sábado, 4 de septiembre de 2010

Prego Milano. Regreso.

El jueves 19 de Marzo, día de San José o San Giussepe, ya que nos encontrábamos todavía en Italia, era el día marcado por nuestro regreso a Madrid para disfrutar de un buen puente al lado de la familia. Hicimos el check out de la habitación y con nuestras maletas desfilamos por última vez hacia Porta Garibaldi, hacía un buen día e íbamos con una sonrisa en la cara de lo bien que lo habíamos pasado. Desde el metro bajamos hasta la estación de Cadorna FN que es donde se coge el Malpensa Express para llegar al aeropuerto. Fuimos con bastante tiempo de antelación porque nuestro vuelo salía a las 15:10 y como dejamos el hotel a las 12:00 pues nos tomamos el regreso tranquilamente, de hecho no estaban abiertos los mostradores de Iberia para facturar el equipaje.

Aprovechamos para hacer tiempo y fotografiar la terminal de Malpensa, es toda una experiencia porque en vez de un aeropuerto normal con sus anuncios de compañías aéreas o marcas de telefonías móviles está lleno de grandes paneles con firmas de alta costura y de modelos hiper cotizadas. Una vez que ya pudimos facturar el equipaje nos fuimos cerca de la puerta de embarque para el avión y por allí comeríamos algo. Entonces ocurrió que nos encontramos al personaje de la jornada, al lado de nosotros comiendo estaba Valerio Pino, el modelo italiano que trabaja para el programa de AR y que fue profesor en la academia de Supermodelo. Resultó ser un hombre un tanto extravagante porque se tiró la hora y media antes del embarque hablando con su teléfono móvil, incluido mientras estaba comiendo no despegaba el teléfono de la oreja. Llevaba unas bolsas de papel del 10 Corso Como que era el garito donde habíamos tomado nuestra última copa en Milán la anterior noche.

Hubo un ligero retraso (como no) en la salida del vuelo, en Italia nunca se hacen las cosas puntuales, estaba predestinado de que no tendríamos la mínima suerte. Con un ligero y molesto cabreo por fin embarcamos y todo fue estupendamente en el vuelo, habíamos pasado unas grandes vacaciones y como no, quería de nuevo agradecer a Olga su compañía en el viaje, es una compañera ideal para irse por ahí a explorar sitios.

Quería ir finalizando mi relato con las sensaciones que me produjo Milán, el viaje fue muy bonito pero no tanto la ciudad de la que tratamos donde se juntan dos extremos que me parecen muy peligrosos, por un lado la inmensa mayoría de la población que ya no llega ni a ser clase media, convirtiéndose en clase media-baja, un servicio de metro y transporte de pena y unos precios desorbitados para el ciudadano medio milanés. Por otro lado tenemos el lujo y el glamour elevados a la n-ésima potencia sólo al alcance de unos pocos bolsillos representadas en el cuadrado de oro milanés de la moda y la zona del Duomo, San Babila, Brera y Corso Como. Me parece de vergüenza que una ciudad con un potencial tan grande y donde la gente poco más que menos podría vivir su particular 'Dolce Vita' estén penando para que les alcance para llegar a fin de mes. Además los precios de alquiler y compra de vivienda son extremadamente altos que incluso están más altos que los de Madrid. En el lado opuesto encontré un Torino donde las desigualdades no son tan extremas y que creo que es un ejemplo a seguir por toda Italia. Una ciudad habitable, cómoda y con un ambiente más tranquilo.

Y ya por último hacer un homenaje a dos grandes personajes de esta ciudad que admiro, por una parte el gran jugador del AC Milano Paolo Maldini, el defensa más elegante y eficiente que considero que ha sido el mejor defensa del mundo, injusto que nunca le diesen el balón de Oro y que toda su carrera la dedicó al club de sus amores. A los 41 años se retiró, un ejemplo de profesionalidad intachable y un físico envidiable. Y en segundo lugar al gran Adriano Celentano, cantante, actor y cineasta milanés. Encarna las aptitudes de todo un artista ya que su vida fue entera dedicada a la creación. Os dejo esta 'Storia d'amore' como banda sonora de Milán.



Kate Moss en la terminal de Malpensa.



Dos seductores, Rodolfo Valentino y yo juto a la Mole Antonelliana.



Olga y su particular 'Dolce Vita' en Montenapoleone.



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