Como comenté en la anterior entrada,
decidimos emplear un día explorando parte de la Toscana. El viaje
incluía una visita a una bodega para probar quesos y vino del lugar
(Chianti). Este es sin duda uno de mis vinos italianos preferidos,
sobretodo la versión tinta. Pues bien el primer destino no podía
ser otro que la famosa ciudad de Pisa. En el poco tiempo que dejaban
para pasear y ver el lugar (creo que poco más de una hora), pudimos
hacernos la obligada foto con la torre inclinada y a subir a ella
(bonitas vistas, la experiencia y poco más). El elegante complejo
encerrado en la plaza del Duomo fue lo único que tuvimos tiempo de
ver (de entrar a la catedral ni hablamos). Así que en plan turista
dominguero, tras unas fotos nos encaminamos a la ciudad medieval de
San Gimignano.
Este lugar recomendado por amigos y, desde mi parecer,
incluido como relleno en los tours de la Toscana, no tiene nada de
especial. Sobretodo, para gente como yo que ha visitado ciudades
medievales de categoría, como puede ser Toledo. San Gimignano es un
pueblecito turístico, repleto de tiendas con productos típicos, con
una plaza resultona con un par de torres y heladerías que hicieron
las delicias de Rebeca. Esperaba mucho más de este lugar que resultó
un reclamo turístico sin mucho contenido. Yo visité el mueso y lo
más llamativo fue la inclusión de Google Glass en la visita
interactiva. A toda prisa fuimos a la bodega, y disfrutamos tanto con
el menú como con la bebida.
Sin tiempo para más nos movimos a
Siena, una de las joyas de la Toscana. Si bien esta ciudad había
tenido tiempos más gloriosos (fue donde se fundó la banca moderna)
aún conservaba el encanto y atraía mucho turismo sobre todo durante
sus fiestas en las que se celebra el popular Palio. Nosotros llegamos
el día después del evento (cosa que en cierto modo agradecimos,
pues el volumen de visitantes en esos momentos es brutal). El Palio
es una carrera de caballos de origen medieval, que se celebra en la
plaza del Campo. Jinetes de los barrios de Siena, tras previa
selección aleatoria, dan vueltas a la plaza resultando ganador el
caballo (con o sin jinete) que llega en primer lugar. Este es el
evento central de las fiestas y los locales (y visitantes) se dan
cita en el centro de la plaza para beber sin control, cantar y animar
a los participantes. Se conserva todo el encanto ancestral y las
carreras son de los más 'pintorescas' pues las reglas brillan por su
ausencia. Una oriunda de Siena nos comentó que es normal que los
jinetes se agredan entre ellos con las fustas e incluso que sean
literalmente arrancados de la silla por sus oponentes. Un espectáculo
digno de ser visto, pero quizás en otra ocasión más tranquila. Con
esto cerramos el periplo por la Toscana. Cogimos el tren y nos
desplazamos a una de las grandes sorpresas del viaje: Bolonia.
Vistas de la Plaza del Duomo en Pisa, con la torre y la catedral
Siempre me pregunte lo que habia dentro de la torre. Ahi lo teneis: nada!
Informacion de como se mantiene la torre.
Vistas desde arriba de la torre de Pisa
El campanario de la torre.
Detalle de una de las campanas.
Se me ocurrio inclinarlo todo, jajajaj
Y enderezar la torre...
La plaza de San Gimignano
El macro botellon que se forma en la plaza mayor durante el Palio
La catedral de Siena que intento competir con la de Florencia
Estatua al fundador del Banco Monte dei Paschi, el decano de los bancos
Las calles de Siena
El dia despues del Palio
Estatua al fundador del Banco Monte dei Paschi, el decano de los bancos
Las calles de Siena
El dia despues del Palio
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
No hay comentarios:
Publicar un comentario