viernes, 6 de enero de 2017

Warszawa. Dzięki Polska (Día 6).

El domingo 27 de Julio fue sin duda el día más caluroso que pasamos por Varsovia, era tal el calor que al salir del hotel no teníamos ni ganas de andar, por la calle no había nadie, o estaban en misa que allí eso es sagrado o resguardados en sus casas. En los jardines de nuestro hotel Sheraton había encendida una barbacoa. Pasamos de nuevo al hotel y vimos que había brunch, ya en nuestros viajes casi que era una tradición los domingos tomar un brunch en la ciudad donde estuviésemos, así que por que no íbamos a hacer uno en nuestro hotel, somos unas personas modernas. Además vimos que había sushi, la noche anterior andamos mucho para intentar probarlo y resulta que ahora lo teníamos a escasas 5 plantas de nuestra habitación. Como siempre digo, la vida siempre te brinda una segunda oportunidad y comería sushi. Esta teoría fue corroborada cuando me perdí escuchar a Neil Young en Madrid y un mes después lo pude escuchar en Berlín.

Fue un acierto por que no era muy caro para ser un hotel de lujo y eso no era un brunch, era todo un homenaje a hincharse a comer, como ya he comentado, había barbacoa y sushi, pero también un extenso buffet y brindamos con champán, sin duda es el brunch más completo en el que he estado, también el más caro, pero como comentábamos Olga y yo, esto lo hacemos en Madrid el Ritz o el Palace y nos sale muchísimo más caro. Después un poquito de sauna y siesta que para eso era domingo y por la calle no se podía estar.

Para la noche hablamos con Cristina y Lukasz, aun estaban un poco resacosos de la boda del día anterior, pero les apetecía quedar para cenar e iríamos a la plaza vieja Rynek Starego Miasta, al sitio donde comimos el primer día con Cristina. Ellos vinieron en coche a buscarnos a la palmera de Nowy Swiat y después los cuatro juntos nos acercó Lukasz en coche hasta el casco antiguo. Nos echamos unas risas con el pato que se pidió Cristina, ella lo quería con ketchup, Olga y yo después del brunch no teníamos mucha hambre y nos pedimos pasta y ensalada. Dimos un pequeño paseo para buscar de nuevo el coche, era domingo y nuestra pareja anfitriona tenía trabajo al día siguiente, me acuerdo de ir comentando con Lukasz sobre la reconstrucción de la ciudad y como las anteriores generaciones después de la guerra trabajaron y sacrificaron mucho por reconstruir el país, en Polonia hay un fuerte vínculo nacionalista y es lógico, los alemanes los había puteado de lo lindo y les habían destrozado el país, el comunismo se encargó del resto.

De nuevo nos despedimos de ellos en la palmera de Nowy Swiat, al día siguiente quedaríamos con ellos por última vez para la despedida del viaje. Nosotros nos fuimos un rato para la calle Foksal, el Pawilony no estaba muy animado pero en Foksal sí que había gente y animación. Era muy curioso por que en esta zona de Varsovia podías salir cualquier día de la semana, siempre había gente y no cerraban temprano precisamente. Nos sentamos en una de las terrazas que al menos ya corría un poco de brisa y se estaba muy a gusto. Esta noche sí que me comporté como un perfecto guiri, donde nos sentamos había cócteles y no pude aguantarme a pedir un agua de Valencia, probaría en Varsovia este coctel español, ya que estaba animado pues también cayó un cuba libre, a Olga después del vodka del sábado no le apetecía mucho alcohol y se pidió una limonada que estaba muy rica.

Fue un día de total relax donde lo pasamos muy bien, al contrario del sábado por la noche que nos reventamos a andar, a veces no hacer casi nada es la solución para uno relajarse completamente, dejarse de mapas y de inventar planes, que mejor para un domingo que un brunch en un hotel de lujo y una cena con unos amigos. La luna estaba encima del Sheraton, nos quedaba un día mas de estancia completa por la capital polaca, aprovecharíamos para hacer compras, ver el Palacio de Wilanow y cenar con nuestros amigos una vez más. Pero eso ya será en la penúltima entrada de este bonito viaje.

Brunch en el Sheraton.



Brunch en el Sheraton.



Brunch en el Sheraton. Mostrando mi pin de la sirenita de Varsovia.



Bolesława Prusa. Al lado del hotel.



Rynek Starego Miasta. Plaza Vieja.



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