El martes 18 de Mayo nos levantamos un pelín más temprano porque nos íbamos a otra de las islas de las que se compone Malta, este país son tres islas, Malta, Gozo y Comino. Como ya habíamos recorrido la principal isla del país ahora nos disponíamos a recorrer la bonita y tranquila isla de Gozo. Preguntamos en el hotel como poder ir hasta allí y tuvimos la suerte que desde Sliema salía uno de los buses amarillos que te lleva hasta el ferry en la punta de la isla de Malta para poder atravesar el Mediterráneo y llegar hasta Gozo.
Bajamos de nuevo desde el Palace hasta el paseo marítimo en Triq Il-Torri y allí esperamos el bus que tenía que pasar, mientras tanto la gente de los chiringuitos de los cruceros nos daban ofertas para irnos de paseo en barco por Gozo o por Comino, pero eran cruceros de 7 horas y eso no nos apetecía, demasiadas horas. Por fin pasó el bus y esta vez el viaje como era más largo nos costó el billete la friolera de 86 céntimos de euros jejejeeje... El viaje hasta Cirkewwa que es donde se coge el ferry dura una hora que yo decía que como una isla tan pequeña podría estar eso tan lejos, fue un poco infierno el viaje porque el autobús iba dando botes y las carreteras eran bastante deficientes, pasamos por la bahía de St Paul y el pueblo de Bugibba que es donde están las mejores playas de Malta que son las únicas de arena, exceptuando la Blue Lagoon de Comino. También el viaje fue un poco de coña porque había paradas de bus en medio de la nada, que nos preguntábamos, quién se va a subir desde aquí sino hay nada.
Tras llegar con la tripa un poco revuelta por los botes del viaje llegamos a Cirkewwa, un paraje en medio del Mediterráneo donde únicamente hay una terminal de ferry que nos estaba esperando listo para embarcar y cruzar al otro lado que es donde se encuentra Gozo, el viaje de ida creo recordar que fue gratuito porque nadie nos pidió nada, a la vuelta fue diferente, creo que a la vuelta cobraban todo. Es la única manera de llegar a este lugar, por eso se dice que los habitantes de Gozo no parecen malteses, tienen otra forma de ser, más independientes, austeros y tranquilos, en Gozo nunca va a haber estrés, tienen su propia gastronomía y algunos de los turistas de su isla son gente muy acaudalada en busca de paz y tranquilidad que allí van a encontrar, un sitio muy curioso que recomiendo ver.
El viaje en ferry fueron unos 20 minutos, Olga se tomaba un Kinnie e hicimos algunas fotos de lo que estábamos contemplando enfrente. La maniobra de amarre fue perfecta, me encanta ver ese tipo de maniobras. Una vez que estábamos en la terminal portuaria de Gozo nos vinieron agentes turísticos ofreciéndonos transporte por la isla, era ya casi la hora de comer y teníamos que ver la isla en unas 4 horas aproximadamente y una de las agentes nos recomendó una furgoneta con chófer que por 10 euros por cabeza nos enseñaba toda la isla y nos traía a tiempo para coger el ferry de vuelta. Así que Olga y yo no nos lo pensamos, era una turistada pero empezar a aprenderse que autobuses había que coger y con todo lo que había era la mejor opción irnos en la furgoneta, además tuvimos de acompañantes a unas chicas catalanas que lo pasamos muy bien con ellas.
El chófer iba dándonos las instrucciones conforme iba a ser el plan de viaje, para empezar iríamos a la capital de la isla que es Rabat, el mismo nombre que la periferia de la ciudad de Mdina pero que aquí era la capital, nos dejó en la Plaza del pueblo donde había mucha gente mayor a la sombra, era como ir a cualquier pueblecito de la meseta donde las horas centrales del día no hay más que viejecillos echando la charla. El guía nos dijo que lo interesante de la ciudad estaba en la parte alta, en la Ciudadela que es un castillo que estaban restaurando pero que se podía visitar, así que para allá que fuimos y observamos las preciosas vistas de la isla y el monumento. Pronto nos cansamos de estar allí y bajamos por las tiendas de la ciudad donde hicimos algunas compras, era incluso más barato que en Malta y recuerdo que nos llevamos alguna cosilla de una joyería, como el Sol pegaba mucho también me compré una gorra azul en el mercadillo de Rabat y así no me quemaría, también vimos la fachada del teatro de la ciudad. A la vuelta hacia la furgoneta paramos en un chiringuito de comida y decidimos que como no nos daba tiempo a comer, picaríamos algo y ya cenaríamos en Malta a la vuelta, compramos una especialidad maltesa procedente de Sicilia que son los Pastizzi de ricotta y espinacas y de beber por supuesto Kinnie, que ya era nuestro refresco en Malta, os voy a dejar la receta de los Pastizzis por aquí Pastizzi de ricotta y espinacas.
Nuestra siguiente parada fue el sitio más espectacular que vimos durante el viaje, tras unos caminos donde apenas la furgoneta cabía y donde nos preguntábamos como podrían por ahí meterse los autobuses, llegamos al extremo más occidental de la isla de Gozo, la Azure Window o la ventana Azul es una formación rocosa como muy bien su propio nombre indica tiene forma de ventana y lo que se ve al fondo es el Mar Mediterráneo y el horizonte, al sitio que acabábamos de llegar parecía el fin del mundo, desde allí ya no podría haber nada más. El guía nos indicó que teníamos 45 minutos para ver el lugar e hicimos fotos a la Azure Window y había más cosas, enfrente, además de ver esas aguas tan cristalinas y azules, teníamos Fungus Rock, una formación de roca donde en la parte de arriba aunque parecerá mentira crecían champiñones, recuerdo que Olga estaba muy contenta de haber llegado hasta allí y a un hombre le compramos unas postales del lugar por 10 euros. Faltaba la parte mitológica que era bajar a la cueva de Calipso, un sitio mágico que la leyenda cuenta que Ulises al ir hacia Ítaca naufragó allí y Calipso lo rescató, en esas cuevas Ulises permaneció 7 años junto a esta diosa griega y tuvieron varios hijos en contra de la voluntad de Ulises que al final fue inflexible y necesitaba volver a su hogar, un sitio fascinante la verdad, por allí se ha hecho algún spot publicitario de lo bonito que es el lugar.
Tras nuestra experiencia mitológica volvimos a la furgoneta para seguir descubriendo rincones de Gozo, paramos cerca de una de las catedrales más importantes de la isla que es la catedral de Ta Pinu en la localidad de Gharb, simplemente para hacer unas fotos y encaminarnos hacia la parte norte de la isla, llegando a la población de Marsalforn primero nos topamos con las salinas de Qbajjar, os voy a dejar un link muy interesante sobre el proceso de obtención de sal marina en este pueblo Salinas de Qbajjar, desde allí si el día estaba totalmente despejado se puede divisar la isla de Sicilia, nosotros no tuvimos tanta suerte. Nuestro destino final era Malsarforn Bay, otro rincón espectacular que está alejado de prácticamente toda civilización y que es una de las playas o bahías (más correcto este término) más bonitas que he estado en mi vida. En el pueblo se respiraba una tranquilidad y una paz que es imposible describir, había unos pocos hoteles donde se aloja gente que va a hacer buceo principalmente. La pesca, el turismo y el buceo son las actividades económicas del pueblo. Recuerdo que en la bahía había un restaurante que tiene que ser Il-Kartell donde la terraza se ubicaba en la bahía y algunas pequeñas olas rompían al lado de las mesas, era un sitio idílico.
Nos comimos un helado enfrente de la bahía y ya sólo quedaba volver a la terminal de Gozo para coger el ferry de vuelta a Cirkewwa, de Gozo nos quedó por ver los famosos monumentos megalíticos de Ggantija, pero vamos que eran unas piedras que tampoco es que nos interesaba mucho ver, los mejores sitios de esta isla sin duda son la Azure Window y Marsalforn, ahora lo veréis en las fotos más abajo. Tuvimos que esperar un buen rato para poder salir hacia Malta, en el viaje de vuelta íbamos muy contentos y nos despedimos de nuestras amigas catalanas que tenían el hotel en St Julian, era su primer día en Malta. Nosotros nos volvimos al hotel y creo que nos dio tiempo a echarnos un pequeño baño en la piscina cubierta, que en la exterior no hacía tiempo para estar allí, así nos relajamos con el agua y la sauna que había antes de prepararnos para la noche y salir un poco por ahí. Había que redondear el buen día que estábamos teniendo.
Elegimos un sitio para cenar de comida típica maltesa en el paseo marítimo de Sliema yendo hacia St Julian, en concreto el Ta'Kolina, al final no probamos el plato típicamente maltés que es el conejo Fenek en maltés pero sí probamos un plato que estaba muy bueno que es la Timpana que son unos macarrones rellenos con carne picada y huevo duro, cubiertos con una capa de hojaldre… y horneados, Olga pidió Lampuki que es dorada al horno. Fue todo un acierto por nuestra parte y con el lambrusco estaba todo de muerte, muy cerca teníamos el Surfside así que para allá que fuimos a tomar un copazo en la parte del bar deportivo, era increíblemente barato porque por un cocktail (Long Island Ice Tea) te sacaban 4 míseros euros, al ser martes ya no había mucha juerga por ahí y nosotros nos encontrábamos un poco cansados, así que fuimos para el hotel, habíamos pasado un gran día y tenía en el cuerpo la sensación de que Malta podría ser un buen sitio para vivir, es complicado que te den residencia allí porque son estrictos debido a la ocupación en la isla, pero alguna temporada para aprender inglés y disfrutar del mar estaría muy bien ese sitio, para un año sabático, ahora las cosas no están para pensar en ello, a ver si mejoran y en un tiempo si todo marcha bien podríamos Olga y yo ir a vivir una temporada por allí, mientras tanto nos conformábamos con ver la luna desde el Surfside y muy cansados decidimos que el día siguiente nos lo tomaríamos con calma que ya llevábamos mucha excursión metida en el cuerpo, pero eso será en el siguiente capítulo.
Puerto de Bugibba.
Cirkewwa. Llegando al Ferry.
Ferry a Gozo.
Rabat. La Ciudadela.
Rabat, dentro de la Ciudadela.
Azure Window.
Azure Window.
Azure Window.
Fungus Rock.
Cuevas de Calipso y Ulises.
Catedral de Ta Pinu.
Salinas de Qbajjar.
Paseo en la Bahía Marsalforn.
Bahía de Marsalforn.
Marsalforn.
Timpana.
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