El 18 de Abril fue nuestro último día de excursión en nuestro querido Oporto, el vuelo lo teníamos a mediodía así que poco más podíamos hacer por la ciudad y era un horario estupendo de salida ya que nos íbamos directamente desde la pensión Cristal en taxi para el aeropuerto de la ciudad que se llama Francisco Sa Carneiro. Aprovechamos ya que habíamos descansado bien la noche anterior a levantarnos un poco más temprano y poder desayunar ya que el desayuno venía incluido en la reserva pero nunca habíamos ido a tomarlo porque nos levantábamos muy tarde. Hay que agradecer a Fosi el acierto en el sitio que reservó una vez más porque siendo un lugar nada lujoso se portaban estupendamente y el desayuno estuvo muy bien. Así luego con el desfase de una hora más en España llegaríamos un poco tarde a la hora de comer en Madrid y ya íbamos con más fuerza para la despedida del viaje.
Tomamos nuestro taxi en la Rua Galeria de Paris y enseguida llegamos al aeropuerto, no tuvimos ningún problema con la facturación y nos fuimos de compras que básicamente como ya íbamos repletos de vino de Oporto pues compramos muchas botellas de Beirao tanto de regalo como para nosotros. Recuerdo que en un cumpleaños como Fosi había tenido tan breve instancia en Oporto le compré un vino de Oporto en la calle Luchana de Madrid para que al menos tuviese más buenos recuerdos del lugar. Después de nuestras compras nos fuimos a la sala de embarque y ahí empezaron los problemas, el avión de Ryanair no venía y salimos como una hora y pico más tarde de lo previsto en un vuelo que apenas dura una hora, así que tardamos el doble de lo previsto en volver a España, cosa que quiero denunciar porque son intolerables los retrasos que se sufren en los aeropuertos y no quiere decir que porque estemos volando en una compañia de bajo coste se estén constantemente cachondeando de los usuarios.
Llegamos a Madrid muy tarde pero muy contentos con el viaje, otras personas nos esperaban en España a las que echas de menos y había sido un puente estupendo. Quiero cerrar el viaje como siempre, una vez más agradeciendo a mis acompañantes su agradable compañia y las experiencias vividas mi segunda vez de estancia en Portugal. Es un país que siendo vecino nuestro es un gran desconocido, donde la gente es muy amable y el único sitio que no siendo España les hablas en castellano y te entienden, son gente nostálgica pero muy simpática a la vez, es la misma sensación que tuve en Lisboa. La diferencia respecto a la capital es que en Oporto notaba más calidez, mucha más preocupación por la cultura, recuerdo que a David le hice el siguiente símil, Lisboa es a Portugal como Madrid es a España y Oporto es a Portugal como Barcelona es a España. Una ciudad con una arquitectura muy bella, cuidada, con múltiples eventos culturales y con un descubrimiento posterior al viaje y al cual quería hacerle un homenaje, es el director de cine más famoso portugués, Manoel de Oliveira, natural de la ciudad de Oporto con 103 años de edad y todavía en activo, toda una leyenda del cine europeo. Para ver otro Oporto diferente recomiendo la visión de 'Porto da minha infância' ('Oporto de mi infancia'). También he visto alguna que otra película interesante como 'A caixa' ('La caja') o 'El principio de la incertidumbre'. Algún día volveré a Cais de Ribeira y me comeré una francesinha para posteriormente ir a los bodegas y degustar los vinos tal y como hice esta primera vez. Estas tres fotos resumen el viaje y la alegría de haber estado allí.
De la bella arquitectura de los puentes de la ciudad.
A la hermosa quietud de la orilla del Douro.
Terminando borrachos en las lúgubres bodegas con tus amigos.
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