El miércoles 19 de Mayo nos levantamos más tarde de lo habitual en nuestro viaje porque la excursión del día anterior había sido larga y nos pegamos un buen tute de día, nos quedaba ir al Blue Lagoon en Comino pero decidimos que lo podíamos hacer el último día y así tomarnos este día más relajadamente. Como plan, podríamos ir por La Valletta a profundizar un poco más en la capital y tomarnos la tarde libre para relajarnos.
Así que bajamos otra vez a la sempiterna calle Triq Il-Torri y cogimos de nuevo el ferry para ir a la capital, un camino ya conocido porque lo hicimos el tercer día. Ahora el plan era la visita a la Cocatedral de St John por dentro para ver ese fastuoso monumento hecho por los caballeros de la orden de Malta. Yendo por Republic Street enfrente de la Ópera tienes la puerta de entrada a la catedral. No soy mucho de visitar museos y monumentos pero la verdad es que merece la pena la visita porque es una catedral fascinante. No pudimos hacer apenas fotos y además no se podía utilizar el flash. En la catedral hay muchas cosas que destacar, la arquitectura del edificio, los amplios pasillos, la ornamentación espectacular y por encima de todo las obras del pintor italiano Caravaggio, un personaje muy ligado a Malta, La degollación de San Juan en el Oratorio es uno de los pocos cuadros que me han impactado. Este personaje era un pieza y los caballeros de la Orden lo refugiaron en Malta durante un tiempo, como sería el pintor que al final lo terminaron expulsando a Sicilia, sus cuadros son de un dramatismo nunca visto y me gustó ver esa obra. Dejo por aquí una reseña del artista en Malta Caravaggio en Malta.
Una vez terminada la visita que tampoco fue muy extensa debido a la cantidad de gente que había en el sitio, demasiado turista y mucho jaleo, nos salimos a dar una pequeña vuelta por las calles de La Valletta, una cosa que recuerdo que me pareció bastante curiosa y que el día anterior no me di cuenta, es que había varias academias de la lengua y embajadas por parte de los rusos y los judíos, para ser un pueblo tan católico el maltés había mucha influencia judía en esta ciudad, me parece un buen sistema de convivencia de religiones, el primer día en La Valletta sí me di cuenta que había muchas joyerías por parte de judíos, una calle a destacar para alguna compra y que merece la pena pasar es Zachary Street. Tras la vueltecilla por Merchants Street y Republic Street de nuevo, decidimos que había que comer y nos quedamos en una trattoria en St John's Square, enfrente justo de la catedral que había mucha animación y se estaba a gusto con la sombra que daba. Después de comer pasamos otro rato por el palacio del Auberge de Castille para ver las estatuas de los diferentes primeros ministros que ha habido en Malta y de allí fuimos a la terminal de autobuses del hotel Phoenicia.
De vuelta a Sliema íbamos a disfrutar un rato del buen hotel que habíamos escogido para nuestro viaje, el Palace como podéis imaginar por el nombre es un hotel de calidad y cuando llegamos a nuestra habitación nos encontramos la sorpresa que nos invitaban a un cocktail por la tarde de despedida en la parte del ático donde se ubica el restaurante asiático. Como aún era temprano nos daba tiempo a darnos otro baño en la piscina cubierta y hacer algunas fotos a las instalaciones de este hotel de 5 estrellas. Disfrutamos de la piscina y la sauna, que no apetecía tanto como en Helsinki porque hacia demasiado calor, pero aún así siempre me ha gustado este invento finés. Se nos echaba la hora encima para el cocktail y subimos a la habitación a secarnos un poco, fuimos para el ático a la recepción del cocktail, todo muy currado con sus tapitas para comer, diferentes bebidas y una clientela donde nosotros no éramos los más jóvenes porque había abuelos ingleses de estos ricachones que se llevaban a sus nietos/as de vacaciones, eso sí, españoles éramos los únicos. Un ambiente muy distinguido donde la Preysler hubiese sido una gran anfitriona jajajaa...
Después de ese baño de lujo tendríamos que seguir esa línea en lo que restaba de día y de noche, así que nos arreglamos con nuestras mejores galas (con zapatos, no deportivas y todo jejeje...) para irnos a cenar a un sitio muy pichi en la bahía de St Julian, además teníamos una cena pendiente desde las Navidades pasadas que no se pudo hacer debido a una desgracia por accidente, menos mal que aquello ya pasó. Así que desfilamos por el paseo marítimo dándonos un paseo para llegar al Restaurante Raffael que está en el Palacio de Francesco Paul Raphael Spinola, un palacete construido en el 1688 que conforma justo la bahía de Spinola. Os dejo la web por aquí porque es un restaurante muy recomendable para ir San Giulano Restaurants. En vez de Malta parecía que estábamos en una especie de restaurante en Ibiza lleno de gente guapa. La temática del restaurante es italiana como se puede suponer por el nombre, de primero recuerdo que pedimos bruschettas y luego pues alguna especialidad de allí, fue una cena muy divertida y pensábamos lo bien que viven los ricos, primero cocktail en el Palace y luego cena en el Raffael en Spinola Bay.
Pero no podía acabar allí nuestro día de lujo por la isla de Malta, nos encaminamos para Paceville y ahora no iríamos a los garitos o chiringuitos como el Coconut Grove lleno de adolescentes en cursos de inglés que a grito pelao cantaban canciones de Guns and Roses, esa noche no tocaba eso. Al ir más temprano sí pudimos subir a la torre de Malta al ático que es un bar, la torre se llama Portomaso Business Tower y en bar en cuestión es el Twenty Two, dejo por aquí la web del bar que es una cosa que no te recomiendan los malteses para ir ellos y que no se llene Bar Twenty Two, es un rollo parecido a los áticos de los hoteles Urban o Reina Victoria en Madrid. Al principio estamos un poco desubicados en el lugar pero luego ya dijimos que queríamos la carta de cocktails y muy amablemente nos dieron una mesa en el bar, este ático estaba acristalado y menos mal porque en Malta hay mucho viento y las vistas desde los cristales son espectaculares, ves toda la bahía de St Julian, el hotel Hilton y divisas las luces del pueblo de Sliema. Brindamos por nuestra última noche en la isla, al día siguiente por la noche cogeríamos el vuelo de vuelta, nos rodeaban muchas imitadoras de Paris Hilton y allí pusimos el broche a una jornada donde en vez de unos turistas por Malta de autobús amarillo fuimos turistas vip's que únicamente lo querían pasar bien, un buen método contra la rutina y que desconecta un montón.
Desfilamos hacia el paseo marítimo de St Julian y Sliema y no recuerdo si paramos por el Surfside, fuimos tantas veces que ya perdí la cuenta, de todas maneras al día siguiente nos íbamos a despedir de él. Otro gran día por la isla donde no pudimos ver la luna porque estaba nublado pero relajados y muy contentos de poder haber estado en días de Mayo por allí, aunque parezca encantado de haberme conocido no quiero dar esa impresión, fue una total y absoluta desconexión de Madrid haber podido pasar estos días en Malta.
Cocatedral de St John.
Cocatedral de St John.
St John's Square.
St John's Square.
Puerta de entrada a La Valletta.
Fuente del Tritón. La Valletta.
Vistas desde The Palace Sliema.
Piscina cubierta en The Palace.
Restaurante Raffael. Spinola Bay.
Centro Comercial Portomaso.
Portomaso Business Tower.
Twenty Two en Portomaso.
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