cansancio, era la hora de volver, por Cowgate el cachondeo seguía como a la ida y en Grassmarket ya iban apagando porque era la hora del cierre de los pubs, solo ya estaban abiertas las discotecas. Teníamos un viaje a casa de unos 5 minutos subiendo por West Port y Lady Lawson Street, estábamos al lado de la juerga y hablábamos de lo bien de lo que se nos había dado nuestro primer día por la capital de Escocia y eso que nos recibió con una buena nevada al principio. Había que descansar que durante el domingo iríamos a descubrir más cosas de esta interesante ciudad. Fue una jornada perfecta.
Rose Street.
The Kenilworth.
The Kenilworth.
Deacon Brodie´s Tavern.
Deacon Brodie´s Tavern.
Victoria Street.
Victoria Street.
Grassmarket.
Last Drop.
Last Drop.
Three Sisters.
Three Sisters.
Primal Scream, Rocks
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
En la ciudad nueva no penséis que es un sitio a la manera moderna que todo esta super pensado y que es bastante artificial, al contrario, también esta parte tiene mucho encanto y en muchas ciudades españolas llanas esto sería el casco antiguo, lo que pasa es que Edimburgo es especial hasta para esto. No había mucha gente por la calle, pensamos que era debido al frío, pero no era por eso y enseguida en cuanto pasamos a uno de los restaurantes ya supimos porque las calles estaban semidesiertas. La taberna que elegimos para nuestra primera cena en Escocia fue The Kenilworth en la misma calle Rose Street, es de los pubs más antiguos y es mítico allí, es super chula, muy antigua y a mi me encantaría tener un sitio así.
Una vez dentro que estaba bastante lleno, había muchos escoceses con la bandera de su país y muchos con el kilt (falda) escocés puesto. Miramos hacia el televisor y allí estaba la selección escocesa de rugby que iba a jugar su partido contra Francia en el 6 Naciones de Rugby, ese momento fue el primer espectáculo de nacionalismo escocés que vivía, cuando sonó el himno escocés en The Kenilworth se palpaba la emoción de los escoceses, que mira que luego son malos en casi cualquier deporte, de hecho esa noche perdieron el partido, pero a ellos no les importa, ya es un honor muy grande poder representar a su país en cualquier ámbito. Recuerdo y era muy curioso que los bares y pubs los decoran en esas fechas con las banderas de los participantes del Seis Naciones (Gales, Escocia, Irlanda, Italia, Francia e Inglaterra) pero la bandera de Inglaterra la ponen más pequeña que apenas la ves y en ocasiones es un simple trapo, no les tienen mucho aprecio que digamos.
Tuvimos suerte y mientras se disputaba el partido pudimos coger mesa, fue cerca de la puerta que entraba un poco de frío, pero no nos importó porque son bastante educados y cerraban la puerta al salir y eso que ya iban un poco borrachetes. Los escoceses por lo general durante el viaje me resultaron bastante simpáticos, siempre se lo decía a Olga, son como los ingleses pero más educados y simpáticos, no tenían esa prepotencia inglesa de creerse los amos del mundo, eran muy cerrados al hablar pero siempre hacían el esfuerzo por entenderse con la gente extranjera, muy al contrario que en Inglaterra que eso nunca me ocurrió. La cena fue bastante básica, para Olga un plato típico de fish and chips que tenía ganas de probarlo allí y para mí un rump steak que es un filete con patatas que ya llevaba hambre, todo ello por supuesto regado de pintas de cerveza, que para eso estábamos en Escocia.
Para salir de copas lo teníamos muy claro y lo íbamos a hacer por la parte antigua de la ciudad que es la más auténtica y además estábamos más cerca del hotel. Así que de nuevo enfilamos por Princes Street y subiendo una cuesta que se llama The Mound que es donde se encuentra la Scottish National Gallery, ya llegábamos a la Old Town. Nuestra primera parada iba a ser en la calle más importante de la ciudad que se denomina Royal Mile que a la manera de Copenhague con Stroget es un calle peatonal ancha que se divide en varios tramos y que aglutina diferentes calles aunque sea en línea recta. Allí en el 435 Lawnmarket se encuentra el Deacon Brodies. Es otra de las tabernas más famosas de la ciudad y de visita obligada, su nombre se debe a Willian Brodie, un diácono que fue presidente de la Cámara de Comercio de Edimburgo y que por las noches se dedicaba a ser un ladrón por la adrenalina que ello suponía, en este personaje se basó Robert Louis Stevenson para su novela El Extraño Caso del Doctor Jekyll y Mr Hyde. El padre de Stevenson poseía muebles fabricados por Brodie, ya que este se dedicaba a fabricar armarios. Para más información dejo este enlace de la wikipedia de este singular personaje que es Willian Brodie.
El pub está muy chulo y también al igual que el The Kenilworth es muy antiguo, la media de edad del público era bastante alta y seguíamos viendo a escoceses con el kilt puesto. Yo allí me pedí mi primer whisky escocés que tenía ganas de beberme un whisky en Escocia, solo con hielo por supuesto, allí no les iba a pedir que le pusieran Coca Cola, Olga siguió con la cerveza. Como ya hicimos un poco la turistada de ir al Deacon Brodies pues ya íbamos a buscar sitios donde hubiese gente que se acercase más a nuestra edad y descubrimos una de las calles por las que íbamos a pasar varias veces y que merece mucho la pena, bajando por Bank Street llegamos a Victoria Street, una calle serpenteante, con casitas de colores y una pronunciada cuesta. Hay librerías, pequeñas tiendas, restaurantes, cafeterías y pubs, el sueño de todo hipster vivir en esa calle de Edimburgo. Echamos un vistazo a varios sitios en Victoria Street pero estaba todo muy lleno y no se estaba a gusto.
Al final de esta calle tan interesante desembocas en Grassmarket que es una plaza con un montón de garitos también. Un sitio que antiguamente era bastante siniestro porque ahí es donde ejecutaban a los presos ahorcándolos. Como reminiscencia a esos tiempos ha quedado un recuerdo en forma de pequeño pub que por supuesto teníamos que visitar. The Last Drop como su nombre indica es el último trago antes de ir a la horca, además para dejarlo más claro aún tienen un logotipo de un horca dibujada como veréis en las fotos que más abajo pongo. En este pub tienen cerveza de fabricación propia y como ya me había tomado un whisky pues volví a la cerveza, esta vez la pedí tostada y estaba realmente buena, con mucho cuerpo y sin apenas burbuja, como odio las cervezas españolas que me hinchan mucho. Las escocesas ya iban moradas de frío porque apenas se abrigan, bastante borrachas como ellos y ya se empezaba a celebrar la festividad de San Patricio, aunque sea una festividad de los irlandeses para ellos son como hermanos.
Al ser Sábado y aunque ya era un poco tarde seguía todo abierto y yo quería ir a un sitio que había visto a Joaquín Reyes ir en el programa de la Sexta Planeta Finito, además estábamos al lado, enfilando por Cowgate entre una marabunta de borrachos/as llegas al impresionante Three Sisters, que pedazo de sitio, nada más llegar hay un patio bastante grande donde ponen una carpa y barras con grifos para servir fuera, estaba casi nevando y la gente estaba fuera bebiendo pintas, no se me va a olvidar porque además sonaban los acordes del tema de Primal Scream Rocks, me puse muy contento porque este grupo es escocés, en concreto de Glasgow. Fuimos para dentro y el lugar estaba super petadísimo, de hecho bastante agobiante y al final nos fuimos a la calle a beber, la camarera a la que pedimos las cervezas era española y llevaba ya su gorro de San Patricio, me encantó la música de este sitio.
Lo pasamos muy bien en el Three Sisters pero ya llevábamos unas cuantas cervezas, whisky y cansancio, era la hora de volver, por Cowgate el cachondeo seguía como a la ida y en Grassmarket ya iban apagando porque era la hora del cierre de los pubs, solo ya estaban abiertas las discotecas. Teníamos un viaje a casa de unos 5 minutos subiendo por West Port y Lady Lawson Street, estábamos al lado de la juerga y hablábamos de lo bien de lo que se nos había dado nuestro primer día por la capital de Escocia y eso que nos recibió con una buena nevada al principio. Había que descansar que durante el domingo iríamos a descubrir más cosas de esta interesante ciudad. Fue una jornada perfecta.
Rose Street.
The Kenilworth.
The Kenilworth.
Deacon Brodie´s Tavern.
Deacon Brodie´s Tavern.
Victoria Street.
Victoria Street.
Grassmarket.
Last Drop.
Last Drop.
Three Sisters.
Three Sisters.
Primal Scream, Rocks
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Angus, Lochs, Whisky and pints. Thanks Edinburgh. Llegada.
De nuevo como cada Navidad y teniendo vacaciones, vamos a afrontar otro de los viajes en el blog que fue ya realizado hace tiempo. Nuestro destino es Edimburgo, capital de Escocia, un viaje que realicé en 2013 junto a Olga, fue un viaje extraño en nosotros porque lo hicimos en Marzo donde la climatología nos era adversa pero fue un viaje muy especial, donde lo pasamos muy bien y del que tengo muy buenos recuerdos. Además me apetece mucho comentarlo en estas fechas navideñas donde hace bastante frío y allí pasamos mucho con nevadas y ventiscas, me ayuda a ponerme a recordar más fácilmente esos días que pasamos por allí. Durante estos días iré colgando una entrada por jornada que se realizó en el viaje, en total fueron 5 días completos.
Como ya es tradición, antes de empezar quería dar las gracias a mi acompañante en este viaje, Olga me ayudó bastante y lo pasé muy bien con ella, en muchos momentos este viaje le recordaba a Asturias, donde también todo es verde y hace bastante frío, estaba más acostumbrada que yo y además fue muy previsora con la ropa de abrigo. Le pone bastante paciencia a los viajes al extranjero, porque si bien normalmente yo hago las búsquedas antes de viajar, luego es ella la que le mando a hablar en inglés cuando ya estamos en el destino.
En esta entrada llegaremos hasta nuestro lugar de residencia en estos días que fue el Hotel Premier Inn Edinburgh Central en Lauriston Place. Nuestro vuelo fue el 16 de Marzo de 2013 con la compañía de bajo coste Easy Jet. Partimos desde el aeropuerto de Barajas a las 12:30 para llegar a Edimburgo a las 14:25 hora local de Escocia, ya que allí al igual que en Inglaterra es una hora menos que en España. Fue un vuelo sin incidencias, normal y sorprendentemente sin retrasos, llegamos a nuestra hora a Escocia, en el avión comimos algo ligero porque luego no nos daría tiempo a comer en Edimburgo, de hecho no tenían apenas cosas para comer, llegaríamos para la cena de ese Sábado. En la cola del embarque vimos a una de las chicas que salía en el programa de Españoles por el mundo, del que luego nos contaron una anécdota de ella ya en Edimburgo.
Una vez que aterrizamos en Escocia nos recibió la lluvia, llevábamos muchos días mirando desde España que tiempo nos iba a hacer en Edimburgo, era nuestro principal temor pero es verdad que luego una vez que has hecho el viaje y ves que es diferente, también lo aprecias y te saca una sonrisa ante las inclemencias. Para ir del aeropuerto al centro de la ciudad hay autobuses que tienen unas pocas paradas y en unos 40 minutos has hecho el trayecto, sacamos ya el billete de ida y vuelta. Recuerdo que ese autobús pasa por el zoo de la ciudad que está bastante alejado. Ante nosotros teníamos delante una ciudad histórica, capital de Escocia donde es un lugar muy curioso, en primer lugar no hay metro y la ciudad se divide entre la parte vieja que es angosta con desniveles y donde se ubica el Castillo de la ciudad y la parte nueva que es plana, donde vive la mayoría de la gente y donde están los principales negocios.
