Bueno y para cerrar el circulo y
terminar este apasionante viaje, las rutas áreas nos llevaron hasta
la antigua capital del imperio Otomano, la enigmática Estambul.
Mitad asiática mitad europea, esta ciudad fue uno de los destinos
mas interesantes del viaje. Tras casi 8 horas de viaje y previo pago
del visado (si tenéis oportunidad sacarlo online; es bastante caro,
20 euros) llegamos a la vieja capital. Reservamos el hotel en una
calle perdida del casco antiguo la cual no fue posible encontrarla
hasta bien entrada la madrugada (gracias al GPS). Con susto incluido,
porque la puerta no abría, conseguimos entrar a un precioso
apartamento que nos hizo olvidarnos por un instante de las penurias
que habíamos pasado en otros países. Esta fue la antesala a un
fascinante recorrido por la cultura árabe, tan lejana y cercana a la
vez. Nos alojamos cerca de la zona de Taksim. Si la plaza y los
aledaños son bastante concurridos y europeos, la zona sur es una
amalgama de autenticas callejuelas árabes estilo Albaicin. Si os
gusta la antigua Granada, intentad hospedaros en la calle
Siraselviler (nuestro apartamento lo reservamos con Arch-ist Hostel).
Simplemente mágica. Pequeños callejones llenos de vida, de de
cafés, de tiendas de artistas y de gente local viviendo lentamente
junto con los cientos de gatos que recorren la ciudad. Este es el
barrio de Galata, en Beyoglu, famoso por su club de fútbol
(Galatasaray) Os recomiendo encarecidamente pasear por las el barrio.
Y por supuesto, visitar la torre de Galata, un emblemático lugar
repleto de gente hablando, tocando la guitarra y bebiendo
tranquilamente en la cálida noche turca. De obligadisima visita es
la zona de Fatih. Cruzando el puente de Galata se llega a la zona más
turística de Estambul. Si ya resulta curioso comprobar el
impresionante número de mezquitas distribuidas por toda la ciudad,
las que se erigen en esta parte de la urbe son especialmente bellas.
La icónica Santa Sofia, la mezquita azul, la mezquita de Suleiman o
la mezquita de Fatih son solo algunos ejemplos del esplendor del
antiguo Imperio Otomano. Muy recomendable visitarlas por fuera y por
dentro. En mi caso fue la primera vez que tuve contacto directo con
esta religión a la que tanto hemos estado vinculado los Españoles
siglos atrás. En esta ciudad se intenta divulgar el islamismo de
manera natural y didáctica, cosa que se agradece y que alimenta la
curiosidad del viajero más intrépido. Siguiendo con las visitas más
típicas, el palacio y el Gran Bazar (mercado del todo a 100
abarrotado de compatriotas) me dejaron bastante satisfechos. El
segundo lugar, me encanto cuando me perdí por sus recobecos y
encontré un pequeño puesto donde tomé un delicioso te moruno. Por
lo demás, gastar más de una hora es tirar el tiempo. Mucho mejor
idea es visitar lo que nosotros llamamos Cisterna de Basílica. Este
lugar es un increíble recinto bajo tierra que servía de deposito de
agua a los antiguos califas. Recuerda a la mezquita de Córdoba pero
subterránea. No os lo podéis perder. Como si que os podéis (y
debéis) perderos en los mercados que vayáis encontrando. Comprad
queso, especias y dulces, en estos auténticos representantes de la
cultura árabe. Y como no, un fan de los trenes como yo no podía
dejar pasar la oportunidad de visitar la estación de Sirkeci,
destino del tren más enigmático y glamuroso que ha existido, el
Orient Express. Poco (o nada) queda de aquel pionero de los
transportes. Un restaurante con fotos reales de la época es lo más
interesante que encontrareis. Y allí mismo es donde presenciamos un
espectáculo de danza protagonizado por derviches, bailarines que
alcanzan un la meditación máxima, girando sobre si mismos. Muy
recomendable, como lo es la increíble música étnica que los
acompañaba.
Absolutamente exhaustos y cabreados por
no tener más tiempo, completamos el circulo viajando por el Bósforo
entre Europa y Asia, despidiéndonos del exótico continente y
abrazando el viejo pedazo de tierra que nos vio nacer. Ya quedaba
poco para volver, y el sentimiento era de absoluta euforia. Habían
sido 60 días mágicos que culminaban una aventura de 3 años que
comenzó en la selva Australiana. Ahora era momento de retornar, de
ver a los nuestros y de disfrutar de lo verdaderamente importante.
Volvemos a España, dónde tras descansar, comer y dormir, nos
preparamos para los futuros viajes y las experiencias venideras ¿cual
será la próxima entrada del blog? Quién sabe, habrá que esperar
un tiempo para eso...
Espectaculares grabados en Santa Sofia
Mezquita de Suleiman
En el palcio, entrada para Giris
Lo único que queda del famoso tren
Tumba de la familia real en el palacio
La Cisterna, hermosa
La bóveda de Santa Sofia
Santa Sofia
La fuente del Palacio
El gran Bazar
Cementerio árabe, ¡como no!
La misteriosa cabeza invertida de la cisterna
La mezquita azul, mi primera experiencia en una mezquita real
Estambul desde el Bósforo, precioso
Hombres saneandose antes del servicio
Perfecta convencia de religiones. San Antonio, iglesia católica
Cuidado con gritar o hacerse arrumacos. Así se las gastan los católicos
Danza derviche
Vuelta a casa ¡el descanso del guerrero!
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