Para seguir disfrutando del periplo
italiano, antes de la casi obligada visita a Venecia (lo mejor para
los enamorados, jajjaja) nos aventuramos a hacer un alto en el camino
para visitar Bolonia. El por qué no esta muy claro, pero el
resultado no pudo ser mejor. Bolonia es una ciudad solemne y repleta
de historia, que ha crecido rodeada por un ambiente cultural
favorecido por su famosa universidad. Y eso se nota. Se nota en el
ambiente, en sus calles, en su gastronomía, en sus precios... Aquí
puedes disfrutar de lo mejor del país transalpino sin quemarte el
bolsillo. El primer ejemplo fue el alojamiento, un apartamento en el
corazón de la ciudad por menos de 60 euros. En este caso reservamos
vía booking.com y el experimento salió un poco raro. Nunca me había
pasado esto con booking, pero resultó que lo que se anunciaba como
un hotel, no era otra cosas que una agencia que tenia apartamentos
por la ciudad. Nos resultó muy complicado comunicarnos por teléfono
con la responsable de la agencia, que tenía que venir al lugar a
traernos las llaves. Era una chica del este que apenas hablaba
italiano (y nada de inglés) y claro nuestro italiñol le resultaba
de lo más complejo. En fin tras una espera de 40 minutos, nos dio
las llaves y nunca más se supo de ella. Dejamos todo en orden al
irnos y tan contentos. El día que pasamos allí fue fantástico.
Lo
primero que visitamos fueron las famosisimas torres de Bolonia.
Impresionantes monumentos que reflejan el poderío de la ciudad en
época medieval. Parece ser que los nobles demostraban su categoría
social haciendo la torre más alta; pocas quedan hoy en día, pero
las de esta ciudad son impresionantes. Continuando con nuestro paseo,
visitamos el casco antiguo por la calle Str. Maggiore hasta llegar a
la precios Basílica de San Estefano que decidimos visitar por
dentro. Una especie de humilde monasterio que merece la pena ver en
detalle. Tras este alto en el camino, fue el momento de disfrutar de
una de las mejores comidas del viaje en la Osteria dell'Orsa. Un
encantador lugar para estudiantes y viajeros, en el que se puede
comer hasta decir basta por un precio adecuado. El tiramisú
espectacular. Los camareros eran muy hippies y alternativos, porque
como menciono en el título, esta es de las pocas ciudades italianas
en la que la mentalidad es abiertamente de izquierdas, cosa que le da
mucho encanto. El tufillo a facha musoliriano de muchos lugares de
Italia te hace sentirte un poco incomodo a veces. En fin sin tiempo
para más seguimos paseando, disfrutando del entorno, más fresco
conforme nos acercamos al norte. A las 18:30 nos detuvimos a tomar
el famoso aperitivo que aquí si es digno de probar. Los bares ponen
una especie de buffet libre de tapas para tomar con la cerveza o el
Aperol con vermut, vodka, etc. No se debe perder la oportunidad de
probar en los bares de la plaza mayor. Con una visita más a la
catedral (bastante bonita por cierto) dimos por terminada esta bella
experiencia antes de 'sumergirnos' en la otra joya de nuestra luna de
miel: Venecia.
Vistas de la Plaza Mayor. Alli se celebraba una muestra de cine independiente.
El Palacio de Banchi
Dentro del Palacio
Los soportales del area de las 2 torres
Al igual que en otras ciudades italianas, los nobles mostraban su nivel social construyendo la torre mas alta. De los monumentos mas espectaculares de Italia
Disfutando bajo las torres
Un satanico en la via del infierno
Primer plano del espacio habilitado para el cine. Un detallazo
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