El bus te deja en la parte nueva y llana, muy cerca de la calle principal que es Princes Street. Una calle que recorreremos algunas veces durante este periplo. Con nuestras maletas enfilamos por Lothian Road viendo lo bonito es el Waldorf Astoria Edinburgh, había que andar un poco para llegar a nuestro hotel y yo iba sin paraguas porque me molestaba. Cual fue nuestra sorpresa que a la altura del Usher Hall, una magnífica sala de conciertos, se puso a nevar, ya no sólo es que nos molestase la lluvia sino que los copos blancos caían sobre nosotros y nuestras maletas, no tuve más remedio que sacar mi paraguas, a Olga al principio le hizo mucha gracia y estaba hasta contenta, con el paso de los días ya no le hacía tanta ilusión sin duda. Cuando se te rompen los paraguas no mola nada.
Desde Lothian Road a mano derecha se llega a Lauriston Place que es donde estaba nuestro alojamiento. Para la elección de nuestro hotel lo tuvimos muy claro desde el principio, tendría que ser en la parte vieja de la ciudad y lo más cerca del Castillo y la Royal Mile, es lo más estratégico del centro de la parte antigua que uno puede estar. Edimburgo es una ciudad bastante cara, nosotros echamos el resto porque eran 5 días y no íbamos a ir a hoteles muy alejados del centro o a casas donde tienes el desayuno incluido, una opción que mucha gente contrata y que me han hablado muy bien de ella, además es una manera de practicar el idioma y tener contacto con gente autóctona. Más barata que ir a un hotel céntrico como hicimos nosotros.
Hicimos el check in en el Premier Inn, un hotel bastante básico, habitación pequeñita, había un armario que era bastante malo porque apenas se podía guardar ropa y nos dieron una habitación interior donde se veía un patio cutre, desde luego el alojamiento en Edimburgo es muy caro. Por lo menos la zona estaba bastante bien porque para bajar al Grassmarket eran unos 5-10 minutos andando. Por la ventana pequeña de la habitación mirábamos la nevada que ya iba remitiendo, yo puse cara de alivio. Un pequeño descanso y afrontaríamos nuestra primera noche en la ciudad. Pero eso ya será en la siguiente entrada.
Princes Street.
Waldorf Astoria.
Lothian Road. Cines Odeon.
Usher Hall.
Premier Inn City Center. Lauriston Place.
Habitación Premier Inn.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Como ya es tradición, antes de empezar quería dar las gracias a mi acompañante en este viaje, Olga me ayudó bastante y lo pasé muy bien con ella, en muchos momentos este viaje le recordaba a Asturias, donde también todo es verde y hace bastante frío, estaba más acostumbrada que yo y además fue muy previsora con la ropa de abrigo. Le pone bastante paciencia a los viajes al extranjero, porque si bien normalmente yo hago las búsquedas antes de viajar, luego es ella la que le mando a hablar en inglés cuando ya estamos en el destino.
En esta entrada llegaremos hasta nuestro lugar de residencia en estos días que fue el Hotel Premier Inn Edinburgh Central en Lauriston Place. Nuestro vuelo fue el 16 de Marzo de 2013 con la compañía de bajo coste Easy Jet. Partimos desde el aeropuerto de Barajas a las 12:30 para llegar a Edimburgo a las 14:25 hora local de Escocia, ya que allí al igual que en Inglaterra es una hora menos que en España. Fue un vuelo sin incidencias, normal y sorprendentemente sin retrasos, llegamos a nuestra hora a Escocia, en el avión comimos algo ligero porque luego no nos daría tiempo a comer en Edimburgo, de hecho no tenían apenas cosas para comer, llegaríamos para la cena de ese Sábado. En la cola del embarque vimos a una de las chicas que salía en el programa de Españoles por el mundo, del que luego nos contaron una anécdota de ella ya en Edimburgo.
