jueves, 7 de agosto de 2025

Grecia, la semana clásica. Dia 3.

Llegó el momento de volver atrás en el tiempo. Hoy tocaba visitar el Acrópolis, la ciudad griega que ha permanecido en pie durante milenios. Yo nunca he sido fan de la cultura griega. Me atrae más por ejemplo la Edad Media, sus construcciones y sus artistas. Pero he de reconocer que el Acrópolis me impresionó sobremanera. Yo lo asemejaría a Angkor Wat en Camboya (aunque peor conservado). Si vais en verano como fue mi caso, ir cómodos, con gorra, protección solar y agua. Serán varias horas de pateo implacable sobre la colina de 40 hectáreas de extensión. Allí, bastante ruinosos la verdad, podremos empaparnos del monte sagrado de la antigua Grecia visitando diferentes monumentos (o lo que queda de ellos) Por esto es muy importante visitar el museo para entender la majestuosidad de la antigua ciudad. Os recomiendo huir de las multitudes de turistas y divagar por las explanadas repletas de historia. El Partenón es un “must” aunque sorprende a mal ver el mal estado en el que se encuentra; también nos hizo especial ilusión ver el Erectón con las famosas Cariátides que tantas veces vi en los libros de la escuela. A partir de ahí, patear es la solución. Tras 4 horas sin parar nos tomamos un refrigerio por la zona y nos movimos a uno de esos sitios que no salen en las guías de Atenas: Exarcheia el barrio anarquista. Parece ser que el gobierno USA desaconseja a sus ciudadanos visitar esta zona, razón de más para ir. Un entorno bastante “punk”, con casas medio abandonadas, impresionantes graffitis y muchos cafés y restaurantes alternativos, con referencias comunistas. Entiendo que en el pasado esta zona era más reaccionaria, y ahora se ha convertido en un lugar de obligada visita para quienes quieran conocer un Atenas más alternativo. No lo encontré nada peligroso (peor era la zona del hotel). Me encantó comprobar que aún había tiendas de rock old school en Europa; no pude evitar la tentación de comprarme varias camisetas. Tras tomar un té en la plaza principal (famosa por las manifestaciones anti-fascistas), nos movimos a ver atardecer al mirador de Licabeto, un lugar bucólico desde el que ver al sol ocultarse en el Partenón. Por el camino, hay multitud de restaurantes para cenar en un verdadero griego. También es posible comer en el propio mirador aunque suele estar muy lleno. Sin más dilación fuimos a descansar porque el día siguiente tocaba una experiencia mística: Meteora

 

                                            Atardecer desde Licabeto


                                                    El barrio anarquista



x    

                                                El eterno Acrópolis




 
Souvenirs fálicos




Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

No hay comentarios: