viernes, 26 de diciembre de 2008

Nos vimos en Berlín (Danke Berlin). Epílogo.

Antes de terminar estos escritos sobre mis viajes a Berlín quería comentar una de las zonas que sólo la vimos en el primer viaje que hicimos a la ciudad y que es en la parte Oeste, en el Berlín más Occidental y parecido a lo que tenemos en cualquier ciudad Europa. Esa mañana del domingo tras la fiesta del sábado por la noche en el SophienClub fuimos a la parada de metro donde está el Zoo de Berlín, la Zoo Station (Bahnhof Zoo), estación que da nombre a la canción del albúm 'Achtung Baby' del grupo irlandés U2. Dimos una vueltas por fuera del Zoo, aún así desde fuera vimos a varias especies animales y era muy curioso porque justo enfrente están las vías y andenes de los trenes de la estación, un contraste brutal.

Después de ver el zoo y el gran cine Zoo Palast (uno de los más prestigiosos junto a los cines de la Postdamerplatz que es donde se celebra la Berlinale todos los febreros de cada año) fuimos a uno de los monumentos que más me han gustado de Berlín, la Iglesia del Recuerdo, consiste en una gran Iglesia que se bombardeó en la II Guerra Mundial y una de sus torres se dejó bombardeada para que se viese el destrozo que originó, a los lados de la iglesia se erigen otras dos torres (bastante feas por cierto) que son utilizadas como si fuera la propia Iglesia y son torres conmemorativas a la tolerancia religiosa.

Tanto esta zona del zoo como la iglesia del recuerdo componen la Kurfürstendamm, la calle por excelencia de compras de Berlín Occidental, al fondo ves el edificio de la Mercedes y la calle se conoce popularmente como Kudamm, en ella se celebró por primera vez en el año 1989 la Love Parade, un gran desfile de cabalgatas homenaje a la música tecno y el amor. En Kudamm estuvimos andando un rato y aquí si parece que ya estás en cualquier capital europea como Londres, París, Viena o Madrid, comercios de las marcas más exclusivas, concesionarios con coches de gama alta, un gran boulevard para pasear con señoritas distinguidas y al fondo la Iglesia del Recuerdo que toca sus campanas, las Kudamm Bells como decía la canción de Christina Rosenvinge.

Por esa zona nos quedamos a comer en una cafetería cualquiera, tampoco podíamos andar buscando más sitios porque pronto tendríamos que ir al aeropuerto que es el punto donde acaban todas las excursiones al extranjero. De Kudamm tengo el recuerdo de que me lo había pasado muy bien en esta ciudad y de un tontaco con un Lamborghini amarillo que estuvo dando 3 vueltas por la misma calle donde estábamos comiendo y haciendo un ruido espantoso, mi amigo Joserra se enfadaba y decía, el gilipollas este con ese acelerón se ha dejado 15 litros de gasolina en la tonteria, vaya un subnormal.

Esa tarde Joserra con su Audi me dejó en Tegel para volver a Madrid y en el segundo viaje me levanté por la mañana de mi Youth Hostel y en metro y en bus me fui hasta Schönefeld, una vez allí antes de entrar al aeropuerto me zampé una Currywurst que es muy típico de Alemania y es una simple salchicha con curry. El segundo avión me salió tardísimo pero eso no quita que está ciudad me haya impactado y que ahora mismo piense que Berlín es la ciudad más vanguardista de Europa porque Londres tiene un gran movimiento cultural pero son muy acomodaticios, en Berlín desde luego hay mucha más autenticidad y ahora mismo allí con los precios de su vivienda y las posibilidades que te da la propia ciudad mucha gente joven vaya para allá a intentar establecerse. Además es una ciudad con mucha historia a explorar y la gente resulta muy simpática, hay una mezcolanza muy variada en la ciudad, alemanes, turcos, gente procedente del Este de Europea, bohemia de la Europa Occidental que hace que la ciudad no sea de nadie y a la vez sea de todos. Una vez más queria dar las gracias a todos mis compañeros/as de excursión y espero que vaya muchas veces más por allí y que sea gente nueva quien descubra conmigo muchos mas rincones de esta bonita ciudad.



