sábado, 5 de julio de 2008

A citizen in New York (Capítulo 1)

Hola compañeros, en sucesivos bloques iré contando un poco las experiencias vividas en la ciudad de los rascacielos, fueron 6 días y haré un capítulo por día, espero acordarme de todo, lo que no cuente es que no tenía mucha importancia. Empecemos primero con la llegada a EEUU. En un avión de American Airlines fuimos para allá, íbamos al completo, un azafato se llamaba Ignacio, nosotros ya lo llamábamos Nachete, en el avión ya te das cuenta un poco a lo que vas, gente muy variada, desde yankees del rancho de Texas pasando por rabinos judíos hasta filipinos o gente de Hawaii que va para allá.

El episodio mas desagradable que pasé en América fue la llegada al aeropuerto, allí en inmigración me trataron como si fuese un delicuente y salí bastante cabreado de allí, un registro exhaustivo de mis maletas (por cierto me rompieron una) y unas estúpidas preguntas que a no ser que fueras una persona muy paciente te dan ganas de liarles un pollo. Desde luego si te llamas José Sánchez y vas con una pinta digamos un poco rara pues ya la tienes liada. No quiero pensar que les haran a los moros cuando pasen por inmigración.

Tras el mal trago pues decidí olvidar y dedicarme a disfrutar, al llegar a Manhattan te sientes muy pequeño, como un muñeco de Playmobil dentro de una construcción gigante de Lego, edificios super altos y un caos que hacen que el tráfico de Madrid te parezca agradable. Con un jet lag de cojones afrontamos nuestra primera excursión con Fosi y la gente del banco, cenamos en Little Italy y te das cuenta de la pasta que te vas a dejar allí, de que las propinas son sagradas y de que vas a fumar mucho menos que en España, no se puede fumar en ningún lado, ni en la habitación del hotel.

Una vez terminada la cena vuelves al hotel, has aguantado 1 día entero despierto por el desfase horario, acabas en una tienda que esta abierta las 24 horas y notas que a los americanos no les hacen falta farmacias (apothekes je, je...) porque en cualquier tienda de esas consigues todos los medicamentos que te puedas imaginar, vamos que fumar no podras pero ponerte hasta las cejas de sustancias químicas las tienes a mano cuando te apetezca. Una de las tantas singularidades que en America te encuentras, ya iré comentando más.

Hasta aquí el capítulo 1, queria dar las gracias a Fosi y a sus compañeros por su hospitalidad allí, fue muy agradable estar con ellos. Seguiré con mas reflexiones durante el día de mañana. Será el dia 2, el primer recorrido por la Gran Manzana.



Edificio Chrysler



Little Italy


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