martes, 13 de agosto de 2013

AU2011. Easter.

Una vez que ya parece que estamos más integrados en la cultura Australiana, llegó el momento de … ¡tachan! ¡Celebrar la Semana Santa! Resulta que a pesar de que aquí no son muy católicos, esta fecha tan señalada es fiesta nacional. Y claro el nombre no es el mismo. El evento se denomina Easter, que viene a significar Pascua en Inglés antiguo. Por supuesto nada de procesiones ni capuchinos ni “tontás” de este tipo. Se estila es regalar huevos “kinder”; los conocidos como huevos de pascua (easter eggs). Así que bueno, pues cuando llegó el momento nos pusimos a comer chocolate y a pensar donde ir en nuestros flamantes 5 días de “libertad”. La mejor opción es alquilar un coche y partir hacia el norte (o el sur, aquí todo es sorprendente). Un coche mediano, sale por unos 30 euros día con seguro y todo; con la gasolina a 1 euro x litro, el tema se planteaba bastante económico. Fuimos previsores y adquirimos en España el carnet Internacional; dicho carnet es un papelito saca-cuartos que únicamente sirve por si alguna compañía de alquiler se pone cabezona con tu verdadero carnet de conducir. Cosa rara la verdad, pues el que vale es el mismo que usamos en España; de hecho el Internacional debe ir acompañado del otro, sino no sirve para nada. Pues pusimos manos a la obra y montamos un viaje hacia la lejana Cooktown, la primera ciudad “civilizada” de Australia, y hoy por hoy, la última al norte del país. Lo primero para planificarlo todo, es ver el presupuesto de partida. Aquí al final todos somos estudiantes (aunque la mayoría son de familias ricas) y hay que mirar la pela. Un coche de gama baja entre 4 y dormir en backpacker es la mejor opción. Backpacker es una palabra muy popular en Australia, pero un concepto desconocido en la península. La definición sería algo así como Hostal para Mochileros; gente que viaja de un lado para otro y solamente quiere un sitio para dormir resguardado. Los Backpacker Hostels, constan de habitaciones compartidas a bajo coste (cerca de 10 euros la noche). En las instalaciones puedes usar de manera gratuita, la cocina, el baño y duchas, el frigorífico, etc. Todo incluido en el precio para que solo gastes lo necesario en dormir. El problema esta en que te puede tocar descansar con todo tipo de fauna; en una habitación de 7 camas pues imaginense el percal. Pero bueno, la aventura es la aventura y la pela es la pela. Nuestro primer destino será Cape Tribulation (Cabo de las Tribulaciones), donde el Capitán Cook encalló durante largo tiempo y pudo “tribular” a gusto. Hoy por hoy es una especie de reducto Hippie, dentro de todo esta macro comunidad de personas que viven mas menos en ese estilo. Para ir a Cape puedes escoger la carretera que va por la costa; ese es otro asunto: las carreteras. En Australia hay muy pocas carreteras principales. Para ir a ciertos sitios debes optar por el camino sin asfaltar y el consiguiente 4x4 (4WD aquí). Nosotros nos propusimos hacer una mezcla: carretera nacional y camino “decente”. Nos pusimos en marcha en dirección a Cape Tribulation, pasando por Daintree; Daintree es conocido por su “población” de cocodrilos. A orillas del río se pueden ver descansando a tan imponentes animales. A decir verdad esta ha sido la única (y espero que la última) vez que hemos presenciado a dichos reptiles en libertad. Después de comer pusimos rumbo a la ciudad de Cape Tribulation; ciudad por llamarla de alguna manera, pues la zona es un compendio de hostales y demás sitios de acomodación, para dar cobijo al turismo que va en busca de las playas que por allí abundan. Playas como salen en los folletos o... ¡mejores! Es increíble comprobar como tienes para ti solo un pedazo de playa de varios kms. Con el agua cristalina. Recuerdo como la peña casi peleaba por encontrar una cala en Ibiza, llena de piedras y en la que únicamente hubiera 30 personas. Aquí es diferente; son playas completas para ti solo. Los consiguientes avisos de medusas mortales y peligrosos cocodrilos los obviamos si queremos disfrutar de las aguas del Pacifico. Aguas transparentes y frías. Tras un chapuzón reparador fuimos a continuar la fiesta en nuestro Backpacker. El lugar era como un punto de reunión. Con un macro bar en el centro, las habitaciones eran simples excusas para pasar la corta noche que deja la celebración de la amistad. Música en directo, cerveza fría, comida... todo lo que podíamos pedir en aquel ambiente tropical. Después, a dormir un ratito en hermandad, todos juntos, como hacia tiempo no ocurría.