Zoo Station.



Cine Zoo Palast.



Iglesia del Recuerdo.



Iglesia del Recuerdo.



Kurfürstendamm. Kudamm con el Oso de la ciudad.



Bar del aeropuerto de Tegel donde degustar una Currywurst.


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martes, 23 de diciembre de 2008

Nos vimos en Berlín (Danke Berlin). Capítulo 3.

Domingo por la mañana en Berlín, es el último día de excursión para mis compañeros/as que se van en el avión a mediodía y yo me quedo un día más por la ciudad para ir a sitios más vanguardistas como decía en el post anterior. El piso de Leipzigerstrasse 46 lo dejamos y yo me pillé una habitación en una cadena de Youth Hostels que era un poco desastre pero resultó estar al ladito justo del Tresor, volvía a estar donde la noche anterior, que casualidades y que pequeño es el mundo. El tiempo era desapacible y llovía, me temía que el día podría resultar un desastre, menos mal que luego se fue arreglando.

Para despedirnos, esta gente queria hacer una visita al Judisches Museum de Berlín (Museo Judío) cosa que sinceramente a mi no me hizo mucha gracia porque ir a museos de estas movidas de la II Guerra Mundial no me apetecen porque recordar cosas donde te llevan en fila para enseñarte cosas que han encerrado en un edificio me parece manejar un poco el pensamiento de las personas, no quiere decir que sea antisemita ni nada de eso, en mi opinión la propia ciudad ya tiene una historia que se nota en las calles y no en un museo donde los guardianes de la historia te cuentan lo que les da la gana, la historia está ahí afuera y hay muchísimos libros y biografía antes que leer que profundizar en piezas que ni siquiera sabes lo que son y que significan. Este museo se encuentra en Lindenstrasse 9-14 y fuimos por el metro (U-Bahn) hasta la parada de la U6 Hallesches. El edificio para colmo era bastante feo porque era de un diseño vanguardista pero resultaba horroroso para la vista. David y yo nos quedamos fuera tomando algo por ahí mientras hacían la excursión.

Una vez todos fuera fuímos a por las maletas a mi Youth Hostel este y nos despedimos de Joserra, Marina, las Raqueles y Paola que marchaban a Barcelona, David se quedaría unas horas más conmigo y ya habíamos pensado lo que íbamos a hacer, volveríamos donde estaba el apartamento de la primera vez que vinimos a Berlín en el 2005, al barrio de Kreuzberg, allí se encuentra como los dos decíamos en plan sorna, el "mejor museo de la ciudad de Berlín", el museo de los Ramones, grupo newyorkino de los años 70's que impulsó la música punk como fenómeno global, el museo se encuentra en Solmsstrasse 30 y son unos 70m2 dedicados por entero a los fans de este grupo, a la entrada un cuerpo de guitarra colgado en la pared pedía una ayuda para el museo y dejamos un par de euros cada uno y una vez dentro pues discos de los Ramones colgados de las paredes, música de ellos sonando todo el rato y un montón de fotografías del grupo. A destacar los posters de su película 'Rock and Roll High School', la portada del 'Rocket to Russia' y el primer número de la revista 'Punk' que de ahí surgió el nombre que da a ese fenomeno musical. Me compré como buen fan una camiseta del museo con el símbolo ramoniano y con una gran sonrisa salí de allí muy satisfecho por hacer esta visita, sé que soy muy mitómano y para alimentar mi mitomanía me resultaba imprescindible ir hasta allí. Este museo en la actualidad está cerrado y antes sólo lo abrían los sábados y domingos, así que tuvimos mucha suerte de verlo.

Ya habíamos hecho la frikada del viaje y era bastante tarde, nos quedamos por Kreuzberg para comer en una de las calles con más encanto del barrio, la Bergmanstrasse, que supongo que será en homenaje al magnífico director de cine sueco. En una de las cafeterías no les importó la hora que era y nos dieron de comer, aproveché para llamar a Dani para quedar con él por allí y así el café después de la comida nos lo tomaríamos allí con él y su coleguilla. Recomiendo la visita de esta calle porque son todo cafeterías, restaurantes con terrazas y donde se mueve mucha juventud alemana, ves a madres jóvenes con sus carritos de bebés, gente con su Mac en las mesas y la música de los sitios es bastante buena y muy vanguardista. Un barrio del Este de Berlín que se ha reconvertido tras la reunificación y que ahora está ocupado por mayoritariamente jóvenes debido al bajo precio de la vivienda allí.

Fueron horas de un domingo típico por la tarde, café, salió el sol, un poco de buena conversación y sentados tranquilamente, cuando ya se hizo hora de que David marchase fuímos de nuevo para el Youth Hostel para recoger la maleta de David y que marchase al aeropuerto para ir a Londres. Yo no me quedé sólo porque Dani y su coleguilla tenían dos días más por delante en Berlín. No sabíamos que hacer y Dani me propuso una idea muy buena, ir al Café Zapata&Tacheles, este sitio no es un café cualquiera porque es un centro social donde antes vivieron los okupas pero que ahora está institucionalizado, el ayuntamiento de Berlín cobra una cuota irrisoria a los artistas que tienen sus talleres y exposiciones allí, además tienen un escenario en el patio al aire libre para conciertos, un cine, video club y se organizan todo tipo de eventos y perfomances, la entrada es gratuita y hay un ambiente excepcional, se encuentra en Oranienburger Strasse 54-56.

Dentro del sitio pues vimos varias exposiciones, había algún artista español por allí pintando sus graffitis, compramos cuadros y postales muy chulas, recuerdo una de un Traban rosa que tengo colgada en mi habitación y después bajamos al patio donde hay unas mesitas de madera como los campings donde tomamos unas cervezas mientras un grupillo con una mujer al frente cantaba canciones en francés y castellano, fue una gozada, te daba una tranquilidad estar allí bebiendo, fumando, charlando y escuchando esa música tan bonita que no me quería volver al día siguiente a Madrid. Cuando ya anocheció en el Tacheles pues hacía bastante fresquete y nos tuvimos que mover de allí.

Dimos unas cuentas vueltas por Oranienburger Strasse ya que es una gran avenida donde hay un montón de restaurantes y elegimos uno para cenar, en Bergmanstrasse no me maté a comer así que sería una cena con consistencia, cosas típicamente alemanas como salchichas, carnes y todo regado con buena cerveza, recuerdo que los postres estaban muy buenos, el nombre de la cervecería no lo recuerdo pero era muy grande y la gente charlaba animadamente y estaba bastante petao. Después de hora y media de cena se nos hicieron casi las doce de la noche, Dani y su coleguilla tenían pensado madrugar al día siguiente y yo ya estaba cansadillo de dar vueltas, así que me fui en taxi para el hostal, un tipo muy agradable el taxista que tuvo la deferencia de hablarme en inglés y darme conversación acerca de la ciudad.

Una vez que llegue al hostal encendí la tele y me tragué como una hora de TV en alemán, a ver si así se me iba quedando el soniquete del idioma y miraba a través de mi ventana la ciudad por la noche, al lado tenía la antigua fábrica eléctrica de Vatenfall que es el Tresor, de hecho antes de llegar a la puerta del hostal unos chavales italianos andaban buscando el sitio y me preguntaron donde estaba, ellos no sabían que lo tenían justo enfrente, quien se va a imaginar que ese edificio es una discoteca de electrónica. Con la visión nocturna de la ciudad me quede lentamente dormido, era la misma sensación que en cualquier gran ciudad del mundo, sólo en tu cama y afuera un montón de personas con un montón de historias vividas que nunca te van a contar.



Judisches Museum.



Ramones Museum.



Ramones Museum.



BergmanStrasse, barrio de Kreuzberg.



Entrada del Café Zapata.



Patio del Café Zapata.



Tacheles.



Interior del café.



Nuestro homenaje a los Ramones.


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Nos vimos en Berlín (Danke Berlin). Capítulo 2.

