martes, 23 de diciembre de 2008

Nos vimos en Berlín (Danke Berlin). Capítulo 2.

El segundo día por la capital alemana era ya sábado y se notaba que el ambiente era algo más festivo debido al fin de semana, además el tiempo nos estaba acompañando. Como el viernes por la noche tampoco habíamos trasnochado mucho y me sentía bien pues Joserra, Marina y yo nos fuimos antes que nuestros/as compañeros/as y nos fuimos a desayunar al Checkpoint Charlie, este sitio era la antigua frontera donde se separaban Berlín Occidental de Berlín Oriental y sólo con un pase militar podías pasar a ambos lados de la frontera. Aún se conserva la garita americana donde los militares paraban para el paso y lo han dejado a modo de monumento turístico donde la gente se hace fotos bien con un militar con la bandera americana (lado de los aliados) y con una militar portando la bandera soviética (lado comunista). Me acuerdo que me tome un milk shake muy rico de fresa que me sentó de puta madre. La primera vez que fui a Checkpoint Charlie en el 2005 fue una tarde lluviosa y tomamos unas cervezas al lado de la garita, lo recuerdo muy bien porque en el bar de las cervezas vimos un Brasil-Alemania de fútbol que era preparatorio para el Mundial 2006 de Alemania, así que no me era un sitio desconocido desde luego. Todos los nostálgicos pueden llevarse recuerdos de lo que sucedió en este país en el siglo XX tanto en la II Guerra Mundial como en la Guerra Fría.

A continuación enfilamos para adentrarnos en Unter den Linden de nuevo para llegar al monumento por excelencia en Berlín, la puerta de Brandenburgo (Branderburger Tor), antes de llegar a dicho monumento paramos por las tiendecillas de recuerdos de la ciudad y yo andaba detrás de un bolso que la anterior vez no me pude llevar por estar medio atontado y esta vez no me iba a ir ser él, así que ahora en las épocas estivales porto un magnífico bolso de tela verde con las letras de la ciudad Berlín, es cómodo, grande y me sirve para llevar un montón de cosas que me resultan muy útiles para los viajes que sobre todo me dedico a hacer en verano (se admiten chapas que llevo ya algunas puestas en el bolso). En estas tiendas también te venden la típica camiseta con los hombrecillos de los semáforos que son únicos en Berlín (son los semáforos de la parte Oriental que antes se usaban y que los han dejado porque resultan la mar de simpáticos), muchos ositos que es el símbolo de la ciudad de Berlín, postalillas de los monumentos más significativos de la ciudad y cochecillos replicas del mítico automóvil Traban de la época de la RDA, el utilitario por excelencia del proletariado de la Alemania del Este.

En la Puerta de Brandenburgo quedamos con los demás que se les habían pegado las sábanas o estaban en la ducha. El sitio es espectacular, una gran plaza con un monumento imperial y al lado el Hotel Adlon, uno de los hoteles más bonitos del mundo donde han dormido personas tan notorias como Alfred Hitchcok, Elizabeth Taylor o Paul Newman cuando hicieron el rodaje de 'Cortina Rasgada'. En la plaza hay un montón de animación y esta vez había también expuestas unas fotografías a tamaño gigante de como había quedado en sitio el día después del final de la guerra, da bastante impresión estar en un sitio donde 70 años antes había ocurrido el mayor magnicidio de la historia de la humanidad. Una vez que pasas la puerta te encuentras en la parte Occidental de Berlín, para saber en que parte te encuentras de la ciudad hay varias pistas a seguir. Una de ellas es la doble hilera de ladrillos en el suelo donde te indican que por ahí pasaba el muro de Berlín, otra es la referencia que he dicho antes de los semáforos y según la forma de los hombrecillos sabes en que parte estás y la tercera es el sistema de tranvías que recorren únicamente la parte oriental aunque ya no sé si eso ha cambiado con la reunificación.

Tras estar todos juntos de nuevo nos fuimos a comer a una cerveceria cerca que apretaba ya el calor, me acuerdo que el sitio era super barato y la carta la tenían hasta en español, además el camarero chapurreaba nuestro idioma porque el tío ha estado mogollón de veces de vacaciones en Mallorca. Brindamos de nuevo con nuestras Berliner Pils y disfrutamos de una buena comida para luego encaminarnos hacía el Reichstag, el parlamento alemán que mezcla tradición y modernidad debido a la cúpula construida por Norman Foster, nos hicimos unas fotos delante del parlamento y al lado del río Spree y surgió la idea de pasar para ver por dentro la cúpula del parlamento pero había una cola como de una hora más o menos porque los alemanes no dejan las cosas al azar y según donde estuvieses en la cola había un cartel diciéndote el tiempo que tardarías en pasar. Así que optamos por una cosa más saludable e ibérica, tumbarnos en el césped del Tiergarten a observar la grandeza del monumento y echarnos un siestón que para eso nos habíamos levantado a la 10 y pico de la mañana. Yo metí levemente la pata porque fui a comprar agua a un garito del Tiergarten y con la puñetera manía de beber agua con gas en Europa me equivoqué y compré como 6 botellas de agua pero todas con gas.

Tras haber descansado en el parque andando por la avenida del 17 de Junio fuimos a enseñar a las compañeras la columna de la Victoria (Siegesäule), un gran monolito coronado arriba por una especie ángel, orgullo del imperio prusiano y que en toda visita a Berlín es imprescindible verlo, la otra vez cuando estuvimos ahí pasaban las carrozas de la gay parade de ese año. Como estábamos descansados tras la siesta nos aventuramos por la calles occidentales para llegar a nuestro último punto turístico de la ciudad, la Postdamerplatz que es la plaza de correos de toda la vida de dios, recuerdo que antes de llegar a este punto pasamos por una zona que era una especie de calles y plazas dedicadas a la ópera, de hecho por allí había una ópera y calles con nombres tan curiosos como Zubin Metha Strasse. Una vez alcanzada la Postdamerplatz que andamos un montón admiramos el grandioso techado que han convertido esta plaza en un centro comercial del siglo XXI.

La Postdamerplatz después de la guerra se convirtió en un gran solar donde era zona de la nada y nadie vivía allí, muy cerca estaba el muro de Berlín, de hecho si se quiere ver como era ese sitio recomiendo ver la película 'El cielo sobre Berlín' de Wim Wenders donde en una explanada en un sofá abandonado sale un viejo hablando, esa es la Postdamerplatz. La reunificación trajó consigo que esa plaza se rehabilitara y ahora allí han puesto un gran centro comercial con pantallas gigantes y se han construido edificios con raras arquitecturas modernistas que en realidad es lo que siempre me ha gustado las dos veces que he estado allí, hay construcciones de Rafael Moneo, de Renzo Piano y el ya mítico edificio de Daimler Benz o el Sony. En varios puntos de la plaza han dejado trozos del muro para que la gente se haga fotografías de recuerdo. Nos tomamos unos helados y unos cócteles para estar viendo el techado un rato.

Tras haber pateado bastante de la ciudad nos fuimos para casa a un merecido descanso y cenamos a última hora en un restaurante italiano enfrente de casa, de hecho yo creo que fuimos los últimos clientes del sitio, muy recomendable por cierto, como cayeron las botellas de lambrusco. Después nos tomamos unas copas en casa a modo de botellón a la alemana con un barceló que compré en duty free porque sino nos hubiese tocado beber un ron alemán llamado James Cook que no me daba mucha confianza. El plan para la noche de sábado era ir a bailar al club por excelencia en Berlín, el Tresor que había reabierto ya que la anterior vez que estuvimos estaba cerrado. Originariamente el club Tresor estaba en el subterráneo de la cámara de oro de un banco judío pero su nueva ubicación está ahora en la antigua estación eléctrica de Vattenfall, en Köpenickerstrasse 59. Nunca se me olvidará ese sitio, para entrar sufrimos un cacheo exhaustivo, me miraron la cartera de arriba a abajo por si llevaba algún tipo de sustancia ilegal.

Una vez dentro es indescriptible definir el sitio, es brutalmente grande, con todo tipo de ambientes y gente de lo más rara, subimos a una sala de tecno donde había gente bailando en la sesión de un DJ, recuerdo que había una bola bastante grande donde ponías la mano y los rayos venían hacía ti, además de ser un edificio abandonado donde la sensación es bastante tétrica los responsables del sitio tenían estatuas por sitios inaccesibles que con unos focos puestos en las esquinas proyectaban sombras que ya no sabías si estabas viendo una persona de verdad o era una estatua. Había otra sala arriba donde era una electrónica más suave y había sillones, allí Joserra y yo nos fijamos en la misma chica, la chica que mejor hemos visto en nuestra vida bailar música electrónica, te dejaba hipnotizado completamente, en los baños tuvimos la anécdota de como en Europa no se andan con tonterias a la hora de vigilar los sitios, un tipo infiltrado de la discoteca pilló a dos tipos con drogas y a los 2 minutos el personal de seguridad estaba en el servicio llevándose "amablemente" a los dos tipos a una habitación para "hablar" con ellos. Por último bajamos a una sala que el pasillo de acceso era como una pista de aeropuerto al despegar los aviones y después llegabas al infierno, una sala oscura donde había humo por todas partes y donde tenías una persona al lado y no sabías si era un chico o una chica porque ni siquiera alcanzabas a verle la cara. Me impresionó el sitio y la verdad es que me gustó, no soy un amante de la electrónica pero si que soy un amante de la curiosidad y la originalidad y me quito el sombrero ante la propuesta de este colectivo Tresor.

Salimos sobre las 4 a.m. de allí y cogimos un taxi para casa tras esta experiencia inolvidable, todavía quedaba el domingo por allí y era el día dedicado a la parte más vanguardista de la ciudad, el Tresor fue el aperitivo de lo que ese día nos iba a deparar.



Checkpoint Charlie.



Cartel Checkpoint Charlie.



Brandenburger Tor.



Hotel Adlon.



Utilitario Traban. El 600 del Este de Europa.



Reichstag.



Tiergarten.



Avenida 17 de Junio.



Columna de la Victoria (Siegesäule).



PostdammerPlatz.



Arquitectura vanguardista de Postdamerplatz.



Recuerdo del Muro.



Fábrica eléctrica de Vattenfall, Tresor por fuera.



Pasillete del Tresor.



Cimientos del Tresor.



Sala de baile.



La bolica que fuimos a tocar.


Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

No hay comentarios: