El viernes 27 de Agosto afrontamos nuestra cuarta jornada del viaje y otra vez de nuevo tuvimos la suerte de que el sol lucía, aunque hacía un poco de frío. En este día después de nuestra paliza del día anterior en Malmö lo íbamos a tomar con calma y el plan era visitar la comuna hippie de Christiania y por la noche ir al concierto de Suicide en el Museum Stantens fur Kunst. Lo del concierto lo miré por la mañana a ver si podíamos comprar la entrada y en la web ya estaba el cartel de Sold Out, así que todo el papel ya estaba vendido, el plan de por la noche habría que cambiarlo, es curioso que en Kobenhavn hay mucho amor por la música y allí me di cuenta de que la mayoría de conciertos que llevaba apuntados no pude ir a verlos porque estaba todo vendido y eso que el precio de las entradas no era nada asequible, recuerdo que por Suicide eran 38 euros la broma.
Ya pensaríamos sobre la marcha que hacer por la noche, salimos del Phoenix hacía el metro de Kongens Nytorv para dirigirnos a Christianshavn por la M2. Nos quedaba bastante cerca porque únicamente es una parada de metro, pero es mejor hacerlo en transporte público que ir andando que es un buen rato y hay que pasar el canal. El barrio de Christianshavn es muy bonito, no solo es Christiania por supuesto, sus casas son de colores, las calles están rodeadas de canales, hay muchas tiendecitas y restaurantes y un monumento que hay que ver, la iglesia de Vor Frelsers Kirke (Iglesia de Nuestro Salvador) donde lo más interesante es su cúpula en escalera de caracol que hace que sea uno de los edificios más altos de la ciudad. Una pena que no subimos a la cúpula porque las vistas son impresionantes, por aquí os dejo un enlace con más información sobre el lugar Información sobre Vor Frelsers Kirke que se encuentra en Prinsessegade.
Siguiendo por esta calle y girando por Sankt Annae Gade se llega a las puertas del barrio hippie de Christiania, una visita obligada cuando se va a Copenhague, sobre todo para la gente joven. Christiania es una comuna hippie que se fundó en 1971 en un emplazamiento del barrio de Christianshavn donde se ubicaban los antiguos barracones del ejército danés en la II Guerra Mundial. Los hippies vieron en el sitio una oportunidad de construir su propia sociedad al margen de Copenhague y tenían un bonito lago. La gestión del agua, electricidad, colegios, sanidad y demás corría a cargo de ellos y no permitían pasar a la policía, ahora han cambiado algunas cosas, incluso pagan impuestos. Aunque sigue sin haber propiedad privada. Más abajo al final de la entrada colgaré un par de enlaces con fotos y un vídeo de Christiania porque no se permiten hacer fotos en el sitio, la venta y consumo de drogas blandas está permitido allí y a cambio no se pueden hacer fotos por si hay problemas con la policía que está vigilante a las afueras.
Nada más entrar por una de sus dos puertas de entrada notas que estás en un mundo diferente, las construcciones son más antiguas que el resto de la ciudad, hay más desorganización y anarquía que tiene cierto encanto y ves lo que fue ese experimento de principio de los 70's. Tienen su propia bandera que es roja con 3 círculos amarillos en el centro que son los 3 puntos de las ies que tiene la palabra Christiania y su lema es Bevar Christiania. Apenas hay calles asfaltadas, son de tierra donde numerosas bicis recorren los caminos, ya que el paso de los coches es muy restringido, solo por alguna emergencia. De hecho los christianitas han hecho un gran negocio con el tema de las bicis que llevan en la rueda delantera un cajón donde puedes llevar cosas o hasta niños pequeños, la empresa es Christiania Bikes. La zona principal de la comuna está en la calle Pusher Street, por la mañana es un mercadillo donde venden gorros, artesanía y mucho instrumental para liar canutos. Por allí ya iba oliendo a sustancias que son ilegales en toda Dinamarca menos allí.
El ambiente ese día era de fiesta en modo barbacoa, los hippies rondando con sus perros, los niños y los turistas dando vueltas, en los bares de la comuna había varias parrillas encendidas y cada cual iba a su bola, lo más bonito del barrio es la zona de atrás, donde hay un gran lago y están las casas de los hippies más veteranos del lugar, también recuerdo que estaba la escuela y los niños se bañaban en el lago. Muchos jóvenes empezaban la jornada con sus primeros canutos y hay dos aspectos a destacar, la gente mayor que iba por allí con una cara de extrañeza que nos mondábamos de la risa y la cantidad de españoles que estaban de visita, mira que nos gusta el turismo juerguista. Yo me compré una camiseta con el lema del lugar y Olga vio un perro que le recordó al que tenía su hermano, era idéntico.
Nos quedamos a comer allí en una de las múltiples parrillas que había ese día, comimos una hamburguesa, bebimos cerveza producida en la propia Christiania y un postrecito casero del lugar, también visitamos una tienda que es una herrería y vendían artesanía, por lo visto es muy famoso el sitio. Al sentarte un rato en los comederos con tanto olor a porro, que se hacían unos maxi trompetos, ya no te hacía ni falta fumar. Por la tarde Olga se quedó flipada del nuevo mercadillo que montaron en Pusher Street, el gran mercadillo de las drogas blandas, a la luz del día y al aire libre, podías comprar todo tipo de marihuana, hachis y alguna que otra pastilla, recuerdo una que me hizo gracia, la Danish Bomb, al principio es impactante pero luego piensas que a lo mejor debería ser así y se acababan muchas tonterías. Que decir tiene que a nadie se le ocurra salir de allí con alguna de esas sustancias fuera de los dominios de Christiania.
Ya poco más nos quedada por ver de la comuna, yo quería investigar donde estaba la sala de conciertos del barrio, se llama Loppen y allí han tocado muchos ilustres cantantes como Bob Dylan, la sala está nada más entrar al barrio y como aún era de día estaba cerrada, a ver si en otro momento podríamos ir a verla y disfrutar de un concierto allí, pero eso será en otra entrada del viaje. Dejamos el barrio por su puerta principal que te dice que de nuevo estás entrando a la Unión Europa y nos fuimos a los canales de Christianshavn a tomar algo en un barquito-bar dentro del canal. Aproveché para llamar a mi padre y felicitarle por su cumpleaños y relajadamente sin prisas ningunas pasamos un buen rato montados sobre el barco quieto en el canal.
Como no sabíamos que hacer después porque el concierto se había fastidiado pues pensamos ir de nuevo a nuestro hotel. Cuando bajamos en Kongens Nytorv vi que mucha gente iba al canal a montar en barco en el Nyhavn. Podría ser una buena idea hacer la turistada y así nos dábamos la vuelta por los canales de la ciudad, además no llovía. Así que después de un rato en el hotel nos fuimos al Nyhavn y por apenas 8 euros te daban una vuelta de casi una hora. Cogimos el último turno que era en italiano, si hubiéramos llegado un poco antes podría haber sido en español, pero vamos, en italiano también se entiende. Del paseito se pueden destacar varias cosas, el restaurante Noma de Rene Redzepi, los buques más allá de la Ópera, que el barrio de Christianshavn es una copia de los canales de Amsterdam porque un rey de Dinamarca vio la ciudad holandesa y se enamoró de ella y el Black Diamond, un edificio maravilloso que alberga la biblioteca de Kobenhavn, es de las construcciones más bonitas que he visto en mi vida. Al final del recorrido nos explicaron cual era el edificio en la parte central de la ciudad que es la Bolsa de Copenhague. Fue un paseo didáctico y sólo por ver el Black Diamond merece la pena.
Ya tocaba vivir una noche de juerga en fin de semana, que los daneses se vuelven locos y toda la seriedad semanal se la quitan de encima y se ponen hasta las patas. Esa noche de viernes decidimos ir a Norreport, llevaba apuntado que por la calle de Norrebrogade había mucha juerga y que es el barrio más mestizo y moderno de la ciudad. Así que cogimos el metro en Kongens Nytorv de nuevo y allí nos enteramos que al no tener conductores ni taquillas el metro de Copenhague funciona las 24 horas del día, así que para la vuelta desde Norreport no tendríamos problemas. Desde la estación de metro dimos un paseo pasando el puente donde muchas bicis, algunos con un grado etílico mayor del acostumbrado iban haciendo eses. Recuerdo que al hablar en español nos saludaron una pareja de mexicanos que estaban por allí de turistas y el hotel lo tenían en Norreport. La sorpresa vino cuando pisamos la calle Norrebrogade que había una feria gastronómica de muchos países, una pena que estuvieran casi todos los puestos cerrados, porque me hacía especial ilusión haber probado alguna vianda de las Islas Feroe. Pero como siempre se nos hacía tarde porque allí cenan muy temprano.
Siguiendo por la calle Faelledvej encontramos el sitio donde íbamos a cenar, el famoso restaurante Pussy Galore's Flying Circus situado en Sankt Hans Torv 30, un nombre muy rockero para un restaurante, ya veis como me gustan las tonterías. Como de costumbre como era muy tarde ya no me hacían un rissotto los muy cuadriculados, pero bueno, siempre un club Sandwich te apaña una cena y además como también era un bar de copas nos tomamos la primera allí, brindamos por los christianitas. Volvimos nuestros pasos sobre la calle
Faelledvej y vimos un sitio muy curioso, la librería Rayuela que ya estaba cerrada pero que nos causó asombro que llegará hasta allí la obra de Julio Cortázar, luego en estos programas de españoles por el mundo vi a la propietaria. Por allí nos quedamos para tomar la siguiente, en el Café Ilderstellet, un sitio más rockero que el anterior que estaba petao de gente, buena música, copas no muy caras y una planta de arriba con gente jugando al billar y al futbolín. Lo más curioso del sitio era una puerta de servicio en la planta de arriba que todo el mundo creía que era el baño y allí se quedaban esperando largo rato hasta que se hartaban jajajajajaja... Nos tomamos un par de tragos allí, muy divertido el sitio.
Siguiendo la ruta de garitos en Norrebrogade, en la lista tenía el Stengade 30 que mira que los buscamos pero eso no existía, para mí que ya lo habían cerrado hace tiempo. Pero bueno, había más sitios donde ir y la animación en el barrio iba en aumento, las borracheras de los daneses/as eran de campeonato, lo más curioso era verlos encima de la bici y empinando el codo con un brazo y con el otro dirigiendo la bicicleta, pero el caso es que nadie caía al canal, menudos cracks. como ya era bastante tarde para las horas de allí, decidimos ir a una discoteca, que al ser una zona más alternativa no sería tan bakala como en otros barrios. Fuimos a Rust, un viejo almacén convertido en discoteca, que por fuera da una sensación que te jode un montón pagar las 60 coronas (8 euros) por la entrada pero que luego entrar y verla merece la pena, un sitio distinguido, con varios ambientes, electrónica, rock, pop y hasta una sala de fumadores.
Allí tomamos nuestro último trago y compartimos cigarrillos en la sala de fumadores con los daneses, era hora de volver a casa y nuestros pasos se dirigieron hacia la estación de metro de Norreport, antes de volver a Kongens Nytorv como me puede la juerga dimos un paseo por Fredericksborggade hasta la plaza de Kultorvet por si había algo interesante abierto pero ya estaba la cosa un poco apagada, así que nos metimos en la estación y que sensación de gusto da coger el metro a las 3:30 am sin problema alguno. Enseguida llegamos al Nyhavn que ya estaba todo apagado, habíamos pasado una gran noche y estaba siendo un viaje estupendo, en Kongens Nytorv los bicitaxis aún rondaban por allí, la luna se veía despejada y al día siguiente iríamos a ver a nuestros amigos de la cerveza Carlsberg.
Links para ver más a fondo Christiania:
Christiania, el barrio estado.
Christiania, la ciudad libre dentro de Copenhague.
Canales en Christianshavn.
Puerta de entrada a Christiania.
Christiania.
Christianshavn. Bares en los canales.
Christianshavn. Plaza.
Vor Frelsers Kirke.
Salida en barco por el Nyhavn.
La Ópera.
Pasando con el barco por Christianshavn.
Construcciones en Cristianshavn. Imitando a Amsterdam.
Black Diamond. Biblioteca de Copenhague.
Bolsa de Copenhague.
Pussy Galore's Flying Circus.
Norrebrogade.
Rust.
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