Pero bueno si contratamos algunos de los muchos viajes organizados que salen de Mel, el viaje no se nos hará para nada largo. En Federation Square hay una agencia de viajes que te lo organizará todo de maravilla. Nosotros elegimos un autobus pequeño que es ideal pues el trayecto es como muy familiar y el organizador esta más pendiente de la gente.
Bueno pues al tema. Saliendo sobre las 8 de la mañana, con el autobus en la puerta de tu casa (suelen ir a por cada uno), la primera parada será la fabrica de chocolate de Philip Island. Esta actividad es muy interesante para aprender como se fabrica chocolate a partir de Cacao. Luego tiene una serie de simpáticas actividades para los mas pequeños (y no tan pequeños :-) y una degustación del producto una vez terminado.
La segunda parada la hicimos en el centro de conservación de Koalas. A nosotros que ya veniamos de ver bastantes de ellos en la zona de Quensland, no nos hacia especial ilusión. Sin embargo, nos sorprendió ver aquellos Koalas tan grandes. Y es que los Koalas del sur son totalmente diferentes. Son marrones, de unos 40 kilos y nos se pueden tocar debido a unas particulas venenosas que tienen en la piel. Tampoco se pueden comer (esto suena un poco duro, pero el Canguro esta muy rico, jejeje) El ecualipto hace que su carne tenga un sabor muy desagradable. Esto les salvó de la extinción siglos atrás, porque con lo lentos que son, los Aborigenes originales hubieran terminado con ellos.
Para completar la primera parte del tour, nada mejor que parar en unas bodegas a degustar el famoso vino local. Queso variado y multitud de vinos nos alegraron aun mas un dia que ya estaba siendo sensacional. Recomiendo el vino blanco. Es parecido al Albariño, pero más seco. Esta bueno, pero es muuuuuy caro.
Una parada mas para asentar este aperitivo, nos dejo en un pueblecito ya muy cerca de la Parada de los Pinguinos. Aqui un fish and chips de pescado y calamares locales, nos dejo el cuerpo a tope para aguantar la fria experiencia que nos esperaba.
En la costa sur de Victoria, totalmente al sur del continente, cada noche los piguinos mas pequeños del munod vienen a descansar de su largo periplo en busca de comida en aguas frias. Algunos tienen que traer provisiones extra para aguantar el peridodo de cambio de plumas. En este caso, multiplican su peso y tamaño por 4. A pie de playa y a unos 10 grados (recordad que fuimos en verano) presenciamos este espectaculo de la naturaleza. Una experiencia única con unos animales muy pintorescos. En grupos de 10, van llegando a la orilla y deben seguir al guía que es el único que sabe el camino de vuelta. Tras varias caídas, caminos equivocados y choques con sus vecinos, las manadas consiguen alcanzar la parte interior de la playa donde los cuidadores les han preparado madrigueras para que puedan sobrevivir. En nuestra zona estuvimos como 1 hora viendo arrivar pinguinos. Fue algo increíble. Luego, por dentro del parque, se podían ver cientos de ellos buscando refugio para pasar la noche (o las semanas si estan cambiando el plumaje). En fin algo sensacional, que dejó flipado a este manchego que escribe desde su total ignorancia de tales aves polares.
Sobre las 10 de la noche, cansados y helados, nos metimos en nuestro micro bus, donde el simpático conductor nos llevo a casa emocionados por aquella experiencia y adormecidos por el largo día de turismo.
Alli van los pinguinos que han llegado a tierra
Todos siguen al lider
En Phillip Island puedes ver Montones de ellos
En la fabrica de chocolate con un mural de Bombones
Una amiga de Euskadi que se unió a la fiesta
Koalas marrones. Diferente piel, la misma vagancia.
Los acantilados de P. Island
Todos con James, el guía del Tour. Un 10 para él.
La playa y los playeros
Nata y chocolate en este pedazo de viaje
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