El segundo día por la capital alemana era ya sábado y se notaba que el ambiente era algo más festivo debido al fin de semana, además el tiempo nos estaba acompañando. Como el viernes por la noche tampoco habíamos trasnochado mucho y me sentía bien pues Joserra, Marina y yo nos fuimos antes que nuestros/as compañeros/as y nos fuimos a desayunar al Checkpoint Charlie, este sitio era la antigua frontera donde se separaban Berlín Occidental de Berlín Oriental y sólo con un pase militar podías pasar a ambos lados de la frontera. Aún se conserva la garita americana donde los militares paraban para el paso y lo han dejado a modo de monumento turístico donde la gente se hace fotos bien con un militar con la bandera americana (lado de los aliados) y con una militar portando la bandera soviética (lado comunista). Me acuerdo que me tome un milk shake muy rico de fresa que me sentó de puta madre. La primera vez que fui a Checkpoint Charlie en el 2005 fue una tarde lluviosa y tomamos unas cervezas al lado de la garita, lo recuerdo muy bien porque en el bar de las cervezas vimos un Brasil-Alemania de fútbol que era preparatorio para el Mundial 2006 de Alemania, así que no me era un sitio desconocido desde luego. Todos los nostálgicos pueden llevarse recuerdos de lo que sucedió en este país en el siglo XX tanto en la II Guerra Mundial como en la Guerra Fría.

A continuación enfilamos para adentrarnos en Unter den Linden de nuevo para llegar al monumento por excelencia en Berlín, la puerta de Brandenburgo (Branderburger Tor), antes de llegar a dicho monumento paramos por las tiendecillas de recuerdos de la ciudad y yo andaba detrás de un bolso que la anterior vez no me pude llevar por estar medio atontado y esta vez no me iba a ir ser él, así que ahora en las épocas estivales porto un magnífico bolso de tela verde con las letras de la ciudad Berlín, es cómodo, grande y me sirve para llevar un montón de cosas que me resultan muy útiles para los viajes que sobre todo me dedico a hacer en verano (se admiten chapas que llevo ya algunas puestas en el bolso). En estas tiendas también te venden la típica camiseta con los hombrecillos de los semáforos que son únicos en Berlín (son los semáforos de la parte Oriental que antes se usaban y que los han dejado porque resultan la mar de simpáticos), muchos ositos que es el símbolo de la ciudad de Berlín, postalillas de los monumentos más significativos de la ciudad y cochecillos replicas del mítico automóvil Traban de la época de la RDA, el utilitario por excelencia del proletariado de la Alemania del Este.

En la Puerta de Brandenburgo quedamos con los demás que se les habían pegado las sábanas o estaban en la ducha. El sitio es espectacular, una gran plaza con un monumento imperial y al lado el Hotel Adlon, uno de los hoteles más bonitos del mundo donde han dormido personas tan notorias como Alfred Hitchcok, Elizabeth Taylor o Paul Newman cuando hicieron el rodaje de 'Cortina Rasgada'. En la plaza hay un montón de animación y esta vez había también expuestas unas fotografías a tamaño gigante de como había quedado en sitio el día después del final de la guerra, da bastante impresión estar en un sitio donde 70 años antes había ocurrido el mayor magnicidio de la historia de la humanidad. Una vez que pasas la puerta te encuentras en la parte Occidental de Berlín, para saber en que parte te encuentras de la ciudad hay varias pistas a seguir. Una de ellas es la doble hilera de ladrillos en el suelo donde te indican que por ahí pasaba el muro de Berlín, otra es la referencia que he dicho antes de los semáforos y según la forma de los hombrecillos sabes en que parte estás y la tercera es el sistema de tranvías que recorren únicamente la parte oriental aunque ya no sé si eso ha cambiado con la reunificación.

Tras estar todos juntos de nuevo nos fuimos a comer a una cerveceria cerca que apretaba ya el calor, me acuerdo que el sitio era super barato y la carta la tenían hasta en español, además el camarero chapurreaba nuestro idioma porque el tío ha estado mogollón de veces de vacaciones en Mallorca. Brindamos de nuevo con nuestras Berliner Pils y disfrutamos de una buena comida para luego encaminarnos hacía el Reichstag, el parlamento alemán que mezcla tradición y modernidad debido a la cúpula construida por Norman Foster, nos hicimos unas fotos delante del parlamento y al lado del río Spree y surgió la idea de pasar para ver por dentro la cúpula del parlamento pero había una cola como de una hora más o menos porque los alemanes no dejan las cosas al azar y según donde estuvieses en la cola había un cartel diciéndote el tiempo que tardarías en pasar. Así que optamos por una cosa más saludable e ibérica, tumbarnos en el césped del Tiergarten a observar la grandeza del monumento y echarnos un siestón que para eso nos habíamos levantado a la 10 y pico de la mañana. Yo metí levemente la pata porque fui a comprar agua a un garito del Tiergarten y con la puñetera manía de beber agua con gas en Europa me equivoqué y compré como 6 botellas de agua pero todas con gas.

Tras haber descansado en el parque andando por la avenida del 17 de Junio fuimos a enseñar a las compañeras la columna de la Victoria (Siegesäule), un gran monolito coronado arriba por una especie ángel, orgullo del imperio prusiano y que en toda visita a Berlín es imprescindible verlo, la otra vez cuando estuvimos ahí pasaban las carrozas de la gay parade de ese año. Como estábamos descansados tras la siesta nos aventuramos por la calles occidentales para llegar a nuestro último punto turístico de la ciudad, la Postdamerplatz que es la plaza de correos de toda la vida de dios, recuerdo que antes de llegar a este punto pasamos por una zona que era una especie de calles y plazas dedicadas a la ópera, de hecho por allí había una ópera y calles con nombres tan curiosos como Zubin Metha Strasse. Una vez alcanzada la Postdamerplatz que andamos un montón admiramos el grandioso techado que han convertido esta plaza en un centro comercial del siglo XXI.

La Postdamerplatz después de la guerra se convirtió en un gran solar donde era zona de la nada y nadie vivía allí, muy cerca estaba el muro de Berlín, de hecho si se quiere ver como era ese sitio recomiendo ver la película 'El cielo sobre Berlín' de Wim Wenders donde en una explanada en un sofá abandonado sale un viejo hablando, esa es la Postdamerplatz. La reunificación trajó consigo que esa plaza se rehabilitara y ahora allí han puesto un gran centro comercial con pantallas gigantes y se han construido edificios con raras arquitecturas modernistas que en realidad es lo que siempre me ha gustado las dos veces que he estado allí, hay construcciones de Rafael Moneo, de Renzo Piano y el ya mítico edificio de Daimler Benz o el Sony. En varios puntos de la plaza han dejado trozos del muro para que la gente se haga fotografías de recuerdo. Nos tomamos unos helados y unos cócteles para estar viendo el techado un rato.

Tras haber pateado bastante de la ciudad nos fuimos para casa a un merecido descanso y cenamos a última hora en un restaurante italiano enfrente de casa, de hecho yo creo que fuimos los últimos clientes del sitio, muy recomendable por cierto, como cayeron las botellas de lambrusco. Después nos tomamos unas copas en casa a modo de botellón a la alemana con un barceló que compré en duty free porque sino nos hubiese tocado beber un ron alemán llamado James Cook que no me daba mucha confianza. El plan para la noche de sábado era ir a bailar al club por excelencia en Berlín, el Tresor que había reabierto ya que la anterior vez que estuvimos estaba cerrado. Originariamente el club Tresor estaba en el subterráneo de la cámara de oro de un banco judío pero su nueva ubicación está ahora en la antigua estación eléctrica de Vattenfall, en Köpenickerstrasse 59. Nunca se me olvidará ese sitio, para entrar sufrimos un cacheo exhaustivo, me miraron la cartera de arriba a abajo por si llevaba algún tipo de sustancia ilegal.

