lunes, 5 de agosto de 2013

Paprika, Gulash y Sziget. Köszönöm Budapest. Día 5

El sábado 11 de Agosto y tras el agotador día anterior en el Sziget amanecimos bastante tarde, estábamos cansados y creo que esta vez ni Olga bajó a desayunar, recuerdo que este sábado hacía un poco más de fresco en la ciudad, como que se había fastidiado un poco el tiempo. Este fue el día más soso del viaje, no teníamos ganas de pensar mucho y tampoco de hacer muchas cosas, el pie me molestaba un poco y tras lo bien que lo habíamos pasado el día anterior pues ahora nos había dado una especie de bajón. Aún así fue un día aprovechado porque vimos más lugares, cenamos en un restaurante muy peculiar y tomamos una copa en un ático de la ciudad.

Llevábamos apuntada una zona donde había multitud de restaurantes y sitios para ver que todavía no habíamos visitado y es alrededor de la estación de tren en Budapest que se encuentra en la parada de la línea 3 (azul) Nyugati Pu.. Así que decidimos a pasarnos por allí a ver que nos encontrábamos. Para ello de nuevo fuimos andando a Deák Ferenc Ter para allí coger el metro, ya era un paseo muy habitual este y placentero, la ubicación del Sofitel para moverte por toda la ciudad es estupenda, tanto en Buda como en Pest.

Una vez que llegamos a Nyugati Pu. nos encontramos que había varios accesos al centro comercial que tienen en la zona que se llama West End, un poco copiando a la manera anglosajona y demasiado pretencioso jejejeje... Como ya era tarde, lo que hicimos primero fue buscar un sitio donde comer dentro del centro comercial y el elegido fue Leroy Bistro, un lugar que por la web podrán ver que es bastante pijito, bien decorado y que tiene bastante público, pero que resultó ser bastante decepcionante, lo que en apariencia externa parece un buen lugar, luego se convierte en mucho tiempo de espera, te sientes como en cualquier centro comercial de cualquier parte del mundo donde los trabajadores del sitio lo único que quieren es marcharse y que están ahí porque necesitan un sueldo que llevar. No me sentí a gusto en el restaurante y me dolía un poco la cabeza.

Para despejarnos nos fuimos a dar una vuelta a ver si podíamos hacer algunas compras y al final cayó un balón parecidos a los de balonmano de Hungría para regalárselo a mi primo pequeño por su cumpleaños. Hasta ahí nos hartamos del West End porque no era cuestión de pasar la tarde del sábado en un centro comercial, eso ya lo hace la gente en Madrid y en las grandes ciudades. Ya en la calle dimos un paseo para ver una parte de la calle Vaci Utca que aún no habíamos recorrido, yo tenía especial interés en ver la estación de tren de Nyugati Pu que se encuentra en la plaza Szent Istvan korut, tengo una especial predilección por entrar a las estaciones de tren de las ciudades que visito, esta era bonita pero tampoco es que tuviese nada especial comparada con otras estaciones de tren espectaculares como la de Copenhague o Milán.

Lo que más me impresionó de la zona no fue ni el centro comercial, ni la estación de tren, sino la arquitectura de la zona, eran edificios de pisos muy bonitos, de distintos colores que te recuerdan a las zonas más cuidadas de Berlín Este, por la avenida de Terez korut se nota que vive gente de cierto poder adquisitivo, no están en el centro de la ciudad pero tienen un barrio bastante bueno y bien comunicado porque enseguida llegas a la Avenida Andrássy a la altura de Oktogon que es donde estuvimos nuestra primera noche por Liszt Ferenc Ter cenando en el Menza, habíamos cerrado otro círculo más y la ciudad en su almendra central apenas ya tenía secretos para nosotros.

Decidimos abandonar la zona para volver a Vorosmarty Ter en nuestra línea amarilla del metro. En los días anteriores antes de ir al Sziget recordáis que pusieron un chiringuito en Deák Ferenc Ter para indicar a la gente como ir al festival. Al lado de ese chiringuito se ubica la calle que dirían que es la más glamurosa de Budapest, la calle Fashion Street donde ponen mercadillos finolis y algún puesto de alimentos típicos de la ciudad como el langosh que ya expliqué que era cuando fuimos al Mercado Central. A Olga le apetecía darse una vuelta por el lugar para ver si compraba algo y yo de paso admiraba uno de los mejores hoteles de la ciudad que es el Hotel Kempinski Corvinus, era uno de los hoteles que manejábamos en la lista para alojarnos, pero era más caro y la ubicación del Sofitel era mejor al lado del Puente de las Cadenas.

Como nuestra comida en Leroy Bistro fue un poco desastrosa y esa tarde que íbamos relajadamente sin prisas y sin visitas pendientes, nos daba tiempo a probar otra de las más famosas pastelerías de la ciudad y así nos quitábamos el mal sabor del mediodía, además está al lado del hotel en Vorosmarty Ter, es la Pastelería Gerbeaud en cuya terraza nos sentamos porque hacía buen tiempo sin mucho calor a degustar la Dobos Torta del lugar, que Olga aún no la había probado. Aquí sí que no decepcionó el lugar porque estaba muy rica, pasamos al interior de la pastelería para ver que cositas comprar para la vuelta, aún no lo compraríamos porque tendríamos tiempo el último día del viaje para hacerlo.