Una vez que aterrizamos en Escocia nos recibió la lluvia, llevábamos muchos días mirando desde España que tiempo nos iba a hacer en Edimburgo, era nuestro principal temor pero es verdad que luego una vez que has hecho el viaje y ves que es diferente, también lo aprecias y te saca una sonrisa ante las inclemencias. Para ir del aeropuerto al centro de la ciudad hay autobuses que tienen unas pocas paradas y en unos 40 minutos has hecho el trayecto, sacamos ya el billete de ida y vuelta. Recuerdo que ese autobús pasa por el zoo de la ciudad que está bastante alejado. Ante nosotros teníamos delante una ciudad histórica, capital de Escocia donde es un lugar muy curioso, en primer lugar no hay metro y la ciudad se divide entre la parte vieja que es angosta con desniveles y donde se ubica el Castillo de la ciudad y la parte nueva que es plana, donde vive la mayoría de la gente y donde están los principales negocios.
El bus te deja en la parte nueva y llana, muy cerca de la calle principal que es Princes Street. Una calle que recorreremos algunas veces durante este periplo. Con nuestras maletas enfilamos por Lothian Road viendo lo bonito es el Waldorf Astoria Edinburgh, había que andar un poco para llegar a nuestro hotel y yo iba sin paraguas porque me molestaba. Cual fue nuestra sorpresa que a la altura del Usher Hall, una magnífica sala de conciertos, se puso a nevar, ya no sólo es que nos molestase la lluvia sino que los copos blancos caían sobre nosotros y nuestras maletas, no tuve más remedio que sacar mi paraguas, a Olga al principio le hizo mucha gracia y estaba hasta contenta, con el paso de los días ya no le hacía tanta ilusión sin duda. Cuando se te rompen los paraguas no mola nada.
Desde Lothian Road a mano derecha se llega a Lauriston Place que es donde estaba nuestro alojamiento. Para la elección de nuestro hotel lo tuvimos muy claro desde el principio, tendría que ser en la parte vieja de la ciudad y lo más cerca del Castillo y la Royal Mile, es lo más estratégico del centro de la parte antigua que uno puede estar. Edimburgo es una ciudad bastante cara, nosotros echamos el resto porque eran 5 días y no íbamos a ir a hoteles muy alejados del centro o a casas donde tienes el desayuno incluido, una opción que mucha gente contrata y que me han hablado muy bien de ella, además es una manera de practicar el idioma y tener contacto con gente autóctona. Más barata que ir a un hotel céntrico como hicimos nosotros.
Hicimos el check in en el Premier Inn, un hotel bastante básico, habitación pequeñita, había un armario que era bastante malo porque apenas se podía guardar ropa y nos dieron una habitación interior donde se veía un patio cutre, desde luego el alojamiento en Edimburgo es muy caro. Por lo menos la zona estaba bastante bien porque para bajar al Grassmarket eran unos 5-10 minutos andando. Por la ventana pequeña de la habitación mirábamos la nevada que ya iba remitiendo, yo puse cara de alivio. Un pequeño descanso y afrontaríamos nuestra primera noche en la ciudad. Pero eso ya será en la siguiente entrada.
Princes Street.
Waldorf Astoria.
Lothian Road. Cines Odeon.
Usher Hall.
Premier Inn City Center. Lauriston Place.
Habitación Premier Inn.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
sábado, 25 de octubre de 2014
AU2014. Seeya mates!