Al día siguiente nos esperaba un largo trayecto hacia Cooktown. Aquello era otro entorno completamente diferente; la selva daba lugar al monte bajo y la espesa vegetación, se difuminaba para dejar al aire unas extrañas construcciones que representan una de las maravillas del reino animal: los hormigueros gigantes. Más que hormigueros son termiteros; pequeñas montañas de barro de hasta 2 metros de alto, construidas pacientemente por los minúsculos insectos que allí viven. Las palmeras se transforman en eucaliptos, pinos y otros árboles más familiares para los españoles. En la calzada podemos ver la prueba de que los canguros existen. Si bien aún no habíamos visto ninguno, en el trayecto encontramos como 5 cuerpos inertes. Y no fueron los únicos animales muertos; perros o serpientes gigantes “adornaban” la solitaria carretera hacia Cooktown (50 coches en 500 kms). Tras un largo trayecto con ferry incluido, llegamos a la solitaria ciudad donde el Capitan Cook tomo tierra por primera vez. Una ciudad que brillo junto al oro que brotaba de sus minas, pero que ahora con menos de 1000 habitantes es una ciudad que lucha por un antiguo esplendor. Aquí, sin plan para dormir, regateamos para conseguir un buen precio. Una habitación con 4 camas fue la solución. Un edificio con solera que me recordaba a los Saloones del antiguo oeste. Una terraza al rededor de la planta principal donde estaban ubicados los aposentos. El pueblo constaba de una calle principal que terminaba en un pequeño puerto. Era curioso comprobar como podían existir tantos servicios en un sitio tan pequeño. Preguntamos a los lugareños y nos dijeron que nos diéramos un paseo por los alrededores que podíamos ver canguros andando por la calle. Eso hicimos pero no hubo suerte. Exhaustos nos acostamos para ver un nuevo día en la antípodas de Iberia. Un día que era fiesta nacional: Anzac day, el día de los veteranos de Gallipoli. Todo tipo de militronchis andaban desfilando por el poblado. A eso de las 11 las ceremonias terminaron y la ciudad volvió a la normalidad. Hay que decir que aquí en Australia (sobretodo en Cairns) no queda muy claro cuando es un día de fiesta o no, pues las tiendas normales abren todo el rato.
El siguiente trayecto es dirección Laura, una “vieja” ciudad al sur de Cooktown. La manera de llegar no es fácil, pues aquí se acabo el asfalto y comenzó la pesadilla para nuestro Hyunday Getz. Por el camino dejamos Black Mountain (una sorprendente montaña formada por trozos de roca volcánica), varias plantaciones de bananas, algún que otro vestigio aborigen y como no, varios animales muertos, incluyendo una pitón de mas de 1m. Llegamos al destino y nos encontramos con una ciudad semi-fantasma como las que salen en las peliculas; un solo bar y una miniestación de servicio que cerró cuando compramos unas chocolatinas. Vimos los alrededores (donde nos sorprendió ver que en vez de palomas en la calle hubiera cuervos y periquitos de extraños colores) e intentamos volver antes de que la noche nos atrapara. Fue así y durante gran parte del camino nos topamos con vacas en medio de la calzada y ¡tachan! ¡un canguro pasó a un metro escaso! La verdad es que es muy peligroso circular de noche. A unos 60 kms de Cairns, nos topamos con un auténtico bar Aussie, en medio de la absoluta nada. Un tipo autentico, bebiendo solo en el bar vacío, nos dio la bienvenida a su establecimiento. Todo lleno de fotos de pioneros cazando cocodrilos, serpientes y demás bichejos. Un precio popular y lo mejor de todo ¡futbolin gratis! Tras 2 birras y varias leyendas urbanas, nos despedimos de aquel hombre tan simpático que pasaba del marketing y otras tontás de negocio del mundo “civilizado” y era feliz con su pequeño garito.
Finalmente tras más de 1000kms, llegamos cansados y contentos a nuestro ahora hogar. Una buena aventura para ir viendo como son las lejanas tierras del norte de Queensland.

Típico bar del Outback y típico camarero pedo:


Nuestro hotel en Cooktown no tenia desperdicio:


Aquí no necesitamos comprar nada, porque todo esta en los arboles:


Nuestro "Ferrari":


Esta señal os juro que es cierta:


Esto si es una "cala":


¡Periquitos en vez de Palomas! ¿como lo habrán conseguido?:


Aqui paramos, en la gasolinera de tiempos remotos:


Vista desde el faro de Cooktown:


Black Mountain, una maravilla de la naturaleza:


Uno de los simbolos de Queensland, la mariposa azul:


Una de estas en el Motel de Cape Tribulation:


Así da gusto bañarse:


La selva en CapeTrib:


¡Pues si que estan por aquí nadando, si!:


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