sábado, 8 de enero de 2011

Kiitos Helsinki. Día 8. Despedida. Kuulemiin.

El jueves 13 de Agosto partíamos de Helsinki a media mañana, el apartamento era sencillo de dejar porque únicamente había que dejar las llaves dentro (como no había recepción), eso sí, asegurándote antes no dejarse nada dentro porque luego ya no podías entrar a por ello. Fue nuestro último paseo por Kauppiaankatu hacia la parada del tranvía 4,4T que nos llevase a la estación central de Rautatientori. Una vez allí hay que coger un autobús que te lleva directo a Vantaa sin paradas. Recuerdo que por el camino pasamos por el mercado de Hakaniemi que no pudimos ver en nuestra excursión y no llovía, incluso había un espléndido sol. Me alegré mucho por Tuomas porque ese día iba a ver a Krafwert en Sornäinen y era al aire libre.

Ya no teníamos el bajón de la noche anterior porque se había acabado el viaje y contentos nos dirigíamos al aeropuerto para hacer el embarque, teníamos el vuelo a las 12:50 pm con la SAS que son las aerolíneas escandinavas hasta Copenhague, iba a ser un vuelo corto y en la capital danesa haríamos escala para luego ir hasta Madrid. El aeropuerto de Vantaa es pequeño y sencillo, pronto hicimos el check in para el vuelo, además los controles de seguridad eran muy tranquilos. En el aeropuerto nos dedicamos a ver tiendas e hice unas últimas compras, pillé un licor de Laponia para regalar que está muy bueno, de vez en cuando me tomo un chupito de esa botella, el licor en cuestión es Lapponia Lakka y la botella se puede ver aquí Lapponia. Embarcamos muy puntuales, tal como son los finlandeses, que no era cuestión de acumular retrasos ya que luego teníamos la escala.

El vuelo con la SAS fue un poco revuelto, el avión era pequeño y había turbulencias, cosa que le hizo ponerse a Olga un poco nerviosa, a ella no le gustan mucho los aviones y les tiene bastante respeto, una vez que llegamos a Copenhague lo que iba a ser un viaje de vuelta de placer se convirtió en un pequeño infierno porque en ese aeropuerto no se podía fumar y Olga decía que lo necesitaba, me hizo darme unas vueltas para nada que no me apetecía dar para encontrar algún espacio de fumadores que no existían. Tras el incidente comimos cerca de nuestra puerta de embarque y el sushi que me comí me salió bastante caro porque en Dinamarca te meten unas clavadas importantes con las coronas danesas, nos daba tiempo a comer, ya que, el vuelo salía a las 3:30 pm. Fue un poco amargo el viaje desde Copenhague hasta Madrid y luego una vez en Barajas tuvimos que ir a reclamar la maleta de Olga que le habían estropeado en el vuelo de ida a Helsinki. Como se nota que habíamos llegado de nuevo a España, para poder reclamar la maleta nos hicieron dar un montón de vueltas y tardamos una hora en hacer la reclamación. Acabé un poco quemado del viaje ese día y me supo mal que habiendo estado en Copenhague (una ciudad que me fascinaba) no la hubiese disfrutado, ese mal sabor de boca pude remediarlo al año siguiente, esta vez volviendo por allí de vacaciones, pero eso será otra historia que contaré en el blog en el futuro.

Quitando el tramo desde Copenhague a Madrid, que fue el único punto negro, lo demás se convirtió en un viaje inolvidable y excepcional. Después nos quedamos un par de días en Madrid disfrutando de las fiestas de la verbena de la Paloma donde encontramos por la calle Toledo a una pareja que también iba en el vuelo de vuelta desde Helsinki, había que apurar las vacaciones. Quiero repetir mi agradecimiento hacia Tuomas y Anna-Kaisa por su excelente hospitalidad, creo que luego cuando estuvieron en Madrid no fui tan buen anfitrión como lo fueron ellos allí en Helsinki, intenté serlo pero me fue imposible porque ellos en ese aspecto fueron perfectos. También mi agradecimiento a Olga como compañera de viaje, fue un muy buen complemento para mi y creo que a ella tampoco se le va a olvidar su estancia por allí, le encantó estar por Finlandia y como ella decía, nunca había estado tan lejos.

Para terminar estos posts sobre Helsinki y Finlandia quería comentar un aspecto que me impresionó del lugar y hacer un par de homenajes. Para mí, tanto Helsinki como Finlandia irán siempre asociadas a la naturaleza, especialmente al agua y a la madera. Son personas que no huyen de su entorno, no construyen un mundo artificial para meterse en una burbuja irreal, sino que se integran en su mundo natural. Por eso tu en Finlandia tienes un Mar Báltico o miles de Lagos que podrías obviarlos, sobre todo cuando están helados y ellos hacen una ventaja sobre ello, construyen los mejores barcos rompehielos del mundo, son unos grandes jugadores de hockey hielo y un pueblo pesquero donde la mitad de su población no come carnes, simplemente con su pescado y la dieta del país no lo necesitan. Eso en cuanto al agua, porque en el caso de la madera aún es más evidente. Al estar rodeados de bosques y con toda esa madera podrían haber montado un negocio exportador de madera y haber explotado sus bosques, en vez de eso han montado una industria del diseño a partir de elementos de vidrio y madera muy importantes, vendiendo grandes conceptos, han fabricado saunas, que un principio se calentaban con madera y ahora ya son eléctricas y construyen casas en el bosque de este material. Me ha impresionado sobre todo de los finlandeses de como un sitio tan despoblado y con unas condiciones metereológicas tan adversas hacen de ello una ventaja, me quito el sombrero ante ellos.

Y para terminar un par de homenajes, el primero para la figura de Alvar Aalto, el arquitecto y diseñador finlandés que ha sido el único arquitecto de la Segunda generación del Movimiento Moderno reconocido como "maestro", un genio tanto de la arquitectura como del diseño, su influencia ha sido tan grande que ahora Finlandia está en la punta de lanza del diseño más vanguardista. El segundo homenaje es para el cineasta finlandés Aki Kaurismäki, ganador de la Palma de Oro en Cannes por su película 'Un hombre sin pasado', también nominada al Óscar como mejor película de habla no inglesa, ni siquiera Aki apareció por la ceremonia en EEUU. Un hombre que ha construido relatos sobre la podredumbre de la sociedad finesa y realizó la trilogía del proletariado, los títulos son 'Ariel', 'Un hombre sin pasado' y 'La chica de la fábrica de cerillas'. Después de este viaje he visto varias películas de este bizarro director y me han encantado.

Hasta aquí otro viaje más, ha sido un placer durante estos días escribir las experiencias vividas en Helsinki, fue un viaje de los mejores que he tenido y me ha dejado onda huella. De Finlandia se pueden aprender muchas cosas y a día de hoy sigo aprendiendo de ellos. Espero que en otro momento pueda volver por allí, sobre todo a Laponia para conocer al pueblo sami, una cultura muy interesante. Pero eso es otro plan que aún no se escribirá en el blog, para el siguiente viaje iremos a latitudes más mediterráneas, iremos a Malta.



Agua. Mar Báltico desde la Plaza del Mercado.



Agua y Madera. Casas y laguna en Porvoo.



Madera. Lappi Ravintola.



Agua. Mericantovägen.



Agua. Lago Töölö. Helsinki.



Agua y Madera. Bosques y Lagos que Tuomas nos descubrió.



Madera. Cabaña y embarcadero de Tuomas.



Agua. Atardecer en el Bático.



Agua. Suomenlinna.



Madera. Sauna.



Madera. Alvar Aalto. Diseño finlandés.



Un brindis desde el Happy Jazz Storeville.



Y otro desde el A21 Bar de Helsinki.

Para despedirnos un tango finés de la película de Aki Kaurismäki 'La chica de la fábrica de cerillas'.



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