Y bueno como todas las historias interesantes, un buen principio debe terner un gran final. Han sido casi 3 años de aventuras, de de emociones, de descubrimientos y también, por qué no decirlo, de decepciones. La mayor de todas fue el no poder conseguir el visado de trabajo y la sensación de ser ciudadanos de segunda en el país-continente. Pero en fin prefiero quedarme con lo bueno y para celebrar la inminente partida, me permití el lujo de regalarme la entrada a uno de los mejores festivales en los que he estado, el Soundwave. Si os gusta el rock, metal y punk, no dudeis en acudir a la cita anual en algunas de las ciudades más imprtantes de Australia. Pues lo dicho, con mucha tristeza y con ganas de volver a ver a los nuestros nos decidimos a dejar Australia ¿tan fácil como eso? ¡Claro que no! Después de 3 años perdidos por la selva y la ciudad, no nos ibamos a volver tan campantes. La idea fue romper la hucha y largarnos a completar uno de los viajes más interesantes que se pueden realizar: el sudeste asiático. El reto fue viajar durante 60 días por Asia, gastandose en viajes lo mismo que cuesta un billete Melbourne - Madrid ¿que como es eso posible? Continuad leyendo y lo sabreis. En este primer post del periplo, plantearé algunos de los preparativos y os mostraré como fue el viaje: 24.700 km en 2 meses. La ruta fue la siguiente: Melburne-Indonesia-Tahilandia-Camboya-Malasia-Singapur-Nepal-Turqia-España. La ruta la fuimos decidiendo dependiendo de los precios de los vuelos. Hay vuelos más baratas que otros. En la seccion de fotos podreis ver como se llevo a cabo el viaje. Sobre los preparativos, bueno la cosa fue más o menos como sigue. El viaje lo planteamos sacando solamente los billetes de avion y algun hotel donde llegaramos demasiado tarde. Esto, por regla general, fue lo mejor, pues nos permitió libertad de planificación 'in situ' y además, en Asia, es mucho más barato reservar en el momento que por anticipado en sitios tipo booking.com Por tanto lo primero fue comprar los billetes. Luego preparamos un checklist parecido al siguiente:
- Pedir super annuation
- Mover el dinero a España
- Anular transfer del piso
- Anular internet
- Anular electricidad
- Mandar maleta a España (con www.worldbaggage.com.au) ¡Ojo cuidado con esta compañía que la opción más barata no incluye gastos de audana y en España son carísimos!
- Sacar Billetes (www.skyscanner.com)
- Vender cosas por internet (Gumtree.com.au)
- Vacunas (TripleA:basicamente Hepatitis A y Fiebres Tifoideas, Tenanos y Hepatitis B)
- Cambiar dolares USA (dinero genérico de emergencia)
- Comprar cartera interior
- Reservar Hoteles
- Contratar Seguro (IATI, lo usamos bien usado y funcionó. Lentos, eso si, pero te solucionan las cosas: https://www.iatiseguros.com/)
- Comprar Botas
- Comprar Mochila
- Botiquin: Tiritas,Ibuprofeno,Antibioticos,Vendas.Esparadrapo,Antiacido
- Camara de fotos
- 6 fotos para los visados
- Documentación: DNI, Pasaporte
- Tarjetas de Crédito (2 como mínimo, por si las moscas. Nosotros la primera semana perdimos una en un cajero)
Bueno pues con esto empezamos a funcionar. A grosso modo los gastos iniciales se pueden desglosar de la siguiente manera:
Mandar maletas 165
Vacuna HA 110.22
Vacuna HB 18.48
Billete Indones 195.36
Billete Singapur 21.78
Billete Tailandia 115.5
Billete Camboya 42.24
Billete Malasia 50.82
Billete Nepal 74.58
Billete Turquia 253.44
Billete España 64.68
Seguro 205
Total: 1317 Euros
A esto habría que sumarle visados, comida, alojamiento y más historias que os iremos contando. Pero vamos id abriendo boca que en las próximas semanas comprobareis como se puede viajar por toda Asia en 2 meses y no morir en el intento (aunque casi)
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
- Pedir super annuation
- Mover el dinero a España
- Anular transfer del piso
- Anular internet
- Anular electricidad
- Mandar maleta a España (con www.worldbaggage.com.au) ¡Ojo cuidado con esta compañía que la opción más barata no incluye gastos de audana y en España son carísimos!
- Sacar Billetes (www.skyscanner.com)
- Vender cosas por internet (Gumtree.com.au)
- Vacunas (TripleA:basicamente Hepatitis A y Fiebres Tifoideas, Tenanos y Hepatitis B)
- Cambiar dolares USA (dinero genérico de emergencia)
- Comprar cartera interior
- Reservar Hoteles
- Contratar Seguro (IATI, lo usamos bien usado y funcionó. Lentos, eso si, pero te solucionan las cosas: https://www.iatiseguros.com/)
- Comprar Botas
- Comprar Mochila
- Botiquin: Tiritas,Ibuprofeno,Antibioticos,Vendas.Esparadrapo,Antiacido
- Camara de fotos
- 6 fotos para los visados
- Documentación: DNI, Pasaporte
- Tarjetas de Crédito (2 como mínimo, por si las moscas. Nosotros la primera semana perdimos una en un cajero)
Bueno pues con esto empezamos a funcionar. A grosso modo los gastos iniciales se pueden desglosar de la siguiente manera:
Mandar maletas 165
Vacuna HA 110.22
Vacuna HB 18.48
Billete Indones 195.36
Billete Singapur 21.78
Billete Tailandia 115.5
Billete Camboya 42.24
Billete Malasia 50.82
Billete Nepal 74.58
Billete Turquia 253.44
Billete España 64.68
Seguro 205
Total: 1317 Euros
A esto habría que sumarle visados, comida, alojamiento y más historias que os iremos contando. Pero vamos id abriendo boca que en las próximas semanas comprobareis como se puede viajar por toda Asia en 2 meses y no morir en el intento (aunque casi)
RUTA DE VIAJE TAL Y COMO LO LLEVAMOS A CABO
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
viernes, 31 de enero de 2014
AU2014. El cementerio de Kew.
Como no podía ser de otra manera,
llego el momento de repasar uno de mis lugares favoritos allá donde
voy. En efecto estoy hablando de los cementerios. En esta ocasión,
uno de los mas bellos de Melbourne, es el cementerio de Kew, también
llamado Boroondara Cemetery. Este cementerio sigue la tradición
anglosajona de los camposantos, concretamente (como no podía ser de
otra manera, estando en Victoria) el estilo victoriano esta presente
en la mayor parte del lugar. Mezcla de nichos y tumbas centenarias,
cabe destacar el área tropical donde las lapidas se mezclan con el
bosque de arboles y palmeras. Una extraña convivencia que representa
el equilibrio que forma la vida (en este caso la muerte) y la
naturaleza. Lo recomiendo visitar en un día de lluvia. Los colores
del mármol grisáceo, se potencian cuando las nubes cubren el cielo,
formando un paisaje sin igual, que provoca relajación y melancolía.
A destacar un impresionante mausoleo
llamado the Springthorpe Memorial. Esta
es la “joya de la corona” del cementerio. Erigido en 1901 por el
doctor John Springthorpe, mi amiga Rose me recomendó encarecidamente
su visita. No tan solo por la belleza arquitectónica que desprende,
sino por la historia de dicha construcción. John Springthorpe,
estaba muy enamorado de su esposa Annie. Desgraciadamente ella murió
dando a luz. John nunca superó esta perdida y decidió “regalarle”
lo que no pudo darle en vida. Invirtió todos sus ahorros en diseñar
y construir un monumento funerario en su honor. El encargado del
proyecto fue Harold
Desbrowe Annear. El resultado fue un extravagante y sobrio
mausoleo, conocido como el Taj Mahal de Melbourne. La escultura
principal es impresionante, con dos ángeles esculpidos en mármol
respetando el mínimo detalle. Desprenden paz y sosiego desde su
grisácea composición. Un tragaluz rojo, proyecta una luz cálida en
el conjunto central. El lugar esta encerrado en un panteón estilo
griego, con varias columnas de mármol negro. En definitiva una obra
maestra de obligada visita para los que disfruten de la estética y
de la espiritualidad de los cementerios.
Vision lateral del Mausoleo
La zona nueva del cementerio
El panteon que rodea la tumba
Panoramica del Cementerio
Viejas tumbas en el bosque
Mas tumbas entre los arboles
Diferentes tomas del Mausoleo:
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
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