Memorias de Shangri-la: AU2012. Viaje al Sur (I)

Bueno y volviendo al idioma de Cervantes, hoy voy a empezar una serie de comentarios acerca de la zona Sur de Cairns (pronunciado Caanes). Esta zona es muy variada y va desde la selva mas densa, hasta el paisaje montañés tipo Alpino, pasando por la playa y los bosques tradicionales. Nuestra excursión comienza en Cairns y nos demorará unos tres dias para ver la zona bien. Abajo os he dejado mi mapa de ruta, un poco perjudicado el pobre de tanto abrirlo y cerrarlo. Y es que por mucho GPS que usemos nada como el mapa “gualtraper” de toda la vida. Desde el centro de la ciudad cogemos la Bruce Highway dirección Edmorton / Gordonvale. Nuestro primer destino será una playa desierta cerca de Yarrabah. Esta zona no es nada popular para los habitantes de Cairns, a pesar de ser uno de los parajes más bellos y tranquilos, a poco más de 30 kms del centro. ¿Y eso por qué? Muy fácil, esta parte de Cairns es “propiedad” de los aborígenes. Y los aborígenes en Cairns no son muy bien vistos. Podríamos pensar que es racismo insano, pero más que racismo es la situación que se ha desencadenado a raíz de los problemas pasados y de las medidas que adoptó el gobierno. Si los aborígenes antes eran unos apestados, ahora son intocables. Y ni una cosa ni la otra. Los indígenas reciben un subsidio semanal de 300$ simplemente por su raza. A ellos les cuesta integrarse y ese dinero en sus manos se convierte en una bomba de relojería, pues la única manera que han encontrado de “soportar” la cultura blanca es bebiendo. En la ciudad es muy común encontrar aborígenes completamente embriagados a cualquier hora del día; y el alcohol es muy mal amigo de la tranquilidad. Por eso, siempre están montando algún altercado y la policía suele hacer la vista gorda por los motivos que he comentado antes. Así pues, la gente de Cairns, un poquito racista de por sí, no soporta mucho a su homónimos de color, muchas veces con toda la razón del mundo. Eso sí, nunca oirás a nadie reconocerlo. Este problema se extiende a todos los ámbitos de la sociedad. Son comunes los problemas con los jóvenes indígenas en los colegios; cualquier acto vandálico protagonizado por ellos, es pasado por alto por el personal docente. De esta manera el resto de compañeros, absolutamente inocentes de las atrocidades cometidas en contra de los aborígenes por sus antepasados, ven como este trato de favor convierte su estancia en la escuela en una especie de infierno. Y de nuevo, el gobierno Australiano, logra de una manera indirecta alimentar el racismo. Pues bien, explicado esto, espero que se haya entendido por qué en Yarrabah no encontraremos ningún “Cairnsneano” caucásico. Esta zona es muy curiosa porque a pesar de divisarse perfectamente desde la playa de Cairns, es necesario recorrer varios kilómetros en coche para alcanzarla. Un río se interpone entre las dos ciudades siendo imposible acceder en linea recta. En el medio de Cairns y Yarrabah, se encuentra la isla Admirality, una isla desierta a la que solo pueden acceder los afortunados poseedores de un barco. Bien, continuando con nuestro viaje, Pasado Edmonton, tenemos que coger la carretera a Yarrabah a la altura de Kamma. Pasado Green Hill, la zona pasa a denominarse Reserva Aborigen. La carretera atraviesa un bosque por el que hasta Yarrabah esta permitido circular a los blancos. Supuestamente, en esta zona existen tribus indígenas que aún viven en el bosque. Aunque dichas tribus se encontrarían más delante, en una zona que el gobierno tiene prohibida a los blancos y a la que solamente puedes acceder acompañado de un aborigen. Nosotros no vimos ninguno “salvaje”. Solamente vimos multitud de casas bien acondicionadas, situadas a lo largo de la carretera y ocupadas por familias aborígenes que campaban a sus anchas por la zona. Es algo peligroso para conductores inexpertos, porque esta gente no se preocupa por los coches. Andan por en medio de la carretera como si nada y se cruzan en cualquier momento. No obstante, son gente afable que no se mete con nadie. Pasado Yarrabah debemos tomar un camino de tierra que nos lleva hasta Wide Bay. Aquí ya debemos tener cuidado, pues esta zona ya es parte de la reserva protegida. Tras varios kilómetros por el bosque, llegamos a nuestro destino. Una playa kilométrica completamente desierta. Toda para nosotros. Un paraje paradisiaco digno de una postal. Pero el paraíso puede devenir en infierno; sobre todo en verano pues a parte de los omnipresente cocodrilos, podemos toparnos con medusas como la que este año ha provocado el cierre de las playas públicas: la Irukanji. Este pequeño animal es capaz de inyectarte veneno cuyos dolorosos efectos pueden durar durante meses: http://en.wikipedia.org/wiki/Irukandji_jellyfish
Con todo, nosotros nos dimos un maravilloso baño y vivimos para contarlo. Así terminamos la primera parada de nuestro viaje. Próxima parada: otra playita, Bramston.