sábado, 17 de agosto de 2013

AU2012. Viaje al Sur (III)

Una vez terminada nuestra visita a Paronella y tras descansar en el backpacker de turno, cogimos Henderson Drv. en dirección norte. A la altura de Palmerston Hw. nos desviamos en dirección Milla Milla. Este trayecto es especialmente bonito, pues la carretera atraviesa un gigantesco bosque húmedo. Hasta Mungalli, el paisaje es puramente selvático y son numerosas las rutas que se pueden hacer andando desde Palmerston hacia el interior del bosque. Es zona de Casuarios y con un poco de suerte, te puedes encontrar con alguno. Pero ojo, no olvidemos que estamos en la selva. A parte de la multitud de animales peligrosos (el propio Casuario, serpientes, arañas, etc.) hay plantas venenosas que pueden causarnos una reacción alérgica durante meses. Nosotros paramos cerca del mirador de Crawfords; allí a poco más de 15 metros se podían ver los Stinging Trees cuyas hojas pueden introducir en nuestro organismo neurotoxinas si entran en contacto con nuestra piel o inhalamos sus esporas. No experimentamos con este "extraño" efecto y preferimos recolectar algunas piezas de fruta de la pasión amarilla, que poblaban el suelo de aquel bosque. Una extraña y exótica fruta que no es fácil de adquirir en los mercados. Tras recoger un par de kilos continuamos nuestro viaje. El objetivo: llegar antes de la 4 a Mungalli Creek. Allí, entre las montañas, se encuentra una tiendecita donde puedes encontrar uno de los mejores quesos de australia, elaborado artesanalmente con leche de las vacas de la zona. Para un amante del queso como yo, esto es más que suficiente razón para darse prisa y "pasar" un poco de los "espectáculos" naturales. A escasos kilómetros de Milla Milla, un desvío nos indica donde esta la tienda de Mungalli Creek. Una carretera angosta nos da la bienvenida. Es entonces, como por arte de magia, cuando el bosque desaparece dando lugar a un paisaje 100% alpino. Grandes montañas, verdes valles plagados de vacas y multitud de pinos que perfumaban el lugar con su peculiar fragancia. Fue entonces cuando entendí la popularidad de los productos lácteos de Mungalli. Aquello era como la propia Suiza. Pues bien, llegamos a 5 minutos de cerrar y un tendero austriaco nos recomendó el queso feta y el yogur natural. No tenía porqué desconfiar de su consejo y me lleve sendos kilos de productos por un precio más que asequible. El queso estaba bueno, aunque un poquito salado para mi gusto; el yogur sencillamente espectacular. Pero eso es otra historia. Ahora era el momento de explorar los alrededores de Milla Milla. M.M. es un pueblecito rodeado por un entorno natural envidiable: Multitud de saltos de agua en medio de la jungla. El pueblo en sí es más que humilde con una calle principal y un hotel de lugareños. Sin embargo muy cerca podemos visitar las cascadas de Milla Milla, las de Zillie o Elinja. Hay una pequeña carretera que nos llevará a cada una de ellas. Otro camino de ensueño que ya ni parece sorprendernos. Realmente siempre me he sentido atraido por los saltos de agua. Estas imponentes "construcciones" naturales me maravillan y me causan curiosidad a la vez. Quiźas es por mi afición a los films de aventuras; tras las cascadas podemos encontrar los más inexpugnables secretos... No sé, el caso es que siempre he tenido ganas de pasar al otro lado de una cascada. Y tras 35 años, resultó que M.M. era mi lugar. Un gran salto de agua de unos 60 metros vertía el liquido del río en un pequeño lago. Desde el lago, nadando unos 30 metros podías atravesar la cascada. No parecía dificil, aunque si un poco peligroso. Pero, qué diablos, era mi oportunidad. Así que me puse le bañador y nade encontra de la fuerte corriente. Temí que la fuerza del agua fuera peligrosa para mi apreciada cabecita. Así que me sumergí para pasar por debajo. El ruido era ensordecedor y la catarata me empujaba al fondo. Tras 20 segundos me sentí seguro y emergí cual "sireno varado". ¡Voilá había pasado al otro lado! Veía a Rebeca turbiamente debido a la cortina de agua. Detrás, ningún tesoro, pero si una iguana de 5 metros que ni se inmutó por mi presencia. Había cumplido un curioso sueño. Despues de M.M. fuimos a las otras 2 muchisimo más grandes pero imposible de atravesar. La noche se nos echó encima y teniamos que buscar un refugio pues una gran tormenta estaba comenzando. El hotelito del pueblo será nuestra salvación. Un descanso y vuelta a Cairns...

Saludando desde el corazón de la cascada


Apenas podía sacar la cabeza del agua
La cascada de Zillie
Rebeca también pasó
El increíble entorno de Milla Milla
Yo pequeño, cascada grande. Tarzán es moñigón
Parece fácil llegar, pero no lo es, lo juro
Desde el mirador de la carretera
En el bosque cualquier cosa te puede matar (o casi)
Un planta llena de neurotoxinas que te deja "turuta" por unos mesecitos de nada


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