Una vez dentro es indescriptible definir el sitio, es brutalmente grande, con todo tipo de ambientes y gente de lo más rara, subimos a una sala de tecno donde había gente bailando en la sesión de un DJ, recuerdo que había una bola bastante grande donde ponías la mano y los rayos venían hacía ti, además de ser un edificio abandonado donde la sensación es bastante tétrica los responsables del sitio tenían estatuas por sitios inaccesibles que con unos focos puestos en las esquinas proyectaban sombras que ya no sabías si estabas viendo una persona de verdad o era una estatua. Había otra sala arriba donde era una electrónica más suave y había sillones, allí Joserra y yo nos fijamos en la misma chica, la chica que mejor hemos visto en nuestra vida bailar música electrónica, te dejaba hipnotizado completamente, en los baños tuvimos la anécdota de como en Europa no se andan con tonterias a la hora de vigilar los sitios, un tipo infiltrado de la discoteca pilló a dos tipos con drogas y a los 2 minutos el personal de seguridad estaba en el servicio llevándose "amablemente" a los dos tipos a una habitación para "hablar" con ellos. Por último bajamos a una sala que el pasillo de acceso era como una pista de aeropuerto al despegar los aviones y después llegabas al infierno, una sala oscura donde había humo por todas partes y donde tenías una persona al lado y no sabías si era un chico o una chica porque ni siquiera alcanzabas a verle la cara. Me impresionó el sitio y la verdad es que me gustó, no soy un amante de la electrónica pero si que soy un amante de la curiosidad y la originalidad y me quito el sombrero ante la propuesta de este colectivo Tresor.

Salimos sobre las 4 a.m. de allí y cogimos un taxi para casa tras esta experiencia inolvidable, todavía quedaba el domingo por allí y era el día dedicado a la parte más vanguardista de la ciudad, el Tresor fue el aperitivo de lo que ese día nos iba a deparar.



Checkpoint Charlie.



Cartel Checkpoint Charlie.



Brandenburger Tor.



Hotel Adlon.



Utilitario Traban. El 600 del Este de Europa.



Reichstag.



Tiergarten.



Avenida 17 de Junio.



Columna de la Victoria (Siegesäule).



PostdammerPlatz.



Arquitectura vanguardista de Postdamerplatz.



Recuerdo del Muro.



Fábrica eléctrica de Vattenfall, Tresor por fuera.



Pasillete del Tresor.



Cimientos del Tresor.



Sala de baile.



La bolica que fuimos a tocar.


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lunes, 22 de diciembre de 2008

Nos vimos en Berlín (Danke Berlin). Capítulo 1.

Nuestro primer día amanecimos un poco pronto para lo que son mis costumbres pero las chicas querían hacer un itinerario más turístico y ver alguno de los museos de la ciudad, como éramos siete personas en la misma casa pues hasta que te organizas para salir pues pasa un buen rato y luego antes de llegar a Unter den Linden te tomas un buen café pues se nos hizo un poco tarde pero pudimos hacer de todo, ya que como auténticos turistas de alpargata llevábamos unos bocadilletes para comer en un césped.

Durante la mediodia visitamos la isla de los museos, la zona inminentemente turística de la ciudad, lo que más impresión me dio fue que desde la II Guerra Mundial han dejado los desconchones de metralla para que se vea la lucha que se libro allí. Fuimos paseando hasta allí y antes pues nos topamos con la universidad de Humboldt, que era la universidad de Berlín Este para los estudiantes de la RDA, la catedral de Berlín y Unter den Linden (Bajo los tilos) que es un gran paseo que pertenecía a la parte oriental y era orgullo del regimen comunista.

Una vez que llegamos a la isla de los museos pues resumo brevemente porque no soy estudiante de arte y tampoco muy apasionado al arte en general, estuvimos en el museo antiguo (Altes Museum) donde tenían expuesta la cabeza de Nefertiti y un montón de artilugios de egipcios y tal, una cosa sin la cual puedo vivir perfectamente pero querian verlo. Luego fuimos al Museo Pérgamo (Pergamun Museum) el cual es el más grande de los 5 Museos que componen la isla, es mucho más espectacular pero hacía un calor dentro para morirse, me gustó aún así ver la puerta de Ishtar pero salí rápidamente de allí. Antes de entrar en el Pergamun Museum hicimos una parada técnica en los jardines de Lustgarden para tomarnos nuestro tentempie y allí quedamos con Dani y su colega para vernos y echarnos unas risas, enfrente de los jardines está la catedral y en los mismos jardines y cercanías pues hay gente jugando con el perro, al voley y de vez en cuando se organizan competiciones.

