martes, 17 de agosto de 2010

Prego Milano. Día 2.

Tras la noche del sábado no amanecimos muy tarde, queríamos pasar ese domingo 15 de Marzo paseando por las calles de la ciudad, como comenté en el anterior post no se nos hizo muy difícil adaptarnos al horario europeo en Milán. Iba a ser nuestro día más turístico por Milán. En primer lugar mirando el mapa decidimos ir al centro pero esta vez parar antes del Duomo, para ello fuimos desde nuestra estación de Porta Garibaldi hacia la estación de la línea amarilla de Montenapoleone, allí desde la Via Alessandro Manzoni recorreríamos una parte financiera y musical de la ciudad muy importante. De hecho en cuanto subes las escaleras del metro en Montenapoleone te encuentras el lujoso Hotel Armani que estaban terminando de construirlo y que supongo que ya estará abierto. Armani es muy querido en la ciudad de Milán, estudió allí Medicina y era casi un milanés para ellos.

Continuando por la Via Manzoni te encuentras las sedes principales de bancos históricos y lugares de bolsas de comercios. Al final de la calle llegas a la Piazza de la Scala, donde se encuentra uno de los edificios operísticos más importantes del mundo, La Scala de Milán, la plaza es bastante sobria y tiene mucho encanto. Además comunica con la calle más bonita de la ciudad, que es la Galeria Vittorio Emanuele II que es la calle que siempre sale en las postales de la ciudad, unos pocos metros cuadrados techados con un gran cúpula donde se reúnen las mejores firmas y marcas a precios desorbitados. Yo entré en una tienda de sombreros pero no adiviné los precios porque me probé algún modelo pero no me venían bien, de hecho al salir de la tienda unos turistas me pararon para preguntarme que que tal el precio del sombrero que me había comprado, que era el sombrero que ya llevaba puesto antes de entrar a la tienda. Como curiosidad turística en la Galeria Vittorio Emanuele el suelo cerámico es precioso y en una parte de la galería hay una representación de un toro que si le pisas los huevos dicen que te trae buena suerte y que vuelves a Milán alguna vez más en tu vida. De nuevo volvíamos al lujo y al glamour con tiendas como Prada, Gucci, Armani, Dolce and Gabbana que son prohibitivas para cualquier ciudadano normal.

Una vez atraviesas la Galería Vittorio Emanuele II se llega a la Piazza del Duomo, así podríamos contemplar de día está impresionante construcción, la verdad es que te lo pueden contar pero hasta que no lo ves no crees que pueda ser tan grande, en la cúpula hay una virgen que es el punto más alto en cuanto a edificaciones de la ciudad. Como pueden imaginar mis lectores al ser domingo la Piazza estaba llena de turistas, además de los turistas que peor me caen, los que les encanta gastar zapatilla y se sientan en un escalón de la plaza a comerse un bocadillo a pleno sol con una botellita de agua, llevan pantalón corto, cámaras de fotos al cuello y polo de algún color pasteloso clarito, buff que repelús me entra jejeje...

Estaba ya llegando la hora de comer, obviamente huimos de la zona del Duomo y bajamos por la Piazza Mercanti donde había unas ruinas de la época romana, la arquitectura en la zona centro donde nos encontrábamos era fascinante porque al lado de un edificio renacentista tenías unas ruinas romanas o sino un café que llevaba a lo mejor 2 siglos abierto. Me encantaba pasear por esta zona y nos quedamos a comer, en concreto en la terraza del Cafe Martini que se encuentra en Via dei Mercanti, 21, iba a ser un poco clavada pero era una zona más tranquila y se estaba muy a gusto, degustamos obviamente gastronomía italiana, creo recordar que me pedí pasta con frutos del mar. Después de la comida y como por inercia y ya sin mirar el mapa seguimos por donde iba la gente y era paseando por la Via Dante, otra de las calles principales de Milán dedicada principalmente al comercio, pero para marcas más pequeñas, digamos que son marcas locales en cuanto al sector textil, había animación callejera con músicos, pasamos por el Piccolo Teatro Grassi y en la desembocadura de esta calle llegas a otro de los puntos importantes de la ciudad, la Piazza del Castello.

La ciudad de Milán además de tener varias puertas de entrada como comenté en el post del día 1, también tiene un castillo que servía de defensa de la ciudad, este se encuentra y no hay que ser muy adivino, en la Piazza del Castello y se llama el Castillo de Sforzesco, las entradas de la ciudad datan de la época romana y el castillo de la época medieval, no eran dos mecanismos de defensa simultáneos. Si en el Duomo había turistas de todas las nacionalidades en Sforzesco había una abrumadora mayoría de turistas españoles, en concreto gente mayor, será que los guías les llevan allí a ver el castillo para sentirse más castellanos o algo así, es un enigma que todavía no he podido resolver a día de hoy. El Castello de Sforzesco no es gran cosa, además tiene nombre de suizo, no parecía eso muy italiano, lo que estaba mejor y fue la parte más interesante estaba detrás del propio castillo.

En la parte trasera está el Parco Sempione que es un parque muy bonito en la ciudad, además coincidimos en una época donde había una feria montada, con sus coches de choque, sus tiovivos y se puestos de comida. Olga y yo nos echamos unas carreras de camellos con el juego ese de que tienes que meter las bolas en los agujeros centrales y así corre más el camello, fue unas risas, porque yo creía que ese juego sólo estaba en España, Olga se comió un algodón dulce y eso se convirtió en una tarde de domingo ferial. Como curiosidad que tengo todavía en la mente era el patriotismo de los coches de choque, todos y cada uno de ellos con su bandera italiana. Nos perdimos dando una vuelta por el Parque Sempione, a ver donde nos llevaba la salida y nos moveríamos ya por la improvisación. Resulta que la salida da al Arco della Pace, otro nuevo monumento que nos sentamos allí a fumar después del largo paseo por el parque y la feria. En la zona de Corso Sempione no es tan espectacular como la zona centro pero tenía ese aire a barrio francés y se estaba muy a gusto y tranquilo allí.

Para terminar nuestro periplo turístico que estaba siendo muy productivo cogimos un autobús hacia Piazza Cadorna ya que desde allí podíamos bajar andando por Corso Giouse Carducci hasta la basílica más antigua de la ciudad, la basílica de Sant Ambrogio, una iglesia que empezó a edificarse en el año 379, entramos en el Milán más histórico y antiguo. No soy mucho de visitar iglesias pero he de decir que Sant Ambrogrio me impresionó, nos echamos unas risas porque había unos teléfonos dentro de la iglesia que sirven de guía y que estaba en distintos idiomas, yo decía que era una cabina de teléfonos para hablar directamente con Dios, y que como Dios es muy listo pues sabía muchos idiomas, no podíamos ni aguantarnos la risa. Una vez dentro en la cripta ya más serios vimos a Sant Ambrogrio y que punto tétrico tenía el asunto pero moló bastante. Salimos por detrás de la basílica a unos jardines y enfrente está la Universidad Católica del Sagrado Corazón. Ya estaba bien de turismo por el día, hicimos parada para comernos un buen helado italiano al lado de la basílica.

Como era temprano aún para volver al hotel y teníamos el metro al lado nos fuimos por la línea verde hacia Porta Genova FS, al sur de la ciudad. En esta parte está una de las zonas de marcha de la ciudad, andando por la Via Vigevano, que por cierto vemos la otra cara de la ciudad nada glamurosa porque es una calle muy fea y cutre, se llega a la zona del canal que se llama Naviglio y comprende la zona de Ripa de Porta Ticinese que es donde llegamos la noche anterior pero que no exploramos la zona. En el canal del Naviglio, que ya no es navegable y lo mantienen fatal y sucio, se trajo todo el material de mármol y piedra para la construcción del Duomo. En el lugar hay muchos restaurantes y tiendas de pequeño comercio, sobre todo de arte. Entramos por una de las galerías y vendían cristal y cerámica. Es la zona más bohemia de la ciudad y dijimos que una noche nos pasaríamos por allí a cenar, tenía apuntado un restaurante muy bueno que luego fuimos posteriormente, ya habíamos dado muchas vueltas y volvíamos por la línea verde hacia el hotel en Porta Garibaldi. Por Via Vigevano había gente un poco chunga.

En la estación de Porta Garibaldi compramos los billetes de tren de alta velocidad italiana para ir a Torino el día siguiente, ya contaré más adelante con detalle esa experiencia ferroviaria. Tras la compra de los billetes nos fuimos al hotel, nos pusimos guapos y nos tomamos el aperitivi en el bar de enfrente, se llama Movida y se encuentra en la Via Rosales, un bar de diseño muy chulo donde cenamos muy bien. Antes de cenar recuerdo que en el hotel ponían un interesante Inter de Milán - Fiorentina con golazo final de Ibrahimovic.

Como la noche anterior terminamos nuestro día en el Corso Como, al ser domingo la zona estaba mucho más tranquila, así gusta más y nos tomamos nuestro copazo en el Café Casablanca donde desde luego te llenan bien las copas de alcohol, la coca cola era una mera anécdota dentro del vaso y esperaba más de ese sitio, no le pega que con ese nombre pongan música pachanga. Dimos varias vueltas alrededor de la zona, Tocqueville estaba cerrado y pensamos entrar a la discoteca que hay encima de la tienda de M&M's, pero ese ambiente tan pijo nos tiró para atrás, incluso a mí que me encanta la tontería. Terminamos de nuevo en Movida que también era coctelería tomando la última, ese lugar si tenía mas un ambiente parecido a la película 'Casablanca' de Bogart y Bergman. Brindamos y cruzamos la acera para irnos a dormir, al día siguiente esperaba Torino, una ciudad que me traía muchos recuerdos anteriores y que estaba deseando volver a visitar, esta vez en compañía femenina y sabía que a Olga le iba a encantar. En vez de 'siempre nos quedará París' para nosotros iba a ser el 'siempre nos quedará Torino'.



Via Manzoni.



Scala de Milán.



Cúpula Galería Vittorio Emanuele II.



Galería Vittorio Emanuele II.



Lateral del Duomo.



Piazza del Duomo.



Piazza Castello.



Castello Sforzesco.



Feria en Parco Sempione.



Sant Ambrogrio.



Navigli.



Perroflautas con Mac en Navigli.



Mai Tai para cenar en el Movida.



Corso Como hacia el Café Casablanca.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

No hay comentarios: