lunes, 16 de agosto de 2010

Prego Milano. Día 1.

Tras el merecido descanso en el hotel nos dispusimos a dar nuestra primera vuelta por Milán como toma de contacto con el centro de la ciudad, siendo sábado era difícil despegarse de la tele por cable con todos los partidos de fútbol que estaban poniendo. Como habíamos comido poco en el avión íbamos a practicar una costumbre de la ciudad a la hora de la cena que es tomar el aperitivi, esta costumbre consiste en que de 18:00 a 21:00 horas tomas el aperitivo que te sirve de cena, los bares ponen una especie de buffet con pasta, pizza, antipasti y raciones. Te pides la bebida que es lo que te cobran y comes lo que quieras del buffet. Nos vino muy bien porque ya teníamos hambre y cenamos a la hora europea. Fue muy fácil la adaptación en Milán a horarios distintos y costumbres.

Pero antes de todo eso salimos del hotel y desfilamos hacia Porta Garibaldi para allí coger el metro para ir al mismo centro de la ciudad en Duomo. Para ello había que coger la línea verde hasta la estación Centrale FS y una vez allí hacer transbordo hasta la amarilla para llegar a Duomo. El metro de Milán merece comentario aparte, es sucio, tarda mucho, se estropea un montón y los vagones son viejos y obsoletos. En el metro ya no hay el glamour de la primera impresión que tuvimos de la ciudad, la gente iba con la cabeza agachada, pasando incluso calor en Marzo y se veía que la estructura era malísima, deja muy mala impresión y ves la triste realidad de los ciudadanos de a pie de allí. Bajamos en Duomo para dar una vuelta por la esta magnífica catedral renacentista que sólo se puede comparar si acaso con la de Sevilla o Toledo, además merece mucho la pena verla de noche iluminada, ya iríamos de día para observarla con más detalle.

Decidimos que ese día íbamos a ir al libre albedrío, callejeando y que nos sorprendiera el lugar, primero bajamos por Corso Torino, una calle llena de tiendas que todavía estaban abiertas pero que ya estaba llegando la hora del cierre. A través de las señalizaciones llegamos hasta Corso Via Porta Ticinese que es una de las puertas de entrada a la ciudad, en Milán antiguamente había varios pasos a la ciudad, Porta Garibaldi, Porta Ticinese, etc... que eran accesos y que se han dejado para ese toque monumental que tiene toda la ciudad. En Porta Ticinese ya había varios grupos de chavales haciendo botellón y pasamos por unos jardines para ir a probar lo que comentaba en el primer párrafo del relato, el aperitivi. El nombre del sitio no lo recuerdo, estaba ubicado por Viale Gorizia y era una zona muy bonita de terrazas y restaurantes. De hecho casi nos quedamos en un japonés que se llama Kawa que tenía muy buena pinta que está en Ripa di Porta Ticinese.

Durante nuestro aperitivo y como era temprano le comenté a mi compañera que a lo mejor llegábamos a un concierto que ese día se celebraba en Milán, Animal Collective, el colectivo de músicos de Baltimore, tocaba en la ciudad. Como Olga me veía con muchas ganas de ir pues hicimos un plan, iríamos otra vez al Duomo en tranvía y desde allí a ver si había algún medio de transporte para llegar al lugar donde se celebraba que era la Discoteca Rolling Stone, se encuentra en Corso 22 Marzo, nº 32, si nos daba tiempo pues entrábamos. Resulta que la idea de Olga fue perfecta porque en el Duomo había un autobús que te dejaba en la puerta de la discoteca, creo que era el 70. Cuando llegamos preguntamos en taquilla que si llevaba mucho tiempo el concierto y nos dijeron que unos 20 minutos, así que sacamos las entradas y pasamos dentro. Mereció la pena verlo porque la sala es espectacular, se parece a la Riviera de Madrid, nos tomamos nuestra primera copa de la noche y como el grupo al rato ya harta pues la duración del concierto nos vino perfecta. Después fuimos a la parte de arriba a tomar la segunda que también era una zona muy chula. Entre el público estaba el presentador de televisión Johann Wald, un tío que también luego me lo he encontrado en el Nasty madrileño en la fiesta posterior al concierto de Los Planetas.

Si no hubiese salido el plan del concierto por la zona del Corso 22 de Marzo había otros sitios donde salir como The Killer Plastic o The Biz Café, además había varios puestos ambulantes de comida donde la gente se paraba a hablar y a tomar algo allí. Al salir de la discoteca no había excesiva animación por la zona, cogimos un taxi en la parada y que nos llevase al hotel.

Cual fue nuestra sorpresa que al llegar al hotel había un ambientazo por la calle, así que no nos fuimos a la habitación sino que salimos por allí. Al ser sábado, Corso Como estaba lleno de terrazas en la calle con gente hiper arreglada y todo abierto. Volvíamos al glamour milanés donde en algunos sitios había una cola kilométrica para entrar, luego me enteré que es la zona por donde sale la gente más rica de Milán, incluidos jugadores de la primera plantilla del Inter y del Milán. Hablaré con más detalle en más entradas de este viaje porque a partir de esa noche se convirtió en nuestra zona de tomar copas y lo exploramos bien el lugar. En la zona de Porta Garibaldi compramos una coca colas para tomar otra copa con el Brugal que había comprado en el aeropuerto para echarnos la última en el hotel. De camino al hotel por el Corso Como íbamos rodeados de chicas vestidas como modelos (unos taconazos de más de 10cm y minivestidos) y hombres vestidos de Armani con moreno de playa-uva en Marzo. Arriba en el cielo divisaba la luna de Milán antes que el Atahotel me la tapase y decirme a mi mismo que había pasado un gran día con mi compañera. Presentía que iba a ser un gran viaje.



Estación Porta Garibaldi.



Duomo.



Porta Ticinese.



Entrada discoteca Rolling Stone.



Porta Garibaldi.



Corso Como.



Tocqueville 13. De las discotecas más pijas de la zona de Corso Como.

Vídeoclip con el tema 'My Girls' de Animal Collective, incluido en el albúm 'Merriweather Post Pavilion', mejor disco de la primera decada del siglo XXI por RockDelux.



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