domingo, 28 de julio de 2013

Paprika, Gulash y Sziget. Köszönöm Budapest. Llegada.

Desde hace unos años en las fechas de verano se ha convertido en una especie de tradición el escribir para todos vosotros, los pocos seguidores de este humilde blog, algún viaje realizado en el pasado. Este año vamos a continuar con ello y por orden cronológico toca un viaje que fue muy especial y que se realizó el verano pasado, hace casi un año exactamente. El destino es la capital de Hungría, Budapest, un lugar que es bastante habitual dentro de los circuitos turísticos pero que nosotros logramos darle un toque especial porque asistiríamos a nuestro primer festival de música fuera de las fronteras de la península ibérica, iríamos con una horda de modernos viajando en low cost para mezclarnos con públicos de diferentes nacionalidades compartiendo todos una única pasión, la música.

Antes de empezar a relatar cada uno de los días que pasamos allí, quiero agradecer a Olga la compañía tan buena que me brindó durante la estancia en Budapest, sin malos rollos, disfrutando cada día de cosas diferentes y aprendiendo del lugar. Además tuve un percance con mi tobillo izquierdo uno de los días y tuve que bajar un poco el ritmo porque me costaba un poco andar, Olga fue muy comprensiva con el problema y no le importaba adaptarse en todo momento y fue un gran apoyo. Para este viaje escribiré ocho entradas que se relacionan con la semana que estuvimos allí, en muchos de los ratos contaré algunas anécdotas relacionadas con los JJOO de Londres porque durante esa semana se estaban celebrando y tengo muchos recuerdos asociados a ellos de como los húngaros disfrutaban de algunos triunfos de los suyos, fue una experiencia agradable y sorpresiva ver como se viven estos eventos desde fuera de tu país, es muy diferente.

Las diferentes entradas para esta viaje se llamarán como dos de los ingredientes básicos en la cocina húngara que son la Paprika que es un pimentón picante y el plato estrella allí que es el Gulash que a diferencia de lo que en España creemos que es un estofado especiado no es así, es una sopa con carne y que está muy especiada, a mi personalmente me sorprendió el plato y lo probé, pero pica mucho y no me gustó. También nos referimos al Sziget que es el festival de música en verano que se celebra allí y que es conocido en casi toda Europa, ese año cumplía 20 años y es de los mayores del continente. Para el idioma, el húngaro es muy complicado, no aprendimos nada, junto al finlandés me ha parecido el idioma más diferente de los sitios que he estado en Europa, menos mal que esta gente todo el mundo sabía perfectamente inglés y se defiende uno allí con el idioma de Shakespeare.

Nuestra aventura comenzó un lunes 6 de Agosto que volaríamos a Budapest desde la terminal 1 de Madrid-Barajas a la terminal 2 de Budapest-Ferihegy, queríamos ir con tranquilidad porque teníamos tiempo de sobra durante una semana para ver esta bonita ciudad y no nos importaba perder el primer día para el vuelo. Nuestra compañía fue la espantosa como siempre Ryanair, el vuelo era a las 20:55 y esta vez teníamos una gran cola de gente para el embarque, era normal porque como en estos días se celebra el festival Sziget en la capital húngara pues estábamos rodeados de modernos-perroflautas que también iban al festival como también habíamos pensado nosotros hacer y que ya contaré esa experiencia en otra entrada. Salimos con muy poco retraso, cosa que fue agradable, pero siempre con Ryanair tendrás sorpresas como que en la cola de embarque la azafata te diga que cortes tu mismo la tarjeta de embarque por la línea de puntos para ganar tiempo, la gente que estaba al lado nuestro y nosotros nos reíamos porque es que son muy cutres. Una vez dentro del avión nos tocó al lado nuestro un hippie de unos 50 años maloliente y descalzo, menos mal que Olga estuvo al quite y espabilada y le ofreció cambiar de sitio para que pudiese ir junto a su mujer y su hija en 3 asientos y nosotros nos piramos a otra fila, menos mal, porque sino vaya 3 horas de vuelo nos hubiese dado el hippie, eso sí, tenía un Iphone y una tablet para que la niña viese los dibujos animados. Hippies sí, pero también nos gusta la tecnología de los imperialistas... Contradicciones del siglo XXI.

Llegamos a medianoche al Aeropuerto de Budapest y sin ningún problema recogimos nuestras maletas, esta vez no notamos climáticamente apenas el cambio de país porque en Hungría hace mucho calor como en Madrid, si acaso un poco más fresco, pero apenas no hay diferencia. Tras nuestro primer cigarro en tierras húngaras nos dispusimos a pedir un taxi para que nos llevase a nuestro hotel, desde España habíamos mirado que lo mejor para estos casos es un taxi que tiene una tarifa fija según la zona de la ciudad a la que vayas desde el aeropuerto. Hay varias compañías de taxi diferentes que ofrecen el servicio pero la mejor opción y más clara es la compañía Fö Taxi, de nuevo tuvimos que hacer un rato de cola para que nos montasen en uno de los taxis pero iban rápidos y muy eficientes. El camino hacia el centro de la ciudad recuerdo que fue un poco accidentado y me hizo ver que estábamos en la Europa del Este, el taxista no hablaba e iba a toda velocidad porque cuanto antes nos dejase, más tiempo tenía para coger a alguien más. Nada más salir del aeropuerto iba incordiando al taxista un coche de canis que eran de Serbia y el taxista tenía un cabreo bastante importante con ellos e iba jurando en su idioma, Olga iba acojonada y yo intentaba tranquilizarla pero en realidad estaba yo también bastante preocupado con este taxista loco que nos tocó.

Por lo demás durante el trayecto me recordaba las afueras de la ciudad un poco al viaje a Cuba cuando íbamos para el hotel, todo muy óscuro y sombrío, como muy típico de países comunistas, una vez que ya llegamos al centro a la zona de los puentes el panorama cambia radicalmente y todo está perfectamente iluminado y pasando al lado del bonito Danubio ya estás más tranquilo, es una ciudad preciosa para verla de noche, al fondo las colinas de Buda y el castillo iluminado y nosotros parando en nuestro hotel al lado del Puente de las Cadenas en la zona de Pest. Nos alojamos en el Sofitel Chain Brigde, un hotel de cinco estrellas que fue todo un acierto, aunque nuestra habitación no tenía vistas al Puentes de las Cadenas no importaba, la ubicación y el hotel son excelentes, yo lo recomiendo sin duda y de hecho nos encontramos en sucesivos días que algunos artistas que tocaban en el Sziget se alojaban allí. Está situado en Széchenyi István tér 2.

Una vez hecho el check in para la habitación, que por cierto, era muy bonita que parecíamos que estábamos en un palacete con nuestro mini despacho muy de época, nos asomamos por el gran ventanal que tenía la habitación. Al ser lunes no se veía gran animación, únicamente el silencio se rompía por algún coche (muy pocos) que pasaba por allí y que en los soportales que daban a la calle Jozsef Attila Utca había unas putillas que estaban super aburridas charlando porque no había clientes, estaban allí porque en nuestro hotel hay casino y van a ver si pillan algo. Ya era muy tarde pero no habíamos cenado, así que bajamos con nuestros florines húngaros sacados en España a una tienda 24 horas en Dorottya Utca a realizar nuestra primera compra, la conversión es 1 euro son aproximadamente 270 florines, un poco lioso para saber lo que estabas pagando. Compramos unos sandwiches vegetales de un pan que estaba bueno y me acostumbré a que allí a todo le echan pepino con lo poco que me gusta a mí, para beber tienen muchas pijotadas de coca colas y bebidas de muchos sabores, el dependiente muy amable y comprensivo porque éramos guiris y con un buen inglés nos atendió con lo tarde que era.

Cenamos nuestra compra y vimos un rato la tele, ya era muy tarde y nos esperaba por delante descubrir muchas cosas al día siguiente, creo que ya las putillas se habían ido ya aburridas, no alcancé a ver mi primera Luna en Budapest pero no podía perderme que en los próximos días la vería reflejada en el Danubio, un río que en Viena me había decepcionado bastante y que en Budapest ves su inmensidad.



Que nos vamos al Sziget.



Fö Taxi en el aeropuerto de Budapest.



Hotel Sofitel Chain Brigde.



Tejado del Sofitel Chain Bridge.



Zona desayuno en Sofitel Chain Brigde.



Vistas desde el restaurante del Sofitel al Puente de las Cadenas (Lanchid).



Soportales en Jozsef Attila Utca.



Dorottya Utca, una calle que la íbamos a pasar bastantes veces por ahí.

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