Continuando con nuestro periplo sureño, salimos de la zona de Yarraba y cogimos la Bruce Highway en dirección a Gordonvale. Una vez pasado este pequeño pueblo, debemos continuar unos 50 kilómetros hasta Babinda. Babinda es una villa rodeada de montañas que es el centro neurálgico de la zona. Este pueblo solo lo vimos de pasada. Nos dirigimos al desvío de Miriwinni para coger la carretera comarcal hasta Bramston Beach. Esta parte del viaje fue preciosa y a penas vimos un coche en los 15 kms que dura el trayecto. Con las montañas al fondo parecía imposible que allí hubiera una playa. Lo que si parecía haber era Casuarios a juzgar por las señales de tráfico que nos avisaban de ello. Aunque desgraciadamente no vimos ninguno. Los Casuarios o Cassowaries son unas extrañas aves endémicas del país muy parecidas al avestruz pero con muchos más colores. La zona Norte de Queensland es un lugar propicio para verlos. En fin, continuando con nuestro viaje, finalmente alcanzamos la playa de Bramston. En medio de la vegetación una enorme playa semi-desierta se abre ante nosotros. En esta ocasión, completamente acondiciona y con poco más de 3 personas. Nos bañamos en la zona protegida ante medusas y cogimos unas cuantas almejas para la cena. Unas almejas tipo “chirlas” pero de diferentes colores aparecen en la orilla continuamente, siendo sumamente fácil hacerse con ellas. En poco más de 30 minutos, recogimos más de 1 kilo. Tras nuestra “captura” y un par de bañitos, cogimos el coche para volver a la autopista. El próximo objetivo es las cascadas Josephine. Este paraje consta de una serie de cascadas en medio de la jungla donde te puedes bañar sin problemas. Eso sí, siempre que no vayas a la piscina más alta, pues la caída puede ser monumental. A 20 minutos de Bramston, se encuentra este lugar. El sitio perfecto para darse un muy fresco chapuzón rodeado de pequeñas cascadas que te hace sentir como en un parque acuático natural. Este lugar estaba un poco más lleno de gente, por lo que tras unos lanzamientos por las aguas bravas nos pusimos en marcha hacia uno de los destinos predilectos de la zona: El Parque Paronella. A pocos kilómetros de la concurrida Innisfal, se encuentra este precioso castillo de mediados de siglo, construido por el catalán José Paronella. Paronella hizo fortuna en Australia trabajando en la caña de azúcar. En 1929 José compró las tierras para construir el parque; su idea era vivir allí y tener un lugar de entretenimiento. La obra de José fue impresionante; construyó su castillo con cemento y antiguas vías del tren. Plantó más de 7.000 árboles y creó una estación eléctrica para alimentar el parque. En 1935 el parque abrió sus puertas. Tuvo gran afluencia de gente hasta que en 1946 una gran riada daño enormemente el castillo. Paronella intentó reconstruirlo todo y replanto gran parte de la vegetación perdida. Pero un cáncer acabó con su vida antes de “recomponer” su obra y no fue hasta 2009 cuando un proyecto privado restauro este viejo castillo. Efectivamente el entorno es espectacular y de las ruinas se puede deducir que hace años este parque debió ser precioso. Pero lo que queda del castillo esta en muy malas condiciones. Para tener poco más de 50 años el aspecto es lamentable. Hay castillos en España con cientos de años mejor conservados que Paronella. La humedad, los tornados, las inundaciones... han acabado casi por completo con el castillo; solo quedan unas pocas ruinas, eso si, en un paraje paradisiaco. Debido al carácter privado del lugar, el precio para acceder es muy alto (30 doláres). Esto incluye una visita guiada de día y de noche. El precio de la entrada es excesivo para lo que se ve allí (habiendo sitios igual de bonitos y gratis). En una hora vimos el lugar, alimentamos a los peces y las tortugas y nos fuimos a reponer fuerzas de cara a la siguiente jornada: Milla Milla falls.
La riada del 46 en Paronella alcanzo el escalón 20
Indagando por la selva como Livingstone
El espectacular lago principal de Paronella, digno de la mejor película de piratas
En el baño Paronella
Las tortugas te pirran por la comida del parque
El impresionante paseo de los árboles de Paronella
El jardín principal
La fuente del patio de juegos
Pedazo de regalo oiga. Al entrar al parque te dan un abanico con una sevillana dibujada y todo escrito en inglés
El edificio principal esta casi destruido
El lago esta hasta arriba de peces. Aqui vemos una anguila
Las cascadas centrales
Esta es la apariencia del interior del castillo. Lamentable.
Detalle de la fuente de la entrada
Josephine Falls. Dispuestos a saltar desde la cascada.
La cascada menor de Josephine
El peligro de hacer el gamba en Josephine
Mirador desde la carretera
Lo de los casuarios iba en serio...
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