Cuando ya terminamos con el arte nos fuimos a cultivar otros tipos de "artes" que a mi me gustan más, al norte de la isla justo debajo de las vías del S-Bahn que es el tren de Berlín nos tomamos unas Berliner pils en un garito donde había mesas en un patio y de vez en cuando pues nos pasaba el tren, está en la calle Stadtbahnbogen. Las cervezas por supuesto las acompañamos de unas salchichas alemanas y como curiosidad os voy a contar el lio que hay que organizar para sacar un simple paquete de tabaco. El tabaco en Alemania tiene el mismo precio para todo, 4 euros, en las máquinas se puede pagar con efectivo o con tarjeta pero para la protección al menor tienes que tener una tarjetita para poder acceder a la compra, total, que un taladre que no veas para conseguir un misero paquete de Marlboro, al final el camarero me tuvo que abrir la máquina y coger el tabaco directamente.

Tras pasar un par de horas allí con la compañia y buena cerveza nos fuimos en sentido contrario a Unter den Liden y visitamos alguno de los lugares emblemáticos de esta ciudad en la parte Este, primero fuimos hacía la torre de comunicaciones que es como el piruli de Madrid pero mucho más grande y sirve muy bien para orientarse por donde uno va. Antes de llegar a la torre de comunicaciones uno se topa con el ayuntamiento de la ciudad, el ayuntamiento Rojo donde hay una fuente y vemos el símbolo de la ciudad de Berlín, el oso. Tras patearnos esa zona histórica nos encaminamos hacía Alexanderplatz, una plaza a cielo abierto que no es gran cosa pero que tiene un montón de historia sobre todo por la II Guerra Mundial, al terminar la guerra esa plaza estaba llena de cascotes por la batalla al caer Berlín y las mujeres de la ciudad para allá fueron a recoger todo, esta plaza es un símbolo para las mujeres y su determinante papel en la reconstrucción de Alemania.

Bastante cansados por el día nos fuimos para casa a descansar y así tomar algo de cenar y luego después salir por la noche alemana en la parte del Oeste. Nos pusimos guapos (por supuesto jejejejeje) y por la zona de Hackescher Markt que pasan también las vías de tren pasamos al Bang Bang Club, un garito que está en Neue Promenade 10. En el sitio quedamos con Dani y su colega y bailamos todos los grandes temas british allí. El sitio lo descubrimos por un flyer que Raquel encontró en la cerveceria que estuvimos y venia la cara de Mick Jagger, el sitio no decepcionó desde luego. Como curiosidad contar que en Alemania te cobran por la copa 1 euro más del precio al principio de pagar la consumición, una vez que devuelvas el envase te devuelven ese euro. Bastante tarde salimos del Bang Bang Club y dimos una vueltas por Hackescher Markt, en una de las cervecerias había una máquina muy curiosa que sirve para hacerse el test de alcoholemia y así saber la tasa de alcohol por si te para la polícia si vas conduciendo, Joserra se hizo el test y obviamente pues dio positivo, todos hubiesemos dado positivo. Nos encaminamos para casa que había que descansar, al día siguiente nos esperaba otro Berlín y sobre todo Tresor.



Unter den Linden. Universidad de Humboldt.



Cabeza de Nefertiti. Altes Museum.



Puerta de Ishtar. Pergamun Museum.



Catedral de Berlín.



Garito de las cervezas, encima la vía del S-Bahn.



Marx y Engels. Parque del Ayuntamiento.



Ayuntamiento de Berlín. Fuente de Neptuno.



Torre de comunicaciones.



Edificio Park Inn (Caja de cerillas). Alexanderplatz.



Recuerdo de los cascotes en Alexanderplatz.



Alexanderplatz.


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Nos vimos en Berlín (Danke Berlin). Prólogo.

El título que he utilizado para este post y sucesivos para este viaje es muy significativo porque en las dos veces que he estado en está histórica ciudad del siglo XX he cogido el vuelo yo sólo desde Madrid para una vez allí quedar con mis compañeros de excursión en el mismo aeropuerto. He estado 2 veces en Berlín, lo que en estos posts comentaré será el último viaje realizado en junio del 2007 pero haré constantes referencias al viaje realizado también en el 2005. En el primer viaje aterricé en el aeropuerto de Tegel un viernes por la noche, allí tuve que esperar a Joserra que traía su Audi ya que estaba en esos momentos trabajando en Alemania y ya había recogido a nuestro David. Mi segunda vez aterricé en el aeropuerto de Schönefeld y resulta que de nuevo nuestro David procedente de Londres llegaba allí en su vuelo 10 minutos antes que yo, así que desde allí nos encaminamos a la casa que teníamos alquilada.

Antes de pasar a hacer el relato de lo que han dado de si estos dos viajes quería agradecer a mis compañeros/as su grata compañía durante la estancia que he tenido en esta ciudad. Así que desde aquí las gracias a Joserra, David, Marina, las dos Raqueles, Paola y Dani con su amigo. He pasado momentos muy buenos en esta ciudad y no puedo estar más agradecido a ellos/as porque en todo momento se comportaron estupendamente. Quería dar gracias especialmente a Joserra, por varios motivos, por su conocimiento del alemán, de la ciudad de Berlín y por su comportamiento al organizar tan bien los dos viajes y estar siendo un anfitrión cojonudo durante esos días.

Una vez que David y yo recogimos las maletas en Schönefeld nos fuimos para la casa que Joserra tenía alquilada, estaba en Leipzigerstrasse 46, en pleno barrio de Mitte en la parte de Berlín Este, el barrio de Mitte es el barrio central de Berlín pero no es el centro al uso como conocemos en España, sino un gran barrio que comprenden muchas manzanas, para llegar hasta allí fuimos en metro hasta la estación de Stadtmitte y una vez allí Joserra y las compañeras fueron a recogernos para ir hasta la casa, como era jueves por la noche y la cosa flojeaba en cuanto a juerga y fuerzas nos quedamos en la casa charlando animadamente y tomando unas copas. En el viaje del 2005 la casa que de nuevo alquiló Joserra estaba en Mehringdamm, en pleno barrio de Friedrichshain-Kreuzberg, también en Berlín Este y era una casa que nos recordaba un montón a la película 'Goodbye Lenin', luego pondré unas fotos sobre la casa porque realmente fue muy curioso vivir allí. La avenida de Leipzigerst es un gran boulevard que enseguida te llevaba tanto a Checkpoint Charlie andando como a la universidad de Humboldt, así que la localización de la casa estaba muy bien para patearnos la ciudad y ver de todo en este sitio con tanto encanto donde se mezclan dos formas de vida totalmente diferentes, la occidental mucho más cercana a nosotros con autos Mercedes dando vueltas alrededor de las avenidas como la parte de la Europa Oriental, más deprimida pero que desde la caída del Muro está habitada por gente joven que hace que sea la zona más animada ahora mismo de Berlín y que tiene un encanto especial.

Durante estos 3 capítulos espero que sea capaz de explicar todas las sensaciones que transmite este sitio tan fascinante. Como primer apunte nunca se olvidará la primera noche que pasé en Berlín allá por el 2005, recuerdo estar hablando con Joserra y David, era una noche muy oscura y miraba por el gran ventanal de la habitación, veía una hilera de pisos todos iguales a la manera comunista de construcción, me fumaba un cigarro tranquilamente y tenía una sensación de paz que es díficil de igualar, esa noche habíamos estado en un antro que se entraba por un callejón donde antes de llegar a la puerta había un pequeño jardín, dentro del sitio nos bebimos unas cervezas donde un DJ de raza negra sentado en un pupitre y con el equipo de música en una mesa de escuela pinchaba 'Las llaves de mi corazón' del grupo español 'Hechos contra el decoro'. Al lado de mi Berliner Pils sonreía porque los alemanes son un pueblo fuerte y noble pero su falta de ritmo se hacía patente.



Patio de la casa en Kreuzberg.



Coche Crysler de donde salían unos punkis al lado de Mehringdamm.



Metro de Berlín.



Estatua vista en el aeropuerto de Tegel.



ArndStrasse, Barrio de Kreuzberg.


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