viernes, 21 de agosto de 2009

Saint Tropez Twist (Día 6)

El lunes 6 de Agosto era nuestro primer día completo en Marsella y nos lo tomamos relajadamente, como apenas conocíamos cosas de la ciudad nos fuimos de compras y nos levantamos bastante tarde en nuestro apartamento Citadines Prado-Castellane. De nuevo cogimos el metro y nos dirigimos a la zona del Vieux Port para darnos una vuelta por el centro a ver que encontrábamos por allí.

Recuerdo que mi primera imagen ese día fue antes de llegar a la galeria LaFayette es que iban dos árabes con un perro blanco y dicho perro lo llevaban con gafas de sol, era como otro detalle más de como una ciudad "aparentemente" se rige por la anarquía. Luego en un kiosko por la nuestra bien conocida calle de Le Canebiere compré un mechero del Olympique de Marsella donde en esos momentos el jugador estandarte del equipo era Samir Nasri, posteriormente traspasado al Arsenal inglés bajo la denominación del nuevo Zidane, que a todos se les queda grande esa etiqueta.

En LaFayette compramos algunos licores para regalar en nuestra vuelta a España, un licor de Cassis y alguna cosilla más, no deja de ser un sitio común como cualquier gran almacén, tampoco es que compráramos mucho ya que durante todo el día cargaríamos con las botellas, me acuerdo que al salir vimos la fachada del Museo de Historia de Marsella que por delante como todos los monumentos marselleses es impactante y bonita pero en cuanto te das una vuelta está todo sucio y descuidado. Salimos de nuevo a Le Canebiere y fuimos al margen izquierdo de la calle antes de llegar al Boulevard Garibaldi por la calles Capucins y Papere donde se ubican varias tiendas árabes de especies, carnicerias y fruterias. Olía bastante bien el sitio aunque estaba un poco descuidado y Fosi y yo éramos los únicos blancos por allí dando vueltas, estaba entretenido el barrio y también tenían alguna tetería. Llegamos hasta la Ópera y de allí que nos sabíamos orientar ya bastante bien por la ciudad (no como la noche anterior jejejeje) llegamos a la Place Thiers donde hicimos un alto para comer en una de sus terrazas en una especie de marisquería donde también tenían muchas carnes y ensaladas.

Para por la tarde pues daríamos una vuelta por las calles principales y comerciales de la ciudad que se ubican en el Boulevard Garibaldi y en Cours Lieutaud, muy cerca de la parada de metro Notre Dame du Mont. Seria el equivalente a la zona de la Gran Vía y la Puerta del Sol donde están las principales marcas como Mango, otras Galerías LaFayette, Zara, Armani, etc... Esta parte de la ciudad era la más parecida a tantas otras ciudades de Europa como la calle Kalverstraat de Amsterdam. El horario era hasta las 18:30 así que tampoco es que te de mucho tiempo a comprar, aunque para nosotros resultó de sobra y con nuestro mapa de la ciudad que habíamos conseguido en el hotel pues seguíamos investigando calles para saber movernos por la ciudad que luego el metro a las 21:00 nos lo cerraban. Resulta que pasando Cours Lieutaud estábamos cerca de Castellane y había calles muy animadas con más tiendas y sitios para tomar algo, en una de las tiendas Fosi se compró su camiseta de los Rolling Stones ya que su búsqueda por Garibaldi resultó infructuosa. Tomamos algo porque estábamos muy cansados y vimos el gran edificio de la Prefectura y la Place Roma donde hay varios de los mejores hoteles de la ciudad, el edificio de la Prefectura y la plaza donde había unas fuentes estaba bien pero como siempre por delante, en cuanto dabas la vuelta estaba la pared como un tizón negro. De camino al hotel para poder salir por la noche fuimos antes al supermercado para tener algo en casa por lo menos para echarnos unos copazos.

Nos dio tiempo a prepararnos y salir antes de que cerraran el metro y como no otra vez nos encaminamos al Vieux Port, esta vez queríamos darnos un homenaje gastronómico de esos de 2 horas y por la Place Thiers había muchas posibilidades de tener éxito en nuestro cometido. Vimos un restaurante corso que tenía muy buena pinta pero a Fosi le jugó una mala pasada su geografía ya que decía que no le apetecía cenar en un italiano, menos mal que la isla de Córcega está en la tierra de Libertad, Igualdad y Fraternidad y entonces ya sí que nos pudimos sentar en aquella terraza del restaurante corso. Se equivocó con Cerdeña.

El sitio no decepcionó en absoluto porque allí es donde yo pude probar mi primer filet mignon y Fosi degustó una cerveza de castaña. El filet mignon no es una receta en si, se denomina a un corte de la carne que suele ser el corte final de unos filetes de buey o ternera y que en español se puede traducir como un pequeño medallón, suele estar estofado y a mi el plato se me hizo infinito pero de un gusto muy bueno y eso que a mi no me apasiona la carne estofada. Además la camarera del sitio fue la chica más amable de Marsella, muy atenta y la única que sabía algo de español en toda la ciudad.

Después de la copiosa comida corsa de nuevo fuimos a tiro seguro y al lado estaba la taberna irlandesa de la noche anterior y cayeron otra vez unos jack daniels pero claro al rato el sitio nos aburrió y no sabíamos que hacer. Fosi proponía seguir a algunos árabes a ver donde iban pero me pareció una idea bastante desafortunada porque se supone que los árabes no beben alcohol y además a ver si alguien se iba a mosquear porque lo íbamos siguiendo. En absoluto me gustó plan y mejor nos fuimos a la otra parte del Vieux Port donde se encuentra el Ayuntamiento de Marsella, había varios bares pero la mayoría los estaban cerrando y los pocos que quedaban abiertos tenian una pinta de chungos que yo no me fiaba, sobre todo recuerdo uno de ellos donde el bar eran unas luces verdes, con un camarero árabe y un sólo cliente (también árabe) que llevaba tal chuza que tenía la cabeza apoyada en la barra del bar. Yo no me lo explicaba, pero como puede ser que los árabes se emborrachen, eso es como ver un indio comerse una vaca.

Nos fuimos para casa andando esta vez sin perdernos y mucho más tranquilos porque había menos gente, eso sí, las ratas seguían campando a sus anchas claro y una vez que ya llegamos a Castellane pues nos echamos unas risas. En el apartamento nos tomamos unos copazos con lo comprado en el supermercado mientras mirábamos cosas en Internet con la Wifi del hotel y veíamos al Barça en su pretemporada en EEUU donde un joven Giovanni Dos Santos asombraba con la velocidad de su juego. Nos quedaba otro día más por Marsella donde nos pondríamos el disfraz de turistas y vimos el peor bar del mundo, incluso más chungo que el de las luces verdes que he descrito un poco más arriba.



Hacia las galerias LaFayette.



Place Thiars.



Terrazas del Vieux Port.



Por las tiendas árabes.



Vaca entre Ópera y Vieux Port.



Ópera de Marsella.



Palacio de la Prefectura.


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