Hola compañeros, tras una larga ausencia tengo por propósito este año 2008 contar todos los viajes que realizamos en 2007, nuestro primer destino es de los más exóticos de los que hemos estado en nuestras vidas, es Islandia, el país con la capital más meridional de Europa, Reikjavik. Un viaje que lo recordaré toda mi vida por la impresión que me ha causado el sitio.
Pero para empezar a relatar el viaje lo primero de todo y como es costumbre es mostrar mis agradecimientos y dar las gracias, en esta ocasión quiero dar las gracias y mostrar mi más sincero agradecimiento a Alfonso y David, porque hicieron que el viaje fuera agradable, estuvimos muy relajados y tranquilos y eso que el patio no andaba muy bien, pero esos 5 días en esa isla hicieron que fueramos amigos y que todos los pasasemos muy bien. Como podeis observar el título de los posts de este viaje se van a llamar 'Lost in Iceland', este título no es elegido al azar porque tiene su explicación. Primero porque no aprendimos nada de islandés, ese idioma es imposible de aprender, la única palabra que sé es Takk, que es Gracias y eso lo sé porque así se titula un disco del grupo islandés Sigur Ros y la segunda razón es que 'Lost in Iceland' es el título que le ponen a unas camisetas que se encuentran muchas en Reikjavik y que por lo visto está muy de moda allí.
Nuestra salida fue el sábado 30 de Marzo, para que te salga un vuelo un poco más barato a este país tienes que pasar una noche de sábado en Reikjavik y nosotros optamos por el sábado antes de la semana santa. El episodio de lo mal que lo pasamos en el aeropuerto de Barajas por cierto error al cancelarse billetes lo quiero pasar por alto porque esto es un blog para disfrutar de un viaje, solo advertir a la gente que lo lea que si alguna vez tiene un problema en Barajas acuda a Viajes El Corte Inglés, ellos tienen todas las conexiones de vuelo, el tío fue bastante eficaz con nosotros y montamos en un vuelo de British Airways destino a Londres para hacer la conexión allí con Iceland Air e ir rumbo a Islandia.
Una vez pasado el susto y llegar a Londres sanos y salvos allí nos encontramos con nuestro amigo David y en Heathrow pues que se puede hacer, pues tomarse unas pintas que de nuevo íbamos ilusionados a nuestro primer viaje por Escandinavia. En verano hay vuelos directos a Islandia pero durante el resto del año la conexión va a ser siempre con Londres, en concreto se pasa por el caos del aeropuerto de Heathrow. También es aconsejable pillar unas botellitas de alcohol en el duty free porque en Islandia el alcohol es muy caro y lo peor de todo, muy difícil de conseguir.
El vuelo con Iceland Air fue muy agradable y confortable, el avión te deja en el aeropuerto de Keflavik, cosa que es una putada porque está a unos 50 km de la capital y te ves allí a medianoche con tus maletas, un frío importante y lo que haces es pillar un taxi que nos costó la broma 18000 pesetillas de ná. Esto de las bromas va a ser una constante que iré comentando en sucesivas entregas, os vais a echar todos unas risas je, je... La primera sensación al salir del aeropuerto allí es indescriptible, te enfrentas a un paisaje lunar, desértico, sin ningún árbol y te crees que no estás en la tierra, hay mucho silencio y mirás al cielo temeroso porque estaba muy nublado y te dices que así es imposible ver la aurora boreal que teníamos programada para el lunes.
El hotel en Reikjavik estaba en la calle Laugavegur, un gran acierto por parte de Alfonso porque es la calle principal de esta ciudad, Reikjavik es la capital más pequeña de Europa, tiene apenas 180000 habitantes y nosotros que nos encontrábamos en la calle principal del shopping y el runtur (definición que utilizan los islandenses para mostrar sus cochazos) había casas y era todo muy pequeñito, nuestro hotel tenía tres plantas y era super coqueto, muy nuevo y muy bonito, ahí Alfonso estuvo muy acertado. Dejamos nuestras maletas y estando allí no íbamos a dejar de pasar la oportunidad de salir un sábado por la noche por esta ciudad, había oido mucha leyenda acerca de lo que era la juerga en Reikjavik pero no podía ni imaginar lo que allí pasa, es digno de vivirlo alguna vez en la vida.
Con un frío de narices nos fuimos a un puesto de perritos calientes que eran ya las 2a.m. y no habíamos probado bocado, previo paso por el cajero que allí se paga con coronas islandesas, todas las monedas de Islandia tienen la peculiaridad de que cada valor es un pescado distinto, ya que la pesca allí es la principal fuente de ingresos. La conversión nos resultó fácil, 1 corona = 2 pesetas. Bueno, dejemos de divagar y dar datos y vamos a la juerga. Los bares de allí son una auténtica olla a presión, las chicas te empiezan a pedir cigarros en español, los vikingos parecen fuera de si, bailas lo que haga falta, que si los Beach Boys, que si Franz Ferdinand, que si Kaiser Chiefs, la bebida parecia que volaba y los camareros llevaban aunténticas torres de vasos de pintas vacías. No se cabía pero daba igual, entraba más gente y no por orden riguroso de la cola, a empujones y luego lo gracioso es que dentro había mesas y sillas que dificultaban aún más que entrase gente.
La peregrinación fue por el Bar 11, donde la planta de arriba era imposible estar, hubo un momento donde no pisaba el suelo, el KaffiBarinn, bar en propiedad de Damon Albarn, cantante de Blur, todo indie cultureta del mundo que se precie tiene que pasar por ese bar donde se rodó la película '101 Reikjavik', bar 'Q' que es un irlandés cerca del Bar 11 que en la planta de abajo había actuaciones en directo, un grupillo estaba tocando versiones de Violent Femmes, Café Oliver que fue el primero que entramos e hicimos nuestro primer brindis en Islandia, fue el más tranquilito y con esto de tranquilo quiero decir que en este no hubo ningún nórdico hablándote con voz que te asusta pero que en el fondo son muy simpáticos y ninguna pinta acabó en mi camisa porque me habían empujado. En la cola (por decir algo) del Bar 11 nos encontramos con unos madrileños, querian entrar al KaffiBarinn pero les fue imposible, les colamos nosotros al 11 y con eso ya se dieron por contentos.
Sobre las 4:30 de la madrugada nos replegamos ya entre otras cosas porque fue un día muy cansado y agitado, además otra de las bromitas estas de Islandia es que la pinta te sale por 800 pesetillas de ná y la copa por unas 1200-1400 pesetas, así que no veas lo que cuesta salir por Reikjavik, no me extraña que lo que allí se estile es pagar las consumiciones con tarjeta de crédito, más de un borracho islandés se habrá llevado un susto cuando le llegué el extracto a su casa. Eso si, a pasar de su mala educación con los empujones por la falta de sitio me quedo con la simpatía de la gente de allí que mostró en todo momento, me encantó salir ese sábado por Reikjavik.
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