Desde aquí aprovechamos para saludar a la gente de Photoespaña y Cámara Abierta. En nuestro blog se pueden ver relatos de viajes, fotos, videos y todo lo relacionado con nuestros periplos a lo largo del mundo. Contado desde un punto de vista diferente, curioso, y por qué no decirlo, divertido. Os animamos a que os adentreis en nuestras páginas y participeis con nosotros de esa gran aventura que es viajar. Dejamos un resumen de lo que se pude encontrar en el blog. Gracias a nuestros amigos, Javi, David, Carlitos, Joserra, Carlos y todos los que nos han acompañado en nuestras andanzas.
Islandia. No comments:
Islandia. El fin del mundo.
Islandia. Un paseo por las nubes.
La última partida de Bobby Fischer.
Desierto Islandés.
Lisboa. Dos poetas y un destino.
Kyoto. Deseos y expectativas.
Kyoto. Templo de oro.
Publicidad Nipona.
Tokio. Gobierno Metropolitano.
Tokio. Parque Ueno.
Tokio. Edificio Lego.
Londres City.
NYC. LongBeach.
NYC. Union Square.
NYC. Madison Square Garden.
NYC. CBGB en todo su esplendor.
Black Hole Sun en la playa de Viña del Mar.
El Ventisquero. Chile.
Un brindis desde la Patagonia.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
lunes, 14 de julio de 2008
sábado, 12 de julio de 2008
Lost In Iceland (Día 6 y Regreso)
Por estas fechas de Semana Santa del año pasado es cuando se va a cumplir un año de que fuimos a este viaje y por eso quiero acabar de relatar el viaje justo en el aniversario de cuando se produjo. Ahora sentado enfrente de la pantalla del ordenador casi justo un año después todavía tengo unas gratas sensaciones al recordar cuando estuve allí, añoro Reyjkavik y en mi mente está la duda de cuando podré regresar a este hermoso país, también tengo la duda de que si regresar allí será bueno porque quizás la magia de haberlo descubierto le quitará el encanto y la visión idealista que tengo sobre ese lugar.
Justo el día de Viernes Santo es cuando Alfonso y yo regresábamos a Madrid vía Londres desde Reyjkavik. Ambos nos levantamos a las 4 y media de la mañana para dejar el hotel de Laugavegur y que nos recogiese el autobús de Iceland Excursions y que nos llevase hasta Keflavik para embarcar a las 7:40. Os podéis imaginar el frío que hacía, era una noche cerrada y aunque el sueño quería vencerme me mantuve despierto para despedirme de la ciudad, recuerdo muy nítidamente que en la calle Hverfisgata miré al cielo para contemplar la última luna de Reyjkavik y esa fue mi particular despedida de la ciudad. Nos llevaron a una central de buses a las afueras de la ciudad y ahí nos metían a todos los turistas en autobuses más grandes para hacer el recorrido hasta la ciudad de Keflavik donde se encuentra el aeropuerto. Serían como las 6 de la mañana y la actividad en el aeropuerto era frenética, un montón de turistas volábamos sobre todo a Heathrow para estar en Londres a la hora del almuerzo inglés. Mis dos recuerdos en el aeropuerto fueron que para pasar a los controles los guardias islandeses tenían una pantalla donde por la pinta que teníamos nos encuadraban en un país u otro, en la pantalla táctil había banderas y uno a uno íbamos pasando y los guardias señalaban con la bandera del país que ellos creían que éramos cada cual. A mi me señalaron como inglés y a mi pobre amigo Alfonso le pusieron Otras nacionalidades, no lo encuadraban ni como europeo.
La segunda anécdota fue el cabreo que me pillé porque en el duty free del aeropuerto las bebidas típicas de Islandia costaban el triple menos de lo que costaba en Reyjkavik, así que si alguien va por allí alguna vez que no sea tan tonto de comprar en la ciudad, que compré en el aeropuerto el alcohol. Desayunamos un poquito por allí y no tardamos mucho en embarcar al avión pero la sorpresa fue que tuvimos que esperar más de una hora dentro del avión con la puerta abierta y congelados porque teníamos que esperar el vuelo procedente de los EEUU para que se vinieran con nosotros los yankees a Londres. Hay que joderse, que frio pasé, tuve que dar mogollón de vueltas por el avión y ni con la manta que me dieron me podía quitar el frío.
Una vez que habíamos ya llegado a Londres en Heathrow nos topamos de nuevo con el mundo real, mucha gente transitando, estrés, desperdicios tirados por el suelo y el caos occidental. Íbamos preocupados porque teníamos que conseguir plaza en el avión de Iberia para Madrid ya que no la teníamos asegurada por el tema de la cancelación de los billetes erróneamente por parte de edreams. Un tío muy amable del stand de Iberia nos consiguió dos plazas y nos fuimos muy contentos a comer a uno de los restaurantes del aeropuerto, yo siempre que voy por Inglaterra al menos una vez me como un english breakfast que me encantan y allí me lo comí leyendo el periódico inglés y viendo el fútbol, por supuesto el desayuno con sus beans. Pude fumarme un par de cigarrillos en uno de los espacios para fumadores del aeropuerto y a partir de ahí ya el regreso a Madrid. Fue un auténtico tostón de vuelo, con el Ipod conectado y bastante cansados, solo nos quedaría la última y desagradable sorpresa.
Al llegar a la T4 madrileña de Barajas fuimos a por nuestros equipajes y el mío salió bastante rápido y respiré tranquilo pero el de mi amigo Alfonso nunca se supo de él ese día, lo perdieron, me dio bastante pena por él e incluso estaba super arrepentido de haberlo dejado allí en el aeropuerto haciendo la reclamación y yo haberme ido a coger el tren que me traía a mi pueblo, me arrepiento y me tenía que haber quedado con él, mis disculpas porque me pudieron las ganas de regresar a casa que haberme quedado poniendo con él la reclamación y no haberle dejado solo, creo que él lo entiende perfectamente y al final menos mal que el equipaje apareció y estaban todas sus pertenencias.
Este fue el día de Viernes Santo del año pasado que pone fin a los relatos de este precioso viaje que siempre recordaré. Me quedo con tres cosas de este periplo, la primera es que encontramos un punto de unión David, Alfonso y yo en este viaje porque no hubo ni discusiones ni malos rollos y todos disfrutamos del sitio cada cual en su estilo, hicimos vida cosmopolita en la capital de Islandia y también disfrutamos de la naturaleza. Las otras dos cosas que me quedan del viaje son relativas a Islandia, primero sus gentes, hay que romper el tópico de que los escandinavos son gente fría y que difícilmente muestran sus sentimientos, no hay que confundir la educación con la frialdad porque los islandeses en lo que vivimos allí fueron personas muy simpáticas y amables, además de estar muy orgullosos de ser de allí. Mi homenaje a ellos lo tengo siempre detrás del monitor de mi equipo porque tengo una bandera del país y no soy yo mucho de tener banderas o símbolos. Finalmente destacar el paisaje de Islandia, es precioso y te da una tranquilidad increíble, es todo árido pero a la vez bello, sus geysers, el blue lagoon, los lagos, las presas y sobre todo la belleza de haber observado la aurora boreal. Una experiencia única que recomiendo a todo el mundo. Me despido de este viaje dando las gracias a quienes lo han leído y que en más de ocasión me han hecho saber que les ha encantado y pasado un buen rato leyendo estos relatos.
Fotos de atardeceres islandeses. Terminamos en un tono bucólico.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Justo el día de Viernes Santo es cuando Alfonso y yo regresábamos a Madrid vía Londres desde Reyjkavik. Ambos nos levantamos a las 4 y media de la mañana para dejar el hotel de Laugavegur y que nos recogiese el autobús de Iceland Excursions y que nos llevase hasta Keflavik para embarcar a las 7:40. Os podéis imaginar el frío que hacía, era una noche cerrada y aunque el sueño quería vencerme me mantuve despierto para despedirme de la ciudad, recuerdo muy nítidamente que en la calle Hverfisgata miré al cielo para contemplar la última luna de Reyjkavik y esa fue mi particular despedida de la ciudad. Nos llevaron a una central de buses a las afueras de la ciudad y ahí nos metían a todos los turistas en autobuses más grandes para hacer el recorrido hasta la ciudad de Keflavik donde se encuentra el aeropuerto. Serían como las 6 de la mañana y la actividad en el aeropuerto era frenética, un montón de turistas volábamos sobre todo a Heathrow para estar en Londres a la hora del almuerzo inglés. Mis dos recuerdos en el aeropuerto fueron que para pasar a los controles los guardias islandeses tenían una pantalla donde por la pinta que teníamos nos encuadraban en un país u otro, en la pantalla táctil había banderas y uno a uno íbamos pasando y los guardias señalaban con la bandera del país que ellos creían que éramos cada cual. A mi me señalaron como inglés y a mi pobre amigo Alfonso le pusieron Otras nacionalidades, no lo encuadraban ni como europeo.
La segunda anécdota fue el cabreo que me pillé porque en el duty free del aeropuerto las bebidas típicas de Islandia costaban el triple menos de lo que costaba en Reyjkavik, así que si alguien va por allí alguna vez que no sea tan tonto de comprar en la ciudad, que compré en el aeropuerto el alcohol. Desayunamos un poquito por allí y no tardamos mucho en embarcar al avión pero la sorpresa fue que tuvimos que esperar más de una hora dentro del avión con la puerta abierta y congelados porque teníamos que esperar el vuelo procedente de los EEUU para que se vinieran con nosotros los yankees a Londres. Hay que joderse, que frio pasé, tuve que dar mogollón de vueltas por el avión y ni con la manta que me dieron me podía quitar el frío.
Una vez que habíamos ya llegado a Londres en Heathrow nos topamos de nuevo con el mundo real, mucha gente transitando, estrés, desperdicios tirados por el suelo y el caos occidental. Íbamos preocupados porque teníamos que conseguir plaza en el avión de Iberia para Madrid ya que no la teníamos asegurada por el tema de la cancelación de los billetes erróneamente por parte de edreams. Un tío muy amable del stand de Iberia nos consiguió dos plazas y nos fuimos muy contentos a comer a uno de los restaurantes del aeropuerto, yo siempre que voy por Inglaterra al menos una vez me como un english breakfast que me encantan y allí me lo comí leyendo el periódico inglés y viendo el fútbol, por supuesto el desayuno con sus beans. Pude fumarme un par de cigarrillos en uno de los espacios para fumadores del aeropuerto y a partir de ahí ya el regreso a Madrid. Fue un auténtico tostón de vuelo, con el Ipod conectado y bastante cansados, solo nos quedaría la última y desagradable sorpresa.
Al llegar a la T4 madrileña de Barajas fuimos a por nuestros equipajes y el mío salió bastante rápido y respiré tranquilo pero el de mi amigo Alfonso nunca se supo de él ese día, lo perdieron, me dio bastante pena por él e incluso estaba super arrepentido de haberlo dejado allí en el aeropuerto haciendo la reclamación y yo haberme ido a coger el tren que me traía a mi pueblo, me arrepiento y me tenía que haber quedado con él, mis disculpas porque me pudieron las ganas de regresar a casa que haberme quedado poniendo con él la reclamación y no haberle dejado solo, creo que él lo entiende perfectamente y al final menos mal que el equipaje apareció y estaban todas sus pertenencias.
Este fue el día de Viernes Santo del año pasado que pone fin a los relatos de este precioso viaje que siempre recordaré. Me quedo con tres cosas de este periplo, la primera es que encontramos un punto de unión David, Alfonso y yo en este viaje porque no hubo ni discusiones ni malos rollos y todos disfrutamos del sitio cada cual en su estilo, hicimos vida cosmopolita en la capital de Islandia y también disfrutamos de la naturaleza. Las otras dos cosas que me quedan del viaje son relativas a Islandia, primero sus gentes, hay que romper el tópico de que los escandinavos son gente fría y que difícilmente muestran sus sentimientos, no hay que confundir la educación con la frialdad porque los islandeses en lo que vivimos allí fueron personas muy simpáticas y amables, además de estar muy orgullosos de ser de allí. Mi homenaje a ellos lo tengo siempre detrás del monitor de mi equipo porque tengo una bandera del país y no soy yo mucho de tener banderas o símbolos. Finalmente destacar el paisaje de Islandia, es precioso y te da una tranquilidad increíble, es todo árido pero a la vez bello, sus geysers, el blue lagoon, los lagos, las presas y sobre todo la belleza de haber observado la aurora boreal. Una experiencia única que recomiendo a todo el mundo. Me despido de este viaje dando las gracias a quienes lo han leído y que en más de ocasión me han hecho saber que les ha encantado y pasado un buen rato leyendo estos relatos.
Fotos de atardeceres islandeses. Terminamos en un tono bucólico.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Lost In Iceland (Día 5)
Después del día tan cansado anterior entre las visitas por la isla más la aurora boreal más salir por Reikjavik pues nos levantamos muy, muy tarde. Era nuestro último día completo en Islandia y yo la verdad es que estaba un poco triste al tener que dejar este sitio porque había encontrado mucha paz y tranquilidad allí. Antes de contar lo que hicimos ese día quería hacer un par de homenajes porque vienen que ni pintados. Durante la estancia en Reikjavik tuve un mensaje de Alicia diciendo que su abuela había fallecido, va desde aquí un homenaje para su abuela y un detalle para alguien como Alicia que tan buena siempre ha sido conmigo, una buena amiga. El segundo homenaje viene porque esta semana ha fallecido el ajedrecista americano Bobby Fischer, maestro de los maestros que vivía exiliado en Islandia. Un trago por un aunténtico genio que tenía el coeficiente intelectual de Einstein.
Como nos levantamos tan tarde pues directamente nos fuimos a buscar un sitio de comer, Reikjavik estaba muy tranquilo ya que era un día de fiesta y además fue el día que pasamos allí más frío, a los 5 minutos estabas helado yendo por la calle. Llegamos a un sitio que era un restaurante americano que ponían hamburguesas y estaba enfrente del Museo Nacional de Arte de Reikjavik pero nos dejamos de museos y pasamos a comer, en total como además era tarde había dos mesas ocupadas en todo el restaurante y era el típico sitio decorado como en las películas americanas donde van los chicos del instituto. La broma de la hamburguesa nos salió por 6000 pelas cada uno, es flipante lo caro que es todo allí. Al menos el servicio era muy bueno y salías muy contento de los sitios a los que ibas.
Relajadamente ya que habíamos cumplido casi todas las cosas que queríamos hacer allí nos dedicamos a visitar bares y dar paseos enfrente del oceano Atlántico, una de las cosas más representivas de la capital nos faltaba por ver y para allá fuimos, es la casa donde Ronald Reagan y Mikhail Gorbachov firmaron el final de la Guerra Fría, es curioso que fuera en Islandia porque en plena Guerra Fría en el año 72 se libró en Reikjavik el enfrentamiento en Fischer y Spassky por el campeonato del mundo de ajedrez y fue algo más que un enfrentamiento deportivo. La casita donde firmaron ambos presidentes está al lado del mar y es una casa muy bonita donde hay una placa en ruso y en inglés de lo que significó ese día para el mundo. No había ninguna vigilancia y nos hicimos todas las fotos que quisimos y en la parte trasera de la casa había una antena que también era un homenaje a la primera antena que hubo en el país o no se que movida. Nos pareció raro que el sitio no estuviese vigilado porque cualquier gamberro se puede meter en la casa pero claro, si piensas como son los islandeses que respetan las cosas pues es que no hace falta que se vigile porque no había ningun desperfecto en la casa. Son detalles que te hacen pensar que en el sur de Europa aún nos falta bastante educación, respeto y actitud hacia nuestro entorno.
Una vez vista la casa y helados de frío nos fuimos a nuestra querida calle central de Laugavegur y tomamos unas pintas en el bar de fútbol donde recuerdo que estaban repitiendo el Chelsea - Valencia de Champions, en el bar había banderas de equipos ingleses, los cuatro grandes de allí que son Manchester, Arsenal, Liverpool y Chelsea y luego banderas del R. Madrid y Barcelona. Seguimos bajando por Laugavegur y paramos para tomarnos algo caliente en el Kaffi Paris porque habíamos estado dando una vuelta por Austurvollur square y pelaba el frío al lado del océano que daba gusto, me tomé un té de canela que estaba super bueno. Pasamos antes por el Pravda que es un garito bastante famoso en la ciudad pero que solo abre los fines de semana.
Al terminar en el Kaffi Paris decidimos darnos nuestra última vuelta por Vesturgata bajando por la calle Austurstraeti donde hay un bonito edificio de correos y tiendas de bebidas que tienen un horario muy restringido. Detrás del famoso Kaffi Reikjavik donde estuvimos en el bar de hielo y cenando un día el buffet de pescado, nos encontramos con un bar español en la ciudad, el único que hay y que se llama Tapas, teníamos que probarlo para ver la visión de la gente de Islandia sobre nuestro país y además tuvimos la suerte de que estaba abierto porque a las 7 ya es hora de cenar en Reikjavik. Es muy curioso que te encuentres tan cerca del Ártico y ver una tortilla de patatas, había fotos de Joaquín Cortés y la carta estaba en castellano. Como para nosotros era muy temprano pues nos tomamos una cerveza, en España es una Coronita y allí es Corona, al igual que en México. Tampoco queríamos cenar allí porque si me quiero comer algo español pues para eso me lo tomo en España que más bueno me va a estar seguro.
Decidimos irnos para el hotel a cambiarnos e ir a cenar, este jueves en la Sala Nasa había un concierto que me hubiese gustado mucho ir pero viendo el panorama de que era tarde y que estos no les hacía ilusión pues no quise forzar y que hubiese discusiones. La Sala Nasa está Austurvollur square que es una de las plazas más bonitas de la ciudad y este día tocaban la artista de Boston, Kristin Hersch, y el grupo Blonde Redhead formado por una cantante de Kyoto y músicos americanos. Era un concierto pop y tenía muchas ganas de haber estado con los islandeses compartiendo un concierto pero pasa lo de siempre, como se sacan las entradas, mi inglés es pauperrimo, los otros con caras largas diciendo que que mariconada era eso. No me apetecía aguantar viejas historias que tuve en Japón. Recuerdo que también este día me llamó mi amigo Joserra desde Alcazar para quedar conmigo, le dije que estaba un poco complicada la cosa porque estaba en Reikjavik, que si se venía para allá quedábamos je,je,je...
Tras cambiarnos muy tranquilamente en el hotel nos fuimos a cenar, era un poco tarde y esperábamos que algo hubiese abierto y tuvimos suerte porque pensábamos ir a un argentino que hay en Laugavegur y estaban ya cerrando y nos admitieron. Nos comimos unos buenos bifés y nos pusimos de carne a base de bien, ya apenas quedaban 4 ó 5 personas en todo el restaurante. El camarero nos preguntó por la movida famosa de los dos apellidos en los españoles y brindamos todos por haber compartido un viaje tan bonito, al día siguiente Alfonso y yo ya nos íbamos para Madrid y David se quedaba un día para irse luego a Londres. Al salir del restaurante, que no recuerdo cuanto fue la bromica pero fijo que fue otra clavada, nos fuimos para la sala Nasa a lo del concierto que he explicado en el anterior párrafo, me hace gracia a veces las excusas de mis amigos cuando algo no les interesa como lo justifican. Llegamos sobre las 12 a la puerta de Nasa y como era de preveer la gente estaba saliendo del concierto. Era increíble la marabunta de personas que salieron de allí porque la entrada es una puerta como la de una casa y de allí no paraban de salir personas y personas. Estuve triste un momento porque no fuí al concierto y porque eran mis últimas horas en Reikjavik.
Nos fuimos a tomar la última copa por Laugavegur, cerca del Dylan había otro sitio muy chulo donde subes una escalera y hay muchas mesas donde la gente charlaba animadamente mientras oías música anglosajona en la mayoría de las ocasiones, allí me sentí muy a gusto y bebimos nuestra última copa en Islandia. Es curioso que me sienta más a gusto rodeado de gente extranjera como me pasaba en Reikjavik que cuando salgo en España, incluso me veo más cosas en común con esas personas a pesar de la barrera idiomática que con mucha gente de mi territorio, eso me hizo mucho pensar en este viaje. Mi conclusión ha sido que es cierto que tengo más cosas en común con esas personas y que doy gracias que en mi territorio tenga personas afines a mí que me comprenden y que así puedo estar aquí, lo que es la regla general pues no es nada afín pero en el futuro conforme avancemos ese aspecto mejorará. Y por supuesto en España hay personas que son importantes para uno y que no se van a tratar como un grupo sino como personas que son muy ricas en sus matices.
Nos dimos una pequeña vuelta para buscar más sitios abiertos pero como al día siguiente no era fiesta pues estaba ya todo cerrado y con el frío que hacía no aguantamos mucho, recuerdo que pasamos por el cafe Cultura que está en Hverfisgata y estaba cerrado, luego después he leido que ese sitio es mítico para los artistas islandeses y que allí hacen muchos conciertos. Creo que sólo quedaba abierto el Sirkus pero entre que no les gustaba mucho la idea y yo pensaba que a las 4 y media tenía que estar despierto de nuevo optamos por irnos a dormir un poco. Creía que ya no iba a ver la luna más en Islandia y por eso estuve triste un segundo pero todavía no hemos llegado al final.
Costa Islandesa.
Casa donde se firmó el final de la Guerra Fría.
Casa de Reagan y Gorbachov.
No estaban en casa jajajajajaja.
Tratado Teleco.
Despidiéndome de la isla.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Como nos levantamos tan tarde pues directamente nos fuimos a buscar un sitio de comer, Reikjavik estaba muy tranquilo ya que era un día de fiesta y además fue el día que pasamos allí más frío, a los 5 minutos estabas helado yendo por la calle. Llegamos a un sitio que era un restaurante americano que ponían hamburguesas y estaba enfrente del Museo Nacional de Arte de Reikjavik pero nos dejamos de museos y pasamos a comer, en total como además era tarde había dos mesas ocupadas en todo el restaurante y era el típico sitio decorado como en las películas americanas donde van los chicos del instituto. La broma de la hamburguesa nos salió por 6000 pelas cada uno, es flipante lo caro que es todo allí. Al menos el servicio era muy bueno y salías muy contento de los sitios a los que ibas.
Relajadamente ya que habíamos cumplido casi todas las cosas que queríamos hacer allí nos dedicamos a visitar bares y dar paseos enfrente del oceano Atlántico, una de las cosas más representivas de la capital nos faltaba por ver y para allá fuimos, es la casa donde Ronald Reagan y Mikhail Gorbachov firmaron el final de la Guerra Fría, es curioso que fuera en Islandia porque en plena Guerra Fría en el año 72 se libró en Reikjavik el enfrentamiento en Fischer y Spassky por el campeonato del mundo de ajedrez y fue algo más que un enfrentamiento deportivo. La casita donde firmaron ambos presidentes está al lado del mar y es una casa muy bonita donde hay una placa en ruso y en inglés de lo que significó ese día para el mundo. No había ninguna vigilancia y nos hicimos todas las fotos que quisimos y en la parte trasera de la casa había una antena que también era un homenaje a la primera antena que hubo en el país o no se que movida. Nos pareció raro que el sitio no estuviese vigilado porque cualquier gamberro se puede meter en la casa pero claro, si piensas como son los islandeses que respetan las cosas pues es que no hace falta que se vigile porque no había ningun desperfecto en la casa. Son detalles que te hacen pensar que en el sur de Europa aún nos falta bastante educación, respeto y actitud hacia nuestro entorno.
Una vez vista la casa y helados de frío nos fuimos a nuestra querida calle central de Laugavegur y tomamos unas pintas en el bar de fútbol donde recuerdo que estaban repitiendo el Chelsea - Valencia de Champions, en el bar había banderas de equipos ingleses, los cuatro grandes de allí que son Manchester, Arsenal, Liverpool y Chelsea y luego banderas del R. Madrid y Barcelona. Seguimos bajando por Laugavegur y paramos para tomarnos algo caliente en el Kaffi Paris porque habíamos estado dando una vuelta por Austurvollur square y pelaba el frío al lado del océano que daba gusto, me tomé un té de canela que estaba super bueno. Pasamos antes por el Pravda que es un garito bastante famoso en la ciudad pero que solo abre los fines de semana.
Al terminar en el Kaffi Paris decidimos darnos nuestra última vuelta por Vesturgata bajando por la calle Austurstraeti donde hay un bonito edificio de correos y tiendas de bebidas que tienen un horario muy restringido. Detrás del famoso Kaffi Reikjavik donde estuvimos en el bar de hielo y cenando un día el buffet de pescado, nos encontramos con un bar español en la ciudad, el único que hay y que se llama Tapas, teníamos que probarlo para ver la visión de la gente de Islandia sobre nuestro país y además tuvimos la suerte de que estaba abierto porque a las 7 ya es hora de cenar en Reikjavik. Es muy curioso que te encuentres tan cerca del Ártico y ver una tortilla de patatas, había fotos de Joaquín Cortés y la carta estaba en castellano. Como para nosotros era muy temprano pues nos tomamos una cerveza, en España es una Coronita y allí es Corona, al igual que en México. Tampoco queríamos cenar allí porque si me quiero comer algo español pues para eso me lo tomo en España que más bueno me va a estar seguro.
Decidimos irnos para el hotel a cambiarnos e ir a cenar, este jueves en la Sala Nasa había un concierto que me hubiese gustado mucho ir pero viendo el panorama de que era tarde y que estos no les hacía ilusión pues no quise forzar y que hubiese discusiones. La Sala Nasa está Austurvollur square que es una de las plazas más bonitas de la ciudad y este día tocaban la artista de Boston, Kristin Hersch, y el grupo Blonde Redhead formado por una cantante de Kyoto y músicos americanos. Era un concierto pop y tenía muchas ganas de haber estado con los islandeses compartiendo un concierto pero pasa lo de siempre, como se sacan las entradas, mi inglés es pauperrimo, los otros con caras largas diciendo que que mariconada era eso. No me apetecía aguantar viejas historias que tuve en Japón. Recuerdo que también este día me llamó mi amigo Joserra desde Alcazar para quedar conmigo, le dije que estaba un poco complicada la cosa porque estaba en Reikjavik, que si se venía para allá quedábamos je,je,je...
Tras cambiarnos muy tranquilamente en el hotel nos fuimos a cenar, era un poco tarde y esperábamos que algo hubiese abierto y tuvimos suerte porque pensábamos ir a un argentino que hay en Laugavegur y estaban ya cerrando y nos admitieron. Nos comimos unos buenos bifés y nos pusimos de carne a base de bien, ya apenas quedaban 4 ó 5 personas en todo el restaurante. El camarero nos preguntó por la movida famosa de los dos apellidos en los españoles y brindamos todos por haber compartido un viaje tan bonito, al día siguiente Alfonso y yo ya nos íbamos para Madrid y David se quedaba un día para irse luego a Londres. Al salir del restaurante, que no recuerdo cuanto fue la bromica pero fijo que fue otra clavada, nos fuimos para la sala Nasa a lo del concierto que he explicado en el anterior párrafo, me hace gracia a veces las excusas de mis amigos cuando algo no les interesa como lo justifican. Llegamos sobre las 12 a la puerta de Nasa y como era de preveer la gente estaba saliendo del concierto. Era increíble la marabunta de personas que salieron de allí porque la entrada es una puerta como la de una casa y de allí no paraban de salir personas y personas. Estuve triste un momento porque no fuí al concierto y porque eran mis últimas horas en Reikjavik.
Nos fuimos a tomar la última copa por Laugavegur, cerca del Dylan había otro sitio muy chulo donde subes una escalera y hay muchas mesas donde la gente charlaba animadamente mientras oías música anglosajona en la mayoría de las ocasiones, allí me sentí muy a gusto y bebimos nuestra última copa en Islandia. Es curioso que me sienta más a gusto rodeado de gente extranjera como me pasaba en Reikjavik que cuando salgo en España, incluso me veo más cosas en común con esas personas a pesar de la barrera idiomática que con mucha gente de mi territorio, eso me hizo mucho pensar en este viaje. Mi conclusión ha sido que es cierto que tengo más cosas en común con esas personas y que doy gracias que en mi territorio tenga personas afines a mí que me comprenden y que así puedo estar aquí, lo que es la regla general pues no es nada afín pero en el futuro conforme avancemos ese aspecto mejorará. Y por supuesto en España hay personas que son importantes para uno y que no se van a tratar como un grupo sino como personas que son muy ricas en sus matices.
Nos dimos una pequeña vuelta para buscar más sitios abiertos pero como al día siguiente no era fiesta pues estaba ya todo cerrado y con el frío que hacía no aguantamos mucho, recuerdo que pasamos por el cafe Cultura que está en Hverfisgata y estaba cerrado, luego después he leido que ese sitio es mítico para los artistas islandeses y que allí hacen muchos conciertos. Creo que sólo quedaba abierto el Sirkus pero entre que no les gustaba mucho la idea y yo pensaba que a las 4 y media tenía que estar despierto de nuevo optamos por irnos a dormir un poco. Creía que ya no iba a ver la luna más en Islandia y por eso estuve triste un segundo pero todavía no hemos llegado al final.
Costa Islandesa.
Casa donde se firmó el final de la Guerra Fría.
Casa de Reagan y Gorbachov.
No estaban en casa jajajajajaja.
Tratado Teleco.
Despidiéndome de la isla.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Lost In Iceland (Día 4)
El miércoles fue sin duda el día más inolvidable que pasamos en la isla, nuestro día comenzó a las 7:30 de la mañana porque para este día teníamos contratada la excursión al Golden Circle, que es un circuito por toda la isla donde te enseñan todos los accidentes geográficos de este lugar volcánico. Los que nos conozcais sabeis que a nosotros como que madrugar no nos hace mucha gracia pero realmente merecia la pena el esfuerzo y a ello nos pusimos. Vino el autobús a recogernos al hotel y nos llevaron a la central de Iceland Excursions, preguntamos que si ese día se podría realizar la excursión por la noche a la aurora boreal y nos dijeron que si no pasaba nada raro que se haría. De paso como David se quedaba en Reikjavik un día más que Alfonso y que yo se pilló una sesión de masajes para el día que estuviese solo.
Partimos con el bús de la excursión y nuestra primera parada fue en la central geotermal de Nesjavellir que era un sitio de parada pues para tomarnos el primer café y así desperezarnos un poco, no había nada en especial que ver allí. Continuamos hacía Þingvellir que ese era el primer sitio impresionante que visitamos, es una gran pared donde está la división de las placas tectónicas de Europa y América, allí es donde se hace la típica broma de dar un saltito tipo Homer Simpson y dices, Europa, saltito, América. El desfiladero era impresionante, parecia que te habías metido en una película de Indiana Jones y allí fue la sede del primer parlamento democrático de Europa (el Alþingi) que se fundó en el 930. Los islandeses son muy nacionalistas y orgullosos de su tierra y el guía (que por cierto era el buen hombre simpático que nos llevó el domingo al Blue Lagoon) lo explicaba con mucho orgullo y alegría. Este sitio es donde alberga ahora la casa de verano del presidente del país, como decía el guía una especie de Camp David pero islandés. Estaba rodeado de Lagos super bonitos donde el agua era totalmente cristalina, veías el fondo del lago con toda nitidez. Eso sí, el frío que hacía allí a las 10 de la mañana era jorobado.
El autobús dio la vuelta para recogernos por la parte de atrás y así ir al siguiente destino que no iba a dejar de ser menos espectacular que el anterior, nos fuimos al resalto de agua de Gullfoss. En otro post subo unas fotos para que veais lo impresionante de este sitio, por un camino escarpado vas llegando a la cima del resalto y en mi vida he visto una pendiente de agua igual, había que ir con cuidado porque un mal paso y no lo cuentas, el agua te chapoteaba y eso te hacía pasar más frío pero no importaba porque lo que estaban viendo tus ojos es algo que pocas veces en la vida de una persona se puede observar. El guía nos indicó que en la colina arriba del todo había un restaurante y que tomáramos la sopa de allí, que además nos hacían descuento por ser de Iceland Excursions. Yo me quedé impresionado con el restaurante, era una casita de madera que decía yo, pero esto es el restaurante del fin del mundo, a partir de aquí ya no se puede llegar más lejos. Esto está perdido del mundo, te sentías como un personaje friki de una aventura gráfica. Tomamos la sopa y algo más porque ya era muy hora para comer y nos faltaban muchas cosas mas por ver.
La siguiente parada que esto parecía ya una etapa contrarreloj fue en uno de los sitios por los que se distingue Islandia de los demás países, fuimos a los geysers, aquí ya la cosa pasó a tomar un cariz más lúdico, eso sí, sin hacer el tonto que bien puestos están los carteles de no tocar que la temperatura del agua está en torno a la 100ºC, de hecho estaban ahí las fumarolas en plena actividad volcánica. Los geysers desde luego es una diversión para la infancia, te pones al lado del geyser mayor y esperas unos minutos, eso ves que va a reventar y tu ahí tan tonto esperándote, en cuanto crees que va a saltar sales corriendo como alma que te lleva el diablo. Como siempre y en toda excursión que se precie están los listos que en vez de ponerse por la cara delantera del geyser que sabías que nada te iba a pasar se ponían detrás y eso era apuesta segura de que el agua del geyser te iba a salpicar con el correspondiente quemazón por lo caliente que está. En fin, así son los crios.
Ya era por la tarde y pasamos a cosas mas relajaditas que llevabamos 4 horas dando vueltas, fuimos a una iglesia que era muy importante en la historia del país (muy antigua además), la historia que nos contó ni me enteré pero detrás de la iglesia había un bonito cementerio donde nos hicimos unas fotos, se llamaba Skálholt. Pasamos por el cráter volcánico más importante del país que se llama Kerið y por allí bajamos bastante lo que nos hizo que todo el autobús nos tuvieran que esperar porque nos gusta a nosotros mucho dar vueltas. Pero no se lo tomaron a mal, fueron 5 minutos, somos rápidos. Para terminar la excursión nuestro amable guía nos enseñó algo de la agricultura del país y un pueblecito donde las casa tenían sus pequeñas fumarolas y de donde sacaban el agua caliente directamente, sobre las 5 de la tarde ya estábamos de vuelta en nuestro hotel de Reikjavik.
Teníamos un par de horas para arreglarnos si nos pasaban a buscar para ver la aurora boreal, fuimos a la recepción del hotel y llamaron a Iceland Excursions para ver si la excursión de las nothern lights se realizaba y confirmaron que sí que se hacía. Con un alegrón impresionante a pesar del cansancio del día fuimos a comprar al 24 horas algunos bocadillos para llevarnos a la excursión y de paso compré tabaco y el único souvenir que me trajé de allí, una banderita del país que aquí la tengo enfrente de mi ordenador de mi casa y la veo siempre. El martes también compré souvenirs alcohólicos propios del país, El Topas que se llama en español la muerte negra, que es un líquido negro que te emborracha que no veas y que se bebe bastante allí y el Brennivin que es un líquido anisado blanco que también te pone a tono rapidito.
A las 7:30 vinieron a por nosotros el bús para ir a ver la ansiada aurora boreal. Como mucha gente se apunta a esa excursión antes pasamos de nuevo por la central de Iceland Excursions y en un gran autobús nos metieron a todos los que íbamos a la excursión, había latinoamericanos y sobre todo muchos ingleses. Esta vez nos tocó un guía escocés que el hombre era un espectáculo, te contaba de historias y un cachondeo, decíamos nosotros, este es un tío que han echado de Escocia por borracho que ya es duro que te echen de allí por eso y ha acabado desterrado en Islandia a enseñar la aurora boreal. Pero mira, mejor así porque fuimos todos en un tono distendido y se hace la excursión más amena. Para ver las northern lights es obvio que con el autobús teníamos que ir a la parte norte de Islandia y para ello hay que pasar por el impresionante túnel subterráneo que te lleva a la segunda ciudad de Islandia después de Reikjavik, es Akranes, ese túnel es el orgullo de la ingeniería islandesa y otra vez lo dijeron muy alegres y eso que el tío era escocés pero de llevar tantos años allí se sentía islandés.
A medio camino entre Akranes y nuestro destino se observaba un atardecer precioso en unas montañas que nos contó el guía algo sobre que se inspiró Julio Verne en su Viaje al centro de la tierra. Realmente ya el atardecer era muy bonito y te hacía sentir en paz contigo mismo (puede parecer una chorrada pero es para vivirlo). En un pueblo muy perdido paramos a tomar algo porque el viaje desde Reikjavik hasta la aurora dura unas dos horas y media, estábamos ya en pleno Ártico. El frío ya comenzaba a ser no soportable y tomamos algo caliente y comimos. La recomendación que te hacen para esta excursión es que lleves ropa muy abrigada, pues no es una recomendación gratuita en absoluto.
Ya era de noche cerrada y por allí tres chicos de Alcázar andaban en un bús perdido por las montañas del Ártico, con los faros del vehículo veías las cabañas de los ganaderos islandeses y te preguntabas como podían vivir ahí, desde luego viven en uno de los sitios más tranquilos y aislados del mundo. Sobre las 11 p.m. y sin previo aviso mirando la luna del bus aparecen en el cielo unas luces que caen como por arte de magia, mirabas las caras a tu alrededor y veías emoción en los ojillos de la gente, tanto si eran mayores como si eran niños, porque también había niños. Mientras el escocés se puso en plan bohemio diciendo como que la aurora boreal es algo mágico y que trae prosperidad a los que la observan. Yo estaba muy feliz porque por fin pude ver la luna de Islandia y además observaba las luces del norte, algo que desde pequeño anhelaba ver y pude hacerlo realidad. A medio camino de la montaña a las que nos dirigiamos paramos para observar un rato las luces. Ya se veian bastante bien y el conductor del bús (que este sí que era islandés) me preguntó que si era la primera vez que las veía, obviamente viendo mi cara no hizo falta ni respuesta, se reía el hombre.
Por fin llegamos a nuestro destino y al igual que el restaurante de Gullfoss estabas otra vez en el fin del mundo, esta gente de Iceland Excursions lo tenían todo perfectamente controlado porque con cualquier mínima cosa te quedas tirado por allí y lo hicieron todo francamente bien. Paró el autobús y en la cima de esa montaña a unos -15ºC veíamos en todo su esplendor la aurora boreal, que cosa más bonita, realmente si que era algo mágico porque era como un espectro fantasmal que salía de la montaña y que incluso te creías que lo podías tocar. Hacía mucho frío pero te daba igual, aunque estuvieses congelado te quedas embobado mirando esas luces. Nosotros nos reíamos y decíamos, joder, lo conseguimos, mira que hemos tenido que pasar cosas porque antes de hacer el viaje hubo mogollón de problemas pero allí estábamos. Sí que mereció la pena el gran esfuerzo y lo repetiría las veces que hiciera falta. Es una de las maravillas del mundo que todos deberían ver.
La vuelta se hizo larga pero con la alegría de ver las nothern lights pues te da todo igual, mira que nos habíamos levantado a las 7:30 de la mañana y llegamos a nuestro hotel a la 1:30 de la madrugada pero no nos importaba. Al llegar a casa observamos que había mucha gente por la calle y nos extrañó que siendo miércoles todo el mundo estuviese por ahí. Resulta que como era el miércoles santo pues el jueves era fiesta nacional islandesa, el viernes santo no era fiesta pero el jueves sí y por eso había tanta gente por allí. Estabas cansado pero no ibas a desaprovechar la oportunidad de salir que había mogollón de fiesta y Fosi y yo pensamos que había que salir. Nos quedamos por Laugavegur y solo nos hizo falta ir a un sitio, al Dylan, estaba lleno hasta la bandera y las tarjetas de crédito volaban para pagar las consumiciones, el sitio nos encantó porque pusieron música muy buena, que si Tool, Primal Scream, Led Zeppelin, The Who, The Strokes, eso era la tercera juerga mundial, las chicas subidas por las mesas, el DJ puso a Molotov y nos saludaba diciendo, esos son españoles, una chica se tiro al suelo y se llevaba con ella a un chaval. También había cada islandesa que te quitaba el hipo y además fueron en todo momento muy simpáticas, tanto ellas como ellos.
A las 4:30 de la madrugada yo ya no podía más, llevábamos 21 horas despiertos con dos excursiones a las espaldas mas unas copas y unos cuantos cigarros, Fosi lo veía todavía con fuerzas pero ya dijo que por ese día ya estaba bien, que si quería nos íbamos al hotel. Nos fuimos a dormir con la sensación de que ese miércoles santo no se nos iba a olvidar nunca, además en Reikjavik sí que vi la luna ese día también.
Donde se juntaba el primer parlamento islandés.
Indy podría venir aquí.
Residencia de verano del presidente.
Salto de agua.
Gullfoss.
Gullfoss.
Gullfoss.
Geyser.
Geyser.
Geyser en errupción.
Lago Kerio.
Casa con su pequeño volcán.
Hacía la aurora boreal, Akranes.
Prácticamente ya la teníamos encima nuestro.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Partimos con el bús de la excursión y nuestra primera parada fue en la central geotermal de Nesjavellir que era un sitio de parada pues para tomarnos el primer café y así desperezarnos un poco, no había nada en especial que ver allí. Continuamos hacía Þingvellir que ese era el primer sitio impresionante que visitamos, es una gran pared donde está la división de las placas tectónicas de Europa y América, allí es donde se hace la típica broma de dar un saltito tipo Homer Simpson y dices, Europa, saltito, América. El desfiladero era impresionante, parecia que te habías metido en una película de Indiana Jones y allí fue la sede del primer parlamento democrático de Europa (el Alþingi) que se fundó en el 930. Los islandeses son muy nacionalistas y orgullosos de su tierra y el guía (que por cierto era el buen hombre simpático que nos llevó el domingo al Blue Lagoon) lo explicaba con mucho orgullo y alegría. Este sitio es donde alberga ahora la casa de verano del presidente del país, como decía el guía una especie de Camp David pero islandés. Estaba rodeado de Lagos super bonitos donde el agua era totalmente cristalina, veías el fondo del lago con toda nitidez. Eso sí, el frío que hacía allí a las 10 de la mañana era jorobado.
El autobús dio la vuelta para recogernos por la parte de atrás y así ir al siguiente destino que no iba a dejar de ser menos espectacular que el anterior, nos fuimos al resalto de agua de Gullfoss. En otro post subo unas fotos para que veais lo impresionante de este sitio, por un camino escarpado vas llegando a la cima del resalto y en mi vida he visto una pendiente de agua igual, había que ir con cuidado porque un mal paso y no lo cuentas, el agua te chapoteaba y eso te hacía pasar más frío pero no importaba porque lo que estaban viendo tus ojos es algo que pocas veces en la vida de una persona se puede observar. El guía nos indicó que en la colina arriba del todo había un restaurante y que tomáramos la sopa de allí, que además nos hacían descuento por ser de Iceland Excursions. Yo me quedé impresionado con el restaurante, era una casita de madera que decía yo, pero esto es el restaurante del fin del mundo, a partir de aquí ya no se puede llegar más lejos. Esto está perdido del mundo, te sentías como un personaje friki de una aventura gráfica. Tomamos la sopa y algo más porque ya era muy hora para comer y nos faltaban muchas cosas mas por ver.
La siguiente parada que esto parecía ya una etapa contrarreloj fue en uno de los sitios por los que se distingue Islandia de los demás países, fuimos a los geysers, aquí ya la cosa pasó a tomar un cariz más lúdico, eso sí, sin hacer el tonto que bien puestos están los carteles de no tocar que la temperatura del agua está en torno a la 100ºC, de hecho estaban ahí las fumarolas en plena actividad volcánica. Los geysers desde luego es una diversión para la infancia, te pones al lado del geyser mayor y esperas unos minutos, eso ves que va a reventar y tu ahí tan tonto esperándote, en cuanto crees que va a saltar sales corriendo como alma que te lleva el diablo. Como siempre y en toda excursión que se precie están los listos que en vez de ponerse por la cara delantera del geyser que sabías que nada te iba a pasar se ponían detrás y eso era apuesta segura de que el agua del geyser te iba a salpicar con el correspondiente quemazón por lo caliente que está. En fin, así son los crios.
Ya era por la tarde y pasamos a cosas mas relajaditas que llevabamos 4 horas dando vueltas, fuimos a una iglesia que era muy importante en la historia del país (muy antigua además), la historia que nos contó ni me enteré pero detrás de la iglesia había un bonito cementerio donde nos hicimos unas fotos, se llamaba Skálholt. Pasamos por el cráter volcánico más importante del país que se llama Kerið y por allí bajamos bastante lo que nos hizo que todo el autobús nos tuvieran que esperar porque nos gusta a nosotros mucho dar vueltas. Pero no se lo tomaron a mal, fueron 5 minutos, somos rápidos. Para terminar la excursión nuestro amable guía nos enseñó algo de la agricultura del país y un pueblecito donde las casa tenían sus pequeñas fumarolas y de donde sacaban el agua caliente directamente, sobre las 5 de la tarde ya estábamos de vuelta en nuestro hotel de Reikjavik.
Teníamos un par de horas para arreglarnos si nos pasaban a buscar para ver la aurora boreal, fuimos a la recepción del hotel y llamaron a Iceland Excursions para ver si la excursión de las nothern lights se realizaba y confirmaron que sí que se hacía. Con un alegrón impresionante a pesar del cansancio del día fuimos a comprar al 24 horas algunos bocadillos para llevarnos a la excursión y de paso compré tabaco y el único souvenir que me trajé de allí, una banderita del país que aquí la tengo enfrente de mi ordenador de mi casa y la veo siempre. El martes también compré souvenirs alcohólicos propios del país, El Topas que se llama en español la muerte negra, que es un líquido negro que te emborracha que no veas y que se bebe bastante allí y el Brennivin que es un líquido anisado blanco que también te pone a tono rapidito.
A las 7:30 vinieron a por nosotros el bús para ir a ver la ansiada aurora boreal. Como mucha gente se apunta a esa excursión antes pasamos de nuevo por la central de Iceland Excursions y en un gran autobús nos metieron a todos los que íbamos a la excursión, había latinoamericanos y sobre todo muchos ingleses. Esta vez nos tocó un guía escocés que el hombre era un espectáculo, te contaba de historias y un cachondeo, decíamos nosotros, este es un tío que han echado de Escocia por borracho que ya es duro que te echen de allí por eso y ha acabado desterrado en Islandia a enseñar la aurora boreal. Pero mira, mejor así porque fuimos todos en un tono distendido y se hace la excursión más amena. Para ver las northern lights es obvio que con el autobús teníamos que ir a la parte norte de Islandia y para ello hay que pasar por el impresionante túnel subterráneo que te lleva a la segunda ciudad de Islandia después de Reikjavik, es Akranes, ese túnel es el orgullo de la ingeniería islandesa y otra vez lo dijeron muy alegres y eso que el tío era escocés pero de llevar tantos años allí se sentía islandés.
A medio camino entre Akranes y nuestro destino se observaba un atardecer precioso en unas montañas que nos contó el guía algo sobre que se inspiró Julio Verne en su Viaje al centro de la tierra. Realmente ya el atardecer era muy bonito y te hacía sentir en paz contigo mismo (puede parecer una chorrada pero es para vivirlo). En un pueblo muy perdido paramos a tomar algo porque el viaje desde Reikjavik hasta la aurora dura unas dos horas y media, estábamos ya en pleno Ártico. El frío ya comenzaba a ser no soportable y tomamos algo caliente y comimos. La recomendación que te hacen para esta excursión es que lleves ropa muy abrigada, pues no es una recomendación gratuita en absoluto.
Ya era de noche cerrada y por allí tres chicos de Alcázar andaban en un bús perdido por las montañas del Ártico, con los faros del vehículo veías las cabañas de los ganaderos islandeses y te preguntabas como podían vivir ahí, desde luego viven en uno de los sitios más tranquilos y aislados del mundo. Sobre las 11 p.m. y sin previo aviso mirando la luna del bus aparecen en el cielo unas luces que caen como por arte de magia, mirabas las caras a tu alrededor y veías emoción en los ojillos de la gente, tanto si eran mayores como si eran niños, porque también había niños. Mientras el escocés se puso en plan bohemio diciendo como que la aurora boreal es algo mágico y que trae prosperidad a los que la observan. Yo estaba muy feliz porque por fin pude ver la luna de Islandia y además observaba las luces del norte, algo que desde pequeño anhelaba ver y pude hacerlo realidad. A medio camino de la montaña a las que nos dirigiamos paramos para observar un rato las luces. Ya se veian bastante bien y el conductor del bús (que este sí que era islandés) me preguntó que si era la primera vez que las veía, obviamente viendo mi cara no hizo falta ni respuesta, se reía el hombre.
Por fin llegamos a nuestro destino y al igual que el restaurante de Gullfoss estabas otra vez en el fin del mundo, esta gente de Iceland Excursions lo tenían todo perfectamente controlado porque con cualquier mínima cosa te quedas tirado por allí y lo hicieron todo francamente bien. Paró el autobús y en la cima de esa montaña a unos -15ºC veíamos en todo su esplendor la aurora boreal, que cosa más bonita, realmente si que era algo mágico porque era como un espectro fantasmal que salía de la montaña y que incluso te creías que lo podías tocar. Hacía mucho frío pero te daba igual, aunque estuvieses congelado te quedas embobado mirando esas luces. Nosotros nos reíamos y decíamos, joder, lo conseguimos, mira que hemos tenido que pasar cosas porque antes de hacer el viaje hubo mogollón de problemas pero allí estábamos. Sí que mereció la pena el gran esfuerzo y lo repetiría las veces que hiciera falta. Es una de las maravillas del mundo que todos deberían ver.
La vuelta se hizo larga pero con la alegría de ver las nothern lights pues te da todo igual, mira que nos habíamos levantado a las 7:30 de la mañana y llegamos a nuestro hotel a la 1:30 de la madrugada pero no nos importaba. Al llegar a casa observamos que había mucha gente por la calle y nos extrañó que siendo miércoles todo el mundo estuviese por ahí. Resulta que como era el miércoles santo pues el jueves era fiesta nacional islandesa, el viernes santo no era fiesta pero el jueves sí y por eso había tanta gente por allí. Estabas cansado pero no ibas a desaprovechar la oportunidad de salir que había mogollón de fiesta y Fosi y yo pensamos que había que salir. Nos quedamos por Laugavegur y solo nos hizo falta ir a un sitio, al Dylan, estaba lleno hasta la bandera y las tarjetas de crédito volaban para pagar las consumiciones, el sitio nos encantó porque pusieron música muy buena, que si Tool, Primal Scream, Led Zeppelin, The Who, The Strokes, eso era la tercera juerga mundial, las chicas subidas por las mesas, el DJ puso a Molotov y nos saludaba diciendo, esos son españoles, una chica se tiro al suelo y se llevaba con ella a un chaval. También había cada islandesa que te quitaba el hipo y además fueron en todo momento muy simpáticas, tanto ellas como ellos.
A las 4:30 de la madrugada yo ya no podía más, llevábamos 21 horas despiertos con dos excursiones a las espaldas mas unas copas y unos cuantos cigarros, Fosi lo veía todavía con fuerzas pero ya dijo que por ese día ya estaba bien, que si quería nos íbamos al hotel. Nos fuimos a dormir con la sensación de que ese miércoles santo no se nos iba a olvidar nunca, además en Reikjavik sí que vi la luna ese día también.
Donde se juntaba el primer parlamento islandés.
Indy podría venir aquí.
Residencia de verano del presidente.
Salto de agua.
Gullfoss.
Gullfoss.
Gullfoss.
Geyser.
Geyser.
Geyser en errupción.
Lago Kerio.
Casa con su pequeño volcán.
Hacía la aurora boreal, Akranes.
Prácticamente ya la teníamos encima nuestro.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)