Ahora tocaba descansar y fuimos para el hotel, en la piscina cubierta del Sofitel se está de miedo y eso es lo bueno de tener un buen hotel durante tu estancia, puedes aprovechar los múltiples servicios que tiene e incluso pregunté por algún masaje, pero ya estaba todo ocupado hasta el lunes y ese día es cuando ya nos marchábamos a Madrid. Me sorprendía la poca cantidad de gente que encontraba en la piscina, porque además teníamos sauna, que eso me vino muy bien para mi pie y para respirar mejor, me encanta ese invento finlandés.

Nos arreglamos para la noche, teníamos pensado donde cenar desde hacía unos días porque todo el mundo en España nos recomendaba un restaurante que teníamos que ir, que nos iba a gustar, es el Fatal Etterem situado en Vaci Utca 67, que fuimos andando atravesando Vorosmarty Ter y Erzsebet hid que es el puente de Isabel. Creíamos que estaba cerca pero tuvimos que dar un buen paseo, pero no importaba porque al ser Vaci Utca es una calle animada y con muchos sitios donde pararte. Una vez dentro del restaurante nos dimos cuenta que estábamos rodeados de nuevo de españoles, como a todo el mundo se lo recomiendan pues hasta arriba. Es por una razón muy bruta y de gañanes, en Fatal simplemente es que te ponen comida para aburrir, muy abundante que hace que no puedas comerte lo que te ponen y si puedes es porque eres muy bestia, y ya se sabe el conocimiento español y sobre todo mesetario con su famosa frase, mejor que sobre que no falte. Claro, al ser tanta cantidad de comida lo que pasa es que baja la calidad. Recuerdo que Olga creo que pidió pescado y yo pedí una especie de filete empanado como el Wiener Schnitzel y me pusieron de guarnición espaguetis, era imposible terminarse el plato y además ni pedimos por postre. Otra de las ventajas del sitio que atrae sin duda a los turistas españoles es el precio del lugar, muy barato. No fue una gran experiencia desde luego por mucho que lo recomienden.

Para nuestro copazo de sábado habíamos dejado un garito que es un ático, para que fuera una copa especial, la decisión no fue muy acertada porque fue el día que peor tiempo hacía, pero bueno, nos animamos y para allá que fuimos. Con el tiempo bastante justo andando por Erzsebet hid y Kossuth Lajos Utca llegamos al último metro en Astoria para coger la línea 2 (roja) para desplazarnos a Blaha Luzja Ter, en aquella plaza se encuentra el ático Corvinteto. Al principio estábamos un poco acojonados en la estación de metro Blaha Lujza Ter porque había mucho indigente durmiendo y no daba muy buena sensación el lugar, ya una vez en la plaza notaba a Olga algo nerviosa, no le gusta el ambiente por allí, de hecho le dije que sin problema cogíamos un taxi y volvíamos al hotel pero al final buscamos el Corvinteto que no está muy localizable. Lo vimos porque en una calle secundaria había una pequeña cola para entrar.

En la línea de garitos como el Instant y Szimpla Kert nos encontrábamos en otro edificio bastante antiguo, rodeados de pintadas y a subir a pata las escaleras hasta que llegas a la parte de arriba, nada de ascensores. En verdad el sitio merece la pena porque tiene una parte interior bastante chula, con un bar, tiendas de ropa y bastante animación. En la parte de la terraza no había mucho jaleo porque hacía bastante fresquete y sólo unos pocos valientes nos tomamos algo, Olga y yo brindamos por otro día más en el viaje, pero enseguida nos pasamos al interior. En una tienda de ropa del lugar nos dieron unos sobrecillos y cosas de recuerdo. Recomiendo el garito, lo que no me gustó fue un raro ambiente de los alrededores, muy extraño.

Era la hora de volver a casa pero el metro estaba cerrado, en Blaha Lujza Ter pasaban tranvías pero con tal mala suerte que perdíamos todos por despiste. Al final le dije a Olga que podíamos ir andando porque ya me había orientado con el mapa, por la calle Rakoczy Utca iríamos a desembocar muy cerca de la sinagoga judía que al día siguiente visitaríamos y por la avenida Karoly korut ya desembocábamos a Erzsebet Ter al lado del hotel. La Luna se veía en la plaza Isabel, habíamos pasado un buen día, no grande como el anterior. Ya sabíamos movernos por la ciudad sin casi necesidad de mapa, Budapest ya era parte de nosotros, al día siguiente veríamos la sinagoga judía, como España plantaba cara a EEUU en la final de baloncesto de los JJOO y haríamos un homenaje final al Danubio con un crucero nocturno por él. Pero eso ya será en la siguiente entrada, ahora había que descansar para ir terminando este viaje, sólo quedan 2 entradas por mostraros.



Estación de tren Nyugati Pu.



En el interior de Nyugati pu.



Centro comercial West End.



Vaci Utca.



Szent Istvan korut.



Fashion Street.



Fashion Street. Hotel Kempinski Corvinus.



Pastelería Gerbeaud.



Interior Pasteleria Gerbeaud.



Piscina del Sofitel.



Restaurante Fatal Etterem.



Una cena ligera en el Fatal Etterem.



Pasando por Erzsebet hid. Puente de Isabel. Vamos a por el ático.



Rakoczy Utca.



Blaha Lujza Ter.



Corvinteto.



Terraza del Corvinteto.

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