sábado, 7 de enero de 2012

Tak Kobenhavn (Día 6)

El domingo 29 de Agosto se nos hizo un poco tarde a la hora de despertarse, la juerga del sábado noche, a pesar del desastre, nos hizo que nos acostáramos tarde, pero habíamos prometido que ese día nos íbamos a tomar un brunch como muchos daneses hacen en fin de semana. Recuerdo que el día comenzó muy nublado y desde la ventana veía a gente ir hacía el Palacio de Amalienborg, supongo que habría algún evento, además mucha gente iba con banderas danesas. Parecía un típico día de otoño, muy apagado y con bastante fresquito. Olga y yo hicimos el camino contrario que los daneses y nos dirigimos a Kongens Nytorv, allí tomaríamos el brunch que habíamos prometido, esta vez no nos podrían poner pegas porque llegamos con el horario ajustado a sus costumbres.

El sitio elegido fue el Cafe Quote, podríamos habernos marcado la pijada de haber hecho el brunch en el Hotel Anglaterre pero este sitio tenía muy buena pinta y era más o menos económico, mucho más adaptado a un bolsillo europeo que a un bolsillo danés. El sitio era muy blanco y así daba algo más de claridad al día y el brunch no era de buffet, ya era algo cerrado con pan, frutas, verduras, un poco de carne, queso y huevo, todo muy completo y muy bueno. Por fin habíamos conseguido ir a un sitio a comer sin tener discusiones jejeje... Salimos muy contentos del sitio y la pereza se apoderaba de los dos, así que fuimos para el Phoenix a hacer una costumbre que es muy española, una merecida siesta.

Pero tampoco quería perder todo el día y en el hotel me puse a leer los apuntes que llevaba para ver si podíamos hacer algún plan que fuese chulo y no fuese de reventarse a caminar como el día anterior para llegar a la Carlsberg. Por fin encontré algo en mis notas que podíamos hacer en domingo. Podríamos coger el tren en Norreport e inspeccionar la zona norte de Copenhague. Allí está el castillo de Frederiksborg en la localidad de Hillerod, pensé en hacer un plan más en la naturaleza y salir en un poco de la ciudad. En Frederiksborg Slot se encuentra el museo de historia nacional y os dejo un enlace para más información Frederiksborg Slot. Así que fuimos a Norreport y allí cogeríamos el tren para sobre marcha ver donde íbamos.

En Norreport vimos que al ser domingo algunas líneas de tren pasaban con más intervalo de tiempo y otras líneas estaban en obras, por ejemplo, para llegar a Hillerod había que primero tomar un tren y luego llegar hasta la población de Lyngby para tomar un autobús. Mucho lío para un día de descanso, así que fuimos en tren hasta Lyngby y allí nos bajamos para darnos una vuelta. Al principio era como un pueblo fantasma, no había casi nadie y yo empezaba a pensar que de nuevo había metido la pata. En mis apuntes llevaba apuntado que en este pueblo había una zona de lagos muy chulas, así que preguntamos a un viejo que iba paseando por el pueblo, la única persona que había por la calle y el hombre nos decía que no sabía nada de lagos, yo creo que no entendía nuestro inglés. Yo pensé que nos diésemos una vuelta y tomáramos algo, luego pues volvíamos a Copenhague.

Pero durante nuestro paseo por las calles desiertas de Lyngby nuestra suerte cambió. Vimos un riachuelo en una zona residencial y pensamos, si seguimos el camino del riachuelo a lo mejor llegamos a la zona de los lagos que venían en mis apuntes. Efectivamente siguiendo el camino del agua, llegamos a la zona de los lagos. Me alegré que la línea de tren estuviera en obras y no haber llegado a Hillerod, era un plan mucho más turístico que el de Lyngby. Nuestra sorpresa fue mayúscula, una zona preciosa de lagos, con casitas de madera, cisnes nadando y había una fiesta montada, en el bar del lago tocaba un grupo de rockabillies y la gente del pueblo bailaba al son de la música, sobre todo, las personas mayores. Un plan perfecto de domingo, naturaleza, buena música y unas cervecitas por la tarde. Estas pequeñas cosas son las que me encantan al viajar, una fiesta donde no había turistas ni cámaras de fotos, los únicos éramos nosotros, de hecho, al ir a pedir las cervezas, recuerdo que el hombre me habló en danés, era la primera vez que me pasaba eso, le tuve que pedir que me hablará en inglés porque no lo entendía, no me vio como un guiri. Nos quedamos por allí un buen rato, primero sentados escuchando al grupo, que tocaban muy bien, y después viendo la zona del lago con los animales y haciéndonos unas fotos, los chavales muy amablamente se prestaban a hacernos fotos a Olga y a mi. El parque que rodeaba al lago al otro lado era precioso, con su caseta de música incluida.

Pero ya estaba oscureciendo en Lyngby, así que fuimos de regreso a Kobenhavn hasta Norreport. De ahí pensamos que podíamos ir a cenar cerca del hotel en un restaurante de guía michelín, con su estrella y todo, el famoso Koefoed Restaurant, un sitio muy romántico con especialidades escandinavas y de las Islas Feroe, pero nos llevamos el chasco de que hay que hacer reserva y no tenían libre hasta una fecha que ya ni íbamos a estar en la ciudad. Así que cogimos el metro y fuimos a la zona de Christianshavn que por la noche no la habíamos visto y podríamos visitar la sala Loppen en Christiania. Cenamos al final en el Letz Sushi que se encuentra situado en Ovengaden Neden Vandet 41, pegando con los canales de este bonito barrio. Como podréis imaginar por el nombre, es un restaurante japonés donde aquí sí, de nuevo, tuvimos nuestra discusión acerca de los horarios, no puedo comprender que un restaurante cierre a las 22:00 y te digan a las 21:15 que no te sirven, al final convencimos al camarero y le dijimos que íbamos a cenar sushi y que más allá de las 22:00 no íbamos a estar. Por los pelos como siempre. Luego el sushi estaba muy bien pero es un poco frustante tener que estar todo el rato como disculpándote para obtener un servicio.

Después de nuestra cena japonesa, nos dirigimos a Christiania, en la sala Loppen ese día tocaba un grupo de reggae y subimos a echar un vistazo. En un edificio lleno de graffitis por todas las paredes fuimos por las escaleras a la entrada de la sala, el vendedor de entradas nos dijo que 170 coronas (23 euros) por cabeza, a mi me pareció un precio excesivo por un grupo de reggae, así que pasamos del tema, no íbamos a pagar ese precio solo por ver la sala, si luego vuelvo algún día por Copenhague y hay un concierto chulo pues paso a la sala. De hecho me hice amigo de Loppen por facebook y me mandan todos los eventos. Así que nos dijimos, vamos a pasar por Christiania a ver que tal está el ambiente. Yo no las tenía todas conmigo porque a lo mejor Olga se asustaba un poco debido a la oscuridad y el raro ambiente. Pero me sorprendió gratamente que al ver la hoguera que había en Pusher Street no le asustó, más bien sonrió. Le dije que no se preocupase porque no nos iba a pasar nada.

Al pasar la hoguera de Pusher Street donde algunos hippies se calentaban, había más iluminación artificial y encontramos que en el Numeland Café te podías sentar tranquilamente a tomar algo al fresco porque tenían radiadores y ver hasta el fútbol por satélite, lo que habían cambiado estos hippies. Además lo recuerdo muy bien porque estaban poniendo el partido Mallorca-Real Madrid y estuve viendo la segunda parte del partido con una cerveza christianita, era la primera jornada de Liga y a los daneses les interesaba mucho lo que hacía el Mallorca en Liga porque el entrenador por aquel entonces era Michael Laudrup, toda una celebrity danesa. Por el bar pasaban muchos españoles jóvenes que estaban de turismo porrero por allí, se oía más castellano que danés.

Cogimos el metro en Christianshavn hasta Norreport y andando dimos una vuelta por Kultorvet y miramos si el Jazz House estaba abierto, en la plaza cerca de Norreport montamos un rato en bici para sentirnos por un rato daneses dando vueltas alrededor de la plaza. Olga y yo estábamos muy contentos por el día tan bueno que habíamos pasado y decidimos cerrarlo yendo de nuevo a nuestro garito fetiche, The Moose, en el bar había cambiado mucho el ambiente en apenas 24 horas, ya no era un paraíso de borrachos de sábado noche. Estaba a mitad del aforo y brindamos por nuestra bonita excursión a Lyngby, fue toda una sorpresa y acierto. Recuerdo que en The Moose acabamos hablando con un grupo de danesas que querían ligar con un chico que estaba al otro lado de la barra y nos pasaban papelitos para que se los diésemos, el chico no hizo apenas caso, es curioso que en estos países que quien toma la iniciativa normalmente es la mujer, las mujeres en Escandinavia tienen un instinto de independencia y disfrute de su sexualidad como en ningún sitio en el mundo. Las chicas al final se hicieron amigas de Olga y de mí y una de ellas hasta sabía español, había estado en Granada estudiando, les encantaba España, otra chica del grupo, había estado de viaje por nuestro país. Terminamos nuestra copa y nos despedimos de nuestras amigas y el camarero danés loco del The Moose.

Nos volvimos andando al hotel viendo que estaba muy nublado el cielo, había bastantes indicios de tormenta. Yo iba recordando el día de Finlandia que Tuomas nos llevó a su casa del lago con sauna, algo parecido fue el rollo en Lyngby, un día inolvidable. Nos quedaban apenas 36 horas para terminar nuestro viaje, pero todavía nos faltaba nuestro día de compras, que será en la siguiente entrada.



Brunch en el Café Quote.



Frederiksborg Slot. Hillerod, donde nunca llegamos.



Lyngby. El pueblo fantasma.



El riachuelo en Lyngby que nos dio la pista.



Lyngby. Lagos.



Rockabillies en el lago.



Lyngby. Embarcadero.



Lyngby. Bar del lago donde se celebró el concierto de rockabillies.



Olga con los cisnes del lago de Lyngby.



Atardecer en el parque de Lyngby.



Con los patos en el parque.



Restaurante Letz Sushi.



Fachada Loppen.



Escaleras del Loppen.



En Kultorvet dando vueltas con